Ni siquiera soy consciente de las lágrimas que han escapado de mis ojos hasta que el capitán me rodea con sus brazos para evitar que continúe lanzando sus almohadas y todo lo que me encuentro a mi paso, por todas partes, sin poder controlarme lloro, no puedo creer que este llorando frente a alguien o mejor dicho en los brazos de alguien, especialmente si ese alguien es el capitán pero esto me ha sobre pasado.
–Ya pasó, Hiver, ya pasó–musita con un tono bajo intentando brindarme tranquilidad.
– ¡No, no ha pasado! ¡Esa bruja no se detendrá, ni ella, ni nadie! ¡Todos seguirán diciendo que yo lo estoy seduciendo y no sé qué otras cosas más!–expreso con una terrible combinación de sentimientos en mi interior.
– ¿Qué has dicho?–inquiere sujetando mi barbilla para que lo mire.
–Esa es la razón por la que he peleado, Naima me provocó, se encuentra molesta conmigo porque supuestamente yo he estado seduciéndolo y no sé que otras ideas más se han hecho.
– ¡Oh! ¿Así que el problema es que he sido seducido por ti?–responde con tono analítico a tiempo que se esfuerza por controlar la risa que intenta escapar de sus labios, con el ceño fruncido y un mohín en mi rostro elevo mis hombros como diciendo: “Eso parece.” Al mirarme no puede controlarse más tiempo y termina dejando escapar una risa que de manera inmediata inunda toda la habitación, « Que risa más hermosa.» pienso pero sacudo rápidamente mi cabeza para alejar esa idea y enfocarme en lo importante–.Tal vez.
– ¡¿Qué?!–Exclamo dejando atrás toda la molestia que sentía siendo remplazado por un sentimiento de perplejidad–. Creo que no he escuchado bien.
–Solo he dicho que tal vez–responde con un tono demasiado tranquilo al tiempo que me mira con una pequeña sonrisa que me parece sumamente dulce pero no estoy aquí para estar pensando lo hermoso o no, que es el capitán, especialmente después de lo que ha insinuado.
– ¡Eso es falso! ¡No he hecho nada como eso! Yo…yo… ¡Obviamente jamás haría algo así!–expreso hablando a gran velocidad, ni siquiera sé si se ha entendido lo que he dicho, siento la frustración volver y mis ojos llenarse de lágrimas.
–No es lo que has hecho, sino, lo que no has hecho, es difícil de explicar esto en realidad pero… ahora mismo solo sé que no quiero verte llorar más–responde aproximándose a mí y limpiando las lágrimas de mis mejillas con sus pulgares, tomando así mi rostro entre sus manos–.Tus lágrimas laceran mi alma.
Sin comprender lo que está sucediendo, lo observo como si me estuviese hablando en otro idioma, todo esto es una locura y creo que estoy alucinando de pronto lo veo aproximarse a mi rostro, quiero reaccionar pero me encuentro en un terrible estado de shock que me lo impide. Pronto siento la calidez de sus suaves labios sobre los míos y es una sensación tan hermosa que cierro mis ojos dejando que esa calidez inunde mi corazón, « ¿Qué diantres estoy haciendo?» Pienso reaccionando, abro mis ojos ampliamente y sin dudar hago lo primero que se me ocurre, así que salgo corriendo de la habitación como si de eso dependiera mi vida, « ¡Ay no, no pude ser! ¿Qué ha sucedido?» me cuestiono intentando comprender mientras corro por el pasillo.
Mi corazón late a una velocidad impresionante, tanto que pienso que se saldrá de mi pecho en cualquier momento pero esa sensación no me detiene, corro sin tener el mas mínimo cuidado por lo que termino tropezando con algunos prisioneros pero no me importa, lo único que me interesa es escapar, no sé de qué quiero escapar exactamente pero sé que debo hacerlo. Todas mis ideas se encuentran revueltas, ni siquiera puedo pensar con claridad así que muy probablemente estoy actuando de cualquier manera menos con lógica. Llego a la celda de descanso, de manera inmediata me aproximo hasta mi lugar y tomo asiento mirando al frente, sin reacción alguna e incluso por un momento me parece tener la mente en blanco, es como cuando colocas todos los colores de un arcoíris en un circulo y lo haces girar, todo parece blanco pero en realidad todos los colores están ahí, así mismo con mis pensamientos, parecen no existir pero ahí continúan.
– ¿Hiver? ¡¿Hiver, me escuchas?!–escucho una voz sumamente lejana llamarme y me percato que me mueven–. ¡Reacciona¡ ¿Qué sucede?
–Él…Él…Yo…Yo…–balbuceo sin poder articular una frase completa al tiempo que parpadeo rápidamente en un intento de salir de mi estupefacción, miro a Coralie sin emitir respuesta, creo que no soy capaz ni de ubicarme en el momento adecuado.
–No me asustes, ¿Qué paso? ¿Te lanzaran fuera del barco?
–El barco… beso...capitán… yo... él… él me besó–murmuro llevando mi mano hacia mis labios al tiempo que parpadeo recordando ese momento–. Creo que estoy loca, Coralie.
No sé si es mi mirada, mi expresión o el tono de mi voz pero Coralie deja escapar una sonora carcajada, tomándome desprevenida me asusta por lo que doy un pequeño salto en mi lugar, me mira y vuelve a reír, nunca la había visto así pero bueno, ella tampoco me había visto en este estado tan… ¿Desconcertante? No sé, realmente no sé qué ha sucedido, lo que siento, no sé nada, no he podido asimilar toda esta situación, me siento como computador con el disco duro saturado, incapaz de procesar nada más.
–Perdón, es que... Lo dices como si fuese el gran descubrimiento y no puedo–expresa riendo hasta casi ahogarse, su risa se ve acompañada de una tos–. Hacia una eternidad que no me reía de esta manera, ya me dolió el estomago.
–Ándale, síguete burlando de mi, aquí tu payaso con gusto te cuenta más–expreso mirándola con reproche.
–Es que no puedo evitarlo, tu cara y la frase tan seria: “Creo que estoy loca.” ¿Crees? Definitivamente estás loca, eso no es nuevo para nadie.
– ¡Coralie!–la regaño, necesito que justo ahora se tome con seriedad la situación.
–Está bien, lo siento, entonces, te beso, ¿Y qué hiciste?
–Salí huyendo como si pretendieran matarme–confieso cubriendo mi rostro con las manos y dejando escapar un suspiro, estoy sumamente avergonzada y son tantas las emociones que tengo en este momento, el beso, mi reacción infantil, la sorpresa, la vergüenza, no sé, todo al mismo tiempo, creo que han sido demasiadas cosas, incluso siento que un dolor de cabeza ha comenzado a molestarme.
–Tranquila, creo que ha sido mucho para un solo día, será mejor que descanses, ¿De acuerdo? Yo debo volver a mis deberes o me reprenderán, no quiero terminar en la celda de castigo, nos vemos mas tarde.
–De acuerdo, lo haré, ten cuidado.
–No te preocupes, nos vemos por la noche.
Muevo mi cabeza de manera afirmativa y la veo salir, una vez a solas me recuesto e intento acomodar las ideas encontradas que tengo en mi mente y asimilar lo sucedido para poder actuar de la mejor manera posible.
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Antares: étoile d'hiver
FantasiaUna interesante aventura abordo de un peculiar navío, donde el capitán tiene una clara misión de búsqueda y una prisionera que no debería encontrarse a bordo, termina haciéndoles la vida imposible a todo el que la llega a molestar.