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Había llegado el cumpleaños de Yoongi, aquel día estaba algo entusiasmado por llegar a la residencia Min y poder festejar junto a su mayor, incluso junto a sus otros dos amigos y su pequeña hermana.

Su padre lo había llevado hasta ahí, lugar donde lo recibió amablemente la nana. Jimin se sorprendió por lo grande y lujosa que era la casa de su hyung, él consideraba tener un hogar grande pero lo que tenía Yoongi era una mansión.

En fin.

Camino siguiendo a la mujer y pronto estuvo en el comedor del jardín, lugar donde pudo ver a Yoongi charlando y carcajeando con sus amigos, parecían divertirse. Él también quería divertirse con ellos.

Corrió a la mesa y de inmediato llamo la atención de los tres. Hoseok y Namjoon muy amables le saludaron, incluso curioseando un poco el regalo que llevaba en aquella cajita perfectamente forrada con papel y amarrada con un monito.

Paso su vista al chiquillo pálido y pronto le regalo una sonrisa — ¡Hyung feliz cumpleaños! —

Y los otros dos chiquillos acompañados de Yeji no tardaron en presenciar a un gruñón y sonrojado Yoongi intentar sacarse de encima el abrazo del niño pelirrojo.

Pero no podían culpar a Jimin, desde el primer abrazo no podía parar, su hyung era suave y reconfortante. Su pechito se llenaba de calidez y paz cada que lo abrazaba con fuerza, eso a pesar de que el mayor siempre parecía repeler sus muestras de afecto.

— deja esa carota, es tu cumpleaños, de todas formas te tocaba un abrazo — refunfuñó Hoseok ganándose una mala mirada — eish, solo disfrutalo, igual, lo rojo nadie te lo quita — se burló

Yoongi gruño en alto, lo único que el cachorro pelirrojo lograba hacer era avergonzarlo mucho.

Cuando finalmente lo soltó le gruño un poquito — si vas a venirme a abrazar al menos deberías aprender a hacerlo antes, casi rompes mis costillas, cabeza hueca — exagero sacándole una risita — mi regalo, quiero mi regalo — exigió ahora

— tu regalo fue el abrazo — respondió entre risitas. Yoongi era fácil de provocar y él era bueno provocándolo — ya~, aquí está — le extendió la cajita que anteriormente había dejado en la mesa

La tomo y al igual que los regalos anteriores la abrió en un segundo, siempre le emocionaba abrir sus regalos de cumpleaños, de día del cachorro, de navidad... O lo que fuera. Le emocionaba simplemente.

Lanzó la tapa de la caja por ahí y pronto jadeo con sorpresa al encontrarse con un bonito peluche de kumamon rodeado de mandarinas. Lo saco de ahí y abrió sus gatunos ojos al ver más mandarinas al fondo.

Era un mejor regalo que el que su madre le había obsequiado.

Bueno... Yoongi era el único que podía poner primero algunos kilos de mandarina antes que el iPhone más reciente.

— ¡Jimin acabas de dejar de ser un cabeza hueca! — exclamó con repentina alegría tomando por sorpresa a los demás. Hasta a su pequeña hermana

El cachorro pelirrojo formó una sonrisa amplia y asintió sacudiendo un poco su cabello — mi papá dijo que estaba loco, pero yo sabía que te gustaría eso — aseguro

Sin más, tras haber mandado que guardarán sus mandarinas en la cocina, Yoongi se quedó con al menos unas ocho en la mesa para comer mientras seguían pasando el rato. Durante esos minutos aunque creyó que Jimin se aburriría rápido, noto que había terminado por juntarse un poco más con su hermanita y bueno, suponía que era por la edad.

Eso o Jimin era muy amistoso.

A lo mejor ambas.

Pero en cierta parte, le agradaba que se llevará tan bien con ella, le gustaba también ver cómo su hermana parecía divertirse con él.

Estúpido y bonito Park Jimin  Yoonmin OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora