Epílogo

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Era viernes y el final del día en Japón y las pocas personas que aún regresaban a casa después de un largo día de trabajo o escuela.

Por lo demás, los pájaros seguían cantando y el viento en sí era agradable.

En resumen, todo estaba en paz.

En Kuoh Town, o más precisamente en Peverell Mansion, cierta persona estaba leyendo pacíficamente un libro en la biblioteca. Ese alguien era un joven apuesto que parecía tener veintitantos años y un físico que a muchas chicas les hacía babear.

Además, el joven tenía cabellos de color azabache que caían sobre sus hombros, una barba circular bien recortada y brillantes ojos verdes similares a las más puras esmeraldas.

El hombre no era otro que Harry Peverell Gryffindor Ravenclaw Slytherin Emrys Le Fay.

Muchos años habían pasado desde el enfrentamiento con Dumb-Ass-Door y la Orden del Pollo Ardiente y muchas cosas buenas sucedieron desde entonces.

En primer lugar, el Viejo Pedo fue torturado durante DÍAS por Ajuka Beelzebub antes de encontrar la muerte. Eshe y Muerte también ayudaron un poco en eso (esta última más que la primera).

Al final, su alma fue enviada a Oblivion para ser olvidada para siempre. Su cabeza, cortada del cuerpo principal por Harry, fue enviada al Ministerio de Magia de Inglaterra. Junto con eso, se enviaron las varitas destruidas de Lily y James Potter, y los cadáveres de Ronald y Ginevra Weasley.

No hace falta decir que el Mundo Mágico había estado alborotado: el Viejo Héroe estaba muerto y el Nuevo no quería tener nada que ver con ellos. El Ministerio de Magia intentó contener a la masa de personas desesperadas, pero al final fue inútil.

El Lado Luminoso estaba ahora terriblemente debilitado y algunos de ellos incluso intentaron huir del país, sabiendo que todo había terminado. Aberforth Dumbledore, el hermano de Albus, había estado celebrando su muerte pero luego fue encontrado muerto después de beber demasiado.

Voldemort, cuando le llegó la noticia de la muerte de Dumbledore, había lanzado un ataque masivo a Hogsmeade antes de asaltar el Ministerio. Gracias a la falta de defensa, los Mortífagos tomaron el control del lugar. Lamentablemente, al menos para él, no formó parte de la redada ya que recientemente se sintió enfermo.

Independientemente de su estado, Snake-Face se colocó como nuevo Ministro y dio tarjetas gratis a sus seguidores para matar a los nacidos de muggles y a los traidores de sangre. Sin embargo, mantuvo a Severus Snape (quien se volvió completamente hacia el Señor Oscuro cuando encontraron la cabeza de Albus) con él.

El Maestro de Pociones intentó todo para curar a su Maestro pero al final, la enfermedad empeoró. Al principio eran sólo náuseas, pero poco a poco se volvieron cada vez más agresivas.

Voldemort se debilitó cada vez más, a veces tosiendo sangre negra, junto con dolores de cabeza como nunca antes. Ni dos semanas después de que los Mortífagos tomaran el Ministerio de Magia, el Señor Oscuro más temido del siglo... murió.

¿Murió de qué se preguntarán?

De crisis epiléptica.

Una enfermedad muggle de todas las cosas.

Que irónico...

Los Mortífagos, conmocionados por la inesperada muerte de su Maestro, no tuvieron tiempo de llorarlo ya que todos cayeron al suelo, gritando de pura agonía. Uno por uno, todos los Mortífagos murieron porque la Marca Tenebrosa los vinculó con el Señor Oscuro.

Muchas líneas de sangre pura se extinguieron en ese momento.

Con Snake-Face muerto, lo acompañaron al Más Allá.

EL REY NEGRO DE KUOHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora