Contexto: el chico de la calle al que ayudaste.
Personaje: Don Lorenzo.
¡Escenario!
‧₊˚Go!
Si hubo algo que podría abrirte las puertas del cielo fue, indudablemente, haber ayudado cada vez a aquel niño abandonado en las calles de Florencia.
Ya sea con alimentos que pagabas del supermercado en el trabajabas o dejándole entrar a tu casa para que se dé un baño cuando no había nadie. Eras una niña como él, que también sintió preferencias que la acomplejaban.
No era mucho, pero suficiente para subsistir como agua y pan o algún otro snack, con un baño calentito en invierno. Sabías que, posiblemente, todo lo que tenía era lo que tú podías darle, así que diariamente ibas a visitarlo en su callejón con tu ayuda.
Él no parecía ser el hombre más consciente, pero te lo agradecía de alguna manera con una sonrisa extraña sin enseñar sus dientes y una mirada un poco luminosa a pesar de seguir siendo un tipo raro.
Hasta que un día simplemente desapareció de allí. Lo buscaste por los alrededores, sin encontrarlo por los próximos días. A la semana te rendiste. Solo deseabas que estuviera bien, vivo, por lo menos, y no que sufra demasiado.
Tu vida siguió con normalidad, quitando los callejones de Florencia de tu camino de regreso a casa, por los próximos dos años. Tu aburrida rutina era tan monótona que pronto tu mente exigía un descanso y un cambio urgente, pero no podías permitirte faltar ni un solo día al trabajo.
Hasta que alguien se te apareció en el trabajo. Un hombre muy conocido para ti, alto de cabello oscuro y sonrisa socarrona, con ojeras notorias debajo de sus ojos tan negros como la noche.
Lorenzo había regresado, y ahí estaba, frente a ti.
Estaba cambiado, pues ahora utilizaba ropajes que eran claramente costosos de marcas muy reconocidas. Ya no era tan delgado como lo habías visto por última vez ni tampoco tenía aquellos dientes podridos de antes; ahora brillaban, eran dorados.
¿Dientes de oro? ¿En qué se habrá metido este tipo?, te preguntaste en la mente, pero estabas feliz.
Por lo menos, él se veía mucho mejor ahora.
—Ángel, he regresado. ¿Me extrañaste? —preguntó sonriente, sus ojos se achinaron suavemente en dirección a ti.
Sin esperarlo, te lanzas a por él con un abrazo muy fuerte. Lorenzo se sorprendió pero no sabía porqué, pues era esperable conociéndote como él te conocía.
—Claro que te extrañé... —murmuras, tu voz se pierde en su pecho—. ¿Adónde fuiste? ¿Por qué sin despedirte?
—Es una cosa rara de explicar —se burló de sí mismo—. Un tipo apareció diciendo que quería que juegue fútbol con él, me llevó a ponerme los dientes de oro y ahora... vivo en una super mansión con él y ganando millones por mes y año como jugador.
No sabías si estaba drogado o no, pero decidiste creerle y dejar el tema de lado, porque se veía muy bien y agradecido con todo.
—Pero vine por ti —dijo luego de mantenerse en silencio por un par de minutos.
—¿Por mí? ¿Por qué? —te alejaste de su pecho, pero tus brazos seguían alrededor de su abdomen mientras sus manos los acariciaban.
—Ven conmigo. Voy a pagarte todo lo que me has dado por estos años —dijo, tomando tu mano ahora.
Tu mente quedó en blanco, digiriendo lentamente sus palabras. Creías que era algún tipo de broma.
Pero él no se reía de nada, ni de tu expresión ni de sus palabras. Se quedó allí, serio, frente a ti, esperando una respuesta concreta.
—¿A qué te refieres con eso? —preguntaste poco después, creyendo estar soñando o delirando.
—Mi ángel, estoy vivo por ti. Sí, Snuffy me rescató, pero por ti me encontró vivo —dijo sonriente.
No tenías ni idea de quién era Snuffy, pero no es como si eso importara ahora.
—Quiero recompensarte por haber visto en mí algún valor antes que nadie. El haberme mantenido con vida es... es gracias a ti. Tú me diste amor.
—Don... yo no considero que debas recompensarme nada, ¿sí? Lo hice con el corazón, porque simplemente sabía que era lo correcto hacer. No buscaba jamás una recompensa por eso —le explicaste, sin querer herir sus sentimientos.
Pero él solo amplió su sonrisa.
—Lo sé. Hablé con Snuffy sobre ti y... bueno, me dio la idea de regalarte algo que sepa que te guste mucho para darte algo de regreso... Y quiero pagarte la carrera que dijiste que querías estudiar.
Quedaste en shock total por oír lo que quería darte a cambio. El costo total de toda la carrera que elegiste no seguir (porque no podías pagar ni un sólo semestre) era muchísimo mayor que el costo de tu ayuda para él. No era nada comparado a lo que le diste.
—Pero... Don... no puedes pagarme toda una carrera... es demasiado dinero.
—¿Y eso qué? El dinero dejó de ser un problema para mí, y dejará de serlo para ti, si aceptas venir conmigo.
No sabías cómo reaccionar. Te quedaste muda mientras pensabas.
Tu idea no era aprovecharte de él ni de sus ganancias. No eras ninguna oportunista porque simplemente no era tu estilo; así que pensaste en rechazar nuevamente su idea.
—No acepto un no por respuesta, primer aviso —advirtió sonriente.
—¿Por qué no?
—Porque no.
—Bien... pero...
—Ni peros tampoco.
—No me dejas declinar, no se vale así —te quejaste de sus cláusulas.
Pero todo lo que recibiste a cambio fue una gran sonrisa dorada.
—Andando. Deja de trabajar en este cartón y vamos a tu nuevo departamento.
Tomó tu mano y juntos se dirigieron a su auto, mientras dudabas y pensabas en sus últimas palabras.
Sí, ese supermercado era un maldito cartón que no podía funcionar de las goteras en los días lluviosos, y tu departamento de toda la vida era demasiado humilde para lo que debías pagar.
—Antes adulabas mi casa...
Pero no era como si estuviera equivocado.
Por su sonrisa, estabas segura de que aquella decisión era un cambio radical en tu vida. Era algo que merecías después de tanto.
Ojo, ¿se retoman actualizaciones diarias?
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𝗕𝗘 𝗧𝗛𝗘 𝗕𝗘𝗦𝗧! (𝗕𝗟𝗨𝗘 𝗟𝗢𝗖𝗞 𝗕𝗢𝗬𝗦)
Hayran KurguEn este libro encontrarás escenas, headcanons, drabbles, traducciones de Tumblr, ¡de todo un poco de estos atractivos deportistas! ¿Quisieras algo en específico? ¡Adelante! ¡Acepto todo tipo de propuestas!