Contexto: luego de provocarlo en la fiesta...
Personaje: Julian Loki.
¡Escenario!
Parte única/continuación de la traducción.
‧₊˚Go!
Perdiste la cuenta de las rondas después del quinto orgasmo. Las caderas de Julian eran tan mágicas y veloces que consiguieron –como siempre– hacer que te olvides de absolutamente todo tu alrededor.
Habrían regresado a casa a eso de las una de la madrugada. En el coche, uno de sus extraordinarios dedos había convertido un desastre de tu zona íntima de forma totalmente intencional. Era obvio después de observar cómo su rostro permanecía casi impasible, con sólo una sonrisa ególatra y su mano libre puesta en el volante, con las venas resaltadas cada que hacía fuerza para manejar correctamente.
Pero el recuerdo se esfumó inmediatamente cuando la misma mano que hizo de ti un tsunami en el auto te ahorcó bruscamente, manteniendo tu cabeza en alto y haciendo que mires, en el espejo de la cabecera, la vergonzosa imagen de ti siendo tomada tan duramente por tu prometido, por el hombre más dulce del mundo.
—Mierda, sólo mírate... —murmuró mientras incrementaba más y más sus embestidas certeras—. Mi preciosa puta personal... La mujer más bella del mundo...
Su otra mano se entretuvo apretando a su mero antojo uno de tus cachetes traseros. El vaivén era poderoso y peligroso, como él en la cancha. Metía sus innumerables goles con cada golpe mientras planeaba en qué posición ponerte después.
Dato curioso: comenzaron a la una y media, y en tu reloj de noche ya se reflejan casi las seis de la mañana.
La cantidad de preservativos usados y tirados por ahí con sus respectivos paquetes eran sorprendentes. Sabías, desde siempre, que tenías la suerte de que tu novio es un futbolista de alto rendimiento y, por ende, alguien con una resistencia envidiable y difícil de conseguir, pero esto fue inesperado hasta para ti.
Una de sus manos ahora elevó una pierna tuya. Quedaste acostada de forma lateral, dándole a él la espalda mientras seguía moviéndose con la misma facilidad de todos los chorros y líquidos que salían de tu tan maltratada entrada. No era la primera vez que entraba tan fácil, pero sí te sorprendía aquel chapoteo incesante que salía de su penetración.
—Dios... eres tan perfecta —volvió a murmurar, admirando la nueva posición con real fanatismo mientras guardaba cada detalle de tu cuerpo que se reflejaba allí.
Cada movimiento, reacción o emoción que se viera reflejado, Julian lo tenía. Su mente es una película pornográfica en estos momentos, imaginando repetir tantas poses más en todo lo que le quedaba de su día libre.
—¡Julian! —aquel nuevo punto dulce fue acariciado bruscamente por él, haciéndolo sonreír y atacando en numerosas ocasiones con su cadera justo allí.
Los sonidos de sus pieles chocando al compás de tus propios gemidos –y los suyos también– eran tan halagadores para tu prometido. Le provocaban la mayor lascivia de la historia: nadie había conseguido ponerlo de esta forma antes. Nadie hasta que te conoció.
—La mujer de mi vida... —quizá no fue el mejor momento, pero decidió añadirle un poco de romanticismo al asunto y acariciar una de las lágrimas que tus bellos ojos blancos derramaban.
Sonrió. Se guardó la perfecta imagen en su disco duro mental mientras mantenía su tempo impecable. Apenas recién comenzaba a sentir unos pocos espasmos de su cuerpo por el cansancio, pero eran soportables.
En algún momento debería detenerse, pero no lo hizo pronto. No hasta que te vio rogándole con lágrimas en los ojos para que te dejara descansar un poco del ajetreado día, al rededor de las siete de la mañana.
Fueron casi siete horas de sexo ininterrumpido, es un milagro que sigas despierta.
Te cargó como toda princesa, llevándote al baño mientras llenaba la bañera con agua tibia y te dejaba orinar tranquila.
Observó sonriente la cama desarreglada, húmeda y caliente. Estaba claramente sucia. Cambió las sábanas manchadas en tiempo récord y volvió al baño en cuanto le pediste ayuda para meterte a la bañera.
—Veo que hice bien mi trabajo —presumió al ver que no podías moverte por ti misma.
El dolor en tus caderas era insoportable. Temblabas con cada paso y sentías que caerías en cualquier momento. Simplemente cumplió con aquella advertencia.
—Definitivamente no caminaré mañana... —bromeaste, ya cómodamente acostada en sus brazos, seca y recién bañada.
Una de sus manos acariciaba de arriba a abajo tu cuerpo desnudo. Estaba buscando algún indicio de tu parte para seguir, pero respetó tu cansancio y te acurrucó en su pecho para dejarte reposar como merecías por haberlo tomado tan bien.
Después de todo, las vacaciones que marcarían un nuevo paso en su relación estaban próximas a llegar. Allí, iba a hacerte suya nuevamente de todas las formas posibles.
LO AMO.
Al escenario, eh. 🤨
(Y al chico de mi escuela también, DEA).
¿Pueden creer que usó el celular de su mamá para DEVOLVERME EL FOLLOW en IG? Nana, yo les salgo con un casi algo, mínimo este año, eh.
Uno de sus amigos me contó también que hubo más chicas que le pidieron el IG, pero que se negó a darles a ellas. Y A MÍ SÍ ME LO DIO.
¿Me está dando la ilusionada del año? Es posible. Pero bueno, lo disfruto mientras dure.
En fin, cambio de tema para pedirles que VOTEN HDPS.
Las partes tienen como doscientas leídas cada una (mínimo cien y pico) y, como máximo, 40 votos. No me estarían dando las cuentas, eh.
Buenas noches, mis amores (2 y pico de la mañana en Argentina). Muak, cuídense mucho.
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𝗕𝗘 𝗧𝗛𝗘 𝗕𝗘𝗦𝗧! (𝗕𝗟𝗨𝗘 𝗟𝗢𝗖𝗞 𝗕𝗢𝗬𝗦)
FanficEn este libro encontrarás escenas, headcanons, drabbles, traducciones de Tumblr, ¡de todo un poco de estos atractivos deportistas! ¿Quisieras algo en específico? ¡Adelante! ¡Acepto todo tipo de propuestas!