Con luces, mantas, un sencillo equipo de fotografía restaba esperar para contemplar las maravillas de la noche. Le indicó a su alumna preparar la grabadora si creía necesitarla y por último le pedía atención.
—Maestro, ¿para qué me dijo que era la carta?
—Para guiarnos en el cielo, aquella carta es como un mapa que te indica dónde están algunos cuerpos celestes.
—Entonces... Los prismáticos eran para...
—Sí. No te preocupes, de todos modos no nos perderemos de nada, ya lo verás —respondió animado.Con ayuda de la carta el erudito encontró el mejor lugar para observar la bóveda celeste, le dio una breve explicación a su alumna de aquella carta, no acostumbraba regañarla y menos en estos días que la veía desconectada de todo.
—Bema, pon atención hacia allá, observa... —le señaló al horizonte un punto específico.
Seis, cinco...
La luz se oculta despacio acariciando por última vez lo que toca.
Cuatro, tres...
La sombra de los árboles que generaba el ocaso tomaban la forma de gigantes, un ejército disperso de gigantes oscuros como en sus cuentos, la niña observaba la luz dorada desaparecer y con ella a los gigantes regresar a su reino; la noche.
Dos, uno...
El lucero de la tarde dio la cortez bienvenida a la noche y sus observadores.
—Cieelos —expresó al deleite del cuerpo celeste.
—Ese resplandor es Venus, debido a su intenso brillo es llamado lucero.
El cielo era muy basto y aquel lucero no fue más que el detonante de su curiosidad, mantenía los segundos de aquel astro en su memoria.Con las tres mantas una cerca de la otra iluminando con ayuda de la luz roja, Piccolo se sentó al lado de Bema, Gohan estaba en medio y al otro lado lo acompañaba su hija. Incómoda por la compañía del namek jugaba con sus pies mientras buscaba en su bolsillo la grabadora y el casete de repuesto.
Los cuatro yacían acostados manteniendo una respiración relajada, Padre e hija miraban apacibles el cielo soltando un suspiro, el viento susurró inquietando a la menor del frío que persistía en su cuerpo, el namek no se inmutaba por nada, mantuvo sus ojos cerrados por unos minutos usando las palmas de sus manos como almohada.
—Bema, si quieres volvemos a casa y mañana lo intentamos.
—No por favor—negó ladeando la cabeza—. Es la primera vez que veo un cielo tan pero tan oscuro. No quiero volver, puedo soportar el frío ahora.
—Muy bien, pequeña. Si ya no resistes dime y regresaremos a casa lo antes posible.
—Sí, gracias —sin quererlo le ardían las mejillas.En la calma de la noche la paciencia quería cerrar los ojos de la más joven, despertó sintiendo la punta de algo picar su costilla y desde luego se asustó, Piccolo la pinchó con su uña y le pidió volver a prestar atención.
Al inicio sin sorprenderse tanto veía una tras otra estrella titilar, sin embargo la diferencia de lo que ella acostumbraba ver, es que el cielo estaba siendo invadido por ellas he incluso unas que no centelleaban.
Lentamente su vista se envolvía de la oscuridad prestando atención a los detalles hasta percatarse de un tenue color blanquecino, como una mancha en diagonal que apesar de su débil resplandor a simple vista podía apreciarse.
Ella de inmediato se incorporó, miraba todo a su alrededor siempre al horizonte hasta subir la vista de lo que parecía un domo gigante que terminaba en los límites de la tierra, regresó la atención a los astros, esto es la bóveda celeste, es todo esto. Gohan de reojo la miraba asombrada con la cabeza hacia arriba.
—Bema vuelve a acostarte, te dolerá el cuello si sigues en esa postura—sugirió Piccolo.
—Sí, señor —hizo caso envolviendose con la frazada naranja.Bema descansó un poco de la posición en la que estaba para volver a centrar su vista al firmamento; Si aquí y ahora se ve el cielo así, ¿cómo se habrá visto años atrás?, ¿el cielo siempre es el mismo?, ¿Tendrá edad?
Con la cámara tomó algunas fotografías al cielo y al horizonte. Rezaba en sus adentros para que aún le quedara rollo, tomó fotos del atardecer y de sus amigos.
—Maestro, ¿Por qué algunas estrellas no centellean? —accionó la pequeña grabadora.
—Bueno... Las estrellas titilan gracias a los efectos de la atmósfera sobre los rayos de luz de las estrellas. A diferencia de ellas, los planetas parecen un punto fijo, su luz no es puntual, sin embargo, son más cercanos. Aunque... Pocas veces ellos también pueden emitir un parpadeo según las condiciones en las que nos encontremos.—Con que dependen de ello, y son planetas entonces... vaya...
Con la curiosidad de un niño Bema hacia pregunta seguida de la respuesta de su maestro en determinado tiempo. Cada respuesta le hacía sorprenderse o cuestionarse incluso le asombraba que por más sencilla que pareciera la pregunta en la respuesta intervenían varias cosas para su explicación.
Asi que existe una fuerza que sostiene el sistema solar y también una que puede destruirlo, como los agujeros negros... Por fuera el planeta puede ser destruido o absorbido, pero ¿y por dentro?, ¿Qué puede hacerlo colapsar? Mi verdadero mundo, mi planeta ¿será que está colapsando?, pero entonces por qué están los vortices.
Bema antes de expresar su última interrogante con algo de intriga el erudito prosiguió a explicarle las constelaciones a su alumna desde la ubicación como la historia que las conforma, el gusto y encanto del erudito por esos conocimientos eran tan notorios para la joven aprendiz que la contagiaba de ese entusiasmo, ya no quería interrumpirlo. Eso sí, la chiquilla no dejaba de lado sus propias incógnitas ¿Qué estaba causando la aparición de portales en su mundo?
Siendo las trescientas horas Gohan decidió volver con las niñas al hogar, Piccolo sin mucho ánimo le ayudó con las maletas y demás equipo, Pan acompañaba a su padre bostezando de cansancio, Bema yacía en los brazos de su maestro pues estuvo a punto de caerse de su espalda dos veces por el sueño traicionero. Luchando por mantenerse despierta a su maestro le preguntó:
—Maestro Gohan, ¿cree usted que pueda ayudarme con un problema? —con su somnolienta voz era apenas audible —Mi planeta... ¿qué debo hacer? Si no puedo... volver... —cayó rendida.Gohan la escuchó y creyendo que se trataba de alguna duda de las materias él le respondió:
—Claro que sí.Entraron a casa de sus padres con cautela, Gohan agradeció el gesto a su amigo y él se marchó sin más. Las niñas descansaban en la misma habitación de Bema, mientras Gohan trataba de hacer que Goten le dejara espacio para dormir junto a él.
El erudito no tuvo mucho tiempo de explicarle las constelaciones a su alumna y otras cosas del espacio exterior, no obstante le dio la noticia que después lo intentarían con prismáticos y si se daba la oportunidad un telescopio estaría en camino con su debido tiempo, hubo cosas que sin planearlas sucedieron, unas se ignoraron y otras parecían tener resultado; captó el interés de la niña. Debía mantenerlo así en las siguientes sesiones y tal vez continuar cuando la chiquilla vuelva de su entrenamiento.
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Fortuito: La esperanza que el caos abrazó
FanfictionCamina con desgane sintiendo el frío viento en sus mejillas deseando deshacerse de un sentimiento amargo en cada paso que da, hasta encontrar lo que le permitiría un cambio, pero ¿ese cambio habrá llegado más tarde que temprano?, ¿para quién? Qué ta...