La maleta está otra vez en la basura regada con yogurt de fresa, busca en su interior deseando que todo estuviera ahí, y sí, todo está allí a excepción de su oso de papel. El aroma a papel quemado la guió a dónde dos niños pisoteaban las cenizas del oso con malicia. Apenas se asomaba para verlos cuando dos compañeras suyas llegaron.
—¿Tu cerebro es tan frágil como esta bola de papel? —lanzó la bola de papel que cubría un guijarro. Más de aquellos misiles le fueron lanzados por ambas chicas.
—Tus intentos por ser igual a él son inútiles —recalcó una de ellas.
Nunca antes había experimentado un dolor físico similar creyendo que tarde o temprano caería muerta del cansancio, ¿debía retroceder? No podré con el entrenamiento, moriré antes de saber dar un buen golpe. Con una mano cubría un costado por el dolor del esfuerzo. Trataba de motivarse porque su propia voluntad la estaba abandonando. Recordar las maldades de sus compañeros y que eso la motivara le daba miedo, miedo de ella misma. Tal vez fue mala idea aceptar.
—¡Solo te falta uno, Bema! —gritó su maestro en el árbol que era la meta final.
La chiquilla sentía un órgano apunto de reventar, dejó de trotar para avanzar caminando, a este punto Goku fue hacia ella sujetándola de su pequeña mano sudorosa.
—No te detengas, estás muy cerca —le decía el mayor escuchando su respiración forzandose.
—Quiero detenerme...
—Camina un poco más y luego sigue el paso conmigo.
Bema tomó el aire suficiente hasta volver a trotar junto a su maestro, el dolor regresaba, la mano que sujetaba la de su maestro temblaba a punto de soltarse hasta que...
—¡Ja! ¡Logramos llegar!
Y la chiquilla se dejó caer al suelo más adolorida que satisfecha. Ya en el árbol dejó que descansara bajo la sombra de las ramas haciendole compañía. Ya no quiero abandonar otro intento por cambiar, pero maldición. Si renuncio el resultado será el de antes, si continuo... Si lo consigo y regreso a mi mundo ¿me atrevería a herir a esos chicos por rencor?
—Descansa cinco minutos más, por suerte para ti terminó el entrenamiento —dijo el mayor relajado apoyando la cabeza sobre sus brazos—. Iremos a casa.
—Maestro Goku... Yo me temo que dejaré el entrenamiento —confesó dudosa.
—¿Eh?, pero si no lleva mucho tiempo que comenzamos —se incorporó sobresaltado— ¿por qué?
—No lo resisto, me duele todo el cuerpo al día siguiente y la verdad se vuelve complicado para mí levantarme temprano sintiendo frío y sueño.
—¿Entonces cuál fue tu razón para aceptar el entrenamiento? —preguntó.
—También quería aprender a defenderme, sentirme fuerte y segura —la expresión de su rostro reflejaba lo lejano que veía aquello—. Soy muy perezosa hasta para cambiar.
—Lograste resistir cinco días, quisiera que mantuvieras ese animo de la primera vez porque conforme avances ya no tendrás las mismas dificultades. Te propongo algo; dura dos semanas más en el entrenamiento, solo tú sabrás que cambios hay en ti, pero si no hay algo bueno que te aporte esto entonces no te presentes al entrenamiento de la tercera semana conmigo, te esperaré a las siete en punto de la mañana. Te aseguro que no pasará nada si no te presentas.
No pasará nada si no me presento, no pasará lo que quiero si no lo hago.
La clase de Bema finalizaba, Gohan por su parte preguntó a su alumna si algo ocurría porque desde el comienzo estaba distraida, la chiquilla explicó su situación.
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Fortuito: La esperanza que el caos abrazó
FanficCamina con desgane sintiendo el frío viento en sus mejillas deseando deshacerse de un sentimiento amargo en cada paso que da, hasta encontrar lo que le permitiría un cambio, pero ¿ese cambio habrá llegado más tarde que temprano?, ¿para quién? Qué ta...