Capítulo 5.

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—Jimin —reconoció la voz del tigre y paró en seco dando media vuelta. —Tenías razón.

El peli naranja frunció el ceño cruzándose de brazos. —Gracias pero no sé de qué o porque tengo razón.

—Sobre Taehyung, me duele que quiera emparejarse con mi mejor amigo —admitió desviando la mirada.

— ¿Hay algún lugar tranquilo por aquí? ¿Libros? ¿Bibliotecas? Necesito leer algo y estar en paz por unos momentos —pidió con suavidad, siendo amable lograba conseguir algunas cosas.

Jungkook asintió tomando su muñeca, Jimin se vio decepcionándose a sí mismo cuando el toque del tigre no causó las mismas cosquillas que causaba el toque del león. Estaba siendo patético y ridículo.

El tigre los guío por la enorme casa hasta una espaciosa biblioteca. Jungkook se tomó la molestia de explicarle que en esa zona se centraban las oficinas del líder y su equipo el cual algún día estaría a cargo del tigre. Le contó que Yoongi solía ir a estudiar ahí y encerrarse por horas algunos días a la semana pero justo ese día tenía que realizar un par de tareas como el futuro líder, era un león ocupado.

—Mi padre es cocinero aquí y mi madre es la modista de la señora Min —le contó el tigre. —Yoongi es mayor que yo y crecimos juntos, aunque su transformación fue tardía es uno de los leones más fuertes del clan.

Jimin lo escuchaba mientras ojeaba algunos libros muy antiguos. —Su león es un caprichoso cabezota —opinó el peli naranja. —Simplemente me cazó en el bosque y me trajo aquí.

— ¿Solo así? ¿No hubo contacto además de eso? —el peli naranja negó. 

—Solo me alimento y dejó dormir en su cama además de que estoy usando su ropa.

—Con razón está tan calmado —Jimin levantó su vista del libro y lo miró sin comprender ¿Calmado? —Tienes su olor sobre ti, muy posesivo de su parte para apenas conocerte.

—Sí, bueno, mi zorro siente una especie de conexión con él —admitió volviendo a ojear el ejemplar en sus manos. —Es por eso que sigo aquí, podría volver al bosque pero no sé, mi animal se siente protegido y en paz con él. Muy extraño porque uno generalmente no se siente así con un desconocido.

Jungkook se encogió de hombros. Estaban en el centro de la biblioteca, Jimin estaba sentado en una alfombra sobre el piso mientras el tigre estaba recostado en un sillón.

— ¿Por qué demonios se escaparon de mi ustedes dos? —Jimin escuchó la voz del león más lo ignoró.

—Jimin tenía ganas de leer algo, estar encerrado como parte de la decoración no debe ser divertido, Yoon —aclaró Jungkook.

—Podrías habérmelo dicho —dijo el rubio al peli naranja quien ni se inmutó. —¿Qué pasa?

Jimin cerró el libro mirándolo. —Ve a entretener a la pantera —dijo sin filtros levantándose de su lugar. —Por algo sigue aquí ¿No? Digo, a él lo conoces más que a mí.

— ¿Podrías dejar de decir mierda por un momento? ¿A caso estás celoso, zorrito? —inquirió con picardía.

—Voy a advertirte una cosa, Yoongi —habló firme acercándose al león. —No juegues conmigo, puede que sea un zorro pero soy más de lo que ves.

No le dio la oportunidad al otro de decir algo cuando salió de ahí echando humos ¿Podían culparlo? Su animal quería a la pantera fuera de la mansión, lejos de Yoongi. Maldito zorro inmundo ¿Por qué se había encaprichado con el futuro líder de la manada? Hubiera preferido a alguien más humilde, como Jungkook.

— ¿A caso todos los pasillos son iguales? —se cuestionó en voz alta una vez que se dio cuenta de que estaba perdido.

—Sí, solía perderme aquí de niña —contestó la voz de una mujer.

El zorro se dio la media vuelta con el corazón desbocado del miedo, se encontró con una leona de su edad. Lo sabía por su aroma, los leones tenían aromas fuertes y extraños.

—Oh lo siento, soy una tonta por no presentarme —dijo sonriendo con total naturalidad. —Mi nombre es Suran.

—Soy Jimin —contestó dudoso mirando a la chica quien abrió los ojos ante la sorpresa.

— ¡Eres tú! —exclamó dando un salto. — ¡Oh por dios, eres tú!

—Si ¿Por qué saltas y exclamas como una loca? —inquirió algo disgustado.

—Lo siento —se apresuró a decir. —Es que me emociona conocer al omega que tiene tonto a mi mejor amigo, Yoongi no paró de hablar de ti en todo el entrenamiento.

— ¿Entrenan? —Suran asintió. — ¿Para qué?

—No sabes nada de cómo son las cosas aquí ¿Verdad? —Jimin negó.

—Estuve todo el tiempo en su habitación y recién hoy conocí el comedor —admitió sonrojado.

—Bueno —la chica suspiró. —Ahora estamos donde tú no deberías —dijo mirando hacia todos lados. —Esta ala es exclusivo para los allegados a los líderes de la manada pero tú serás más que eso, serás hombre del futuro líder así que supongo que no te importará si te muestro algo.

La chica tomó su mano tirando de ella caminando por varios pasillos llenos de estatuas, pinturas y demás. Llegaron a un lugar donde había una puerta doble las cuales Suran atravesó seguido de él.

El lugar era una especie de arena donde en el centro había como un escenario donde dos leones luchaban y al rededor de ellos había chicos gritando además de vitorear a alguno de ellos.

Suran y Jimin se sentaron en las gradas viendo varios enfrentamientos hasta que vio algo que no esperaba, una hiena se subió al ring. Inconscientemente el aroma a miedo inundó el lugar ¿Y si lo habían encontrado? Todos en la arena sintieron su agridulce aroma.

Jimin tenía que salir de ahí porque corría riesgo y Suran sabía eso por lo que se adelantó para hablar.

—Malditas bestias patéticas, quédense donde están —advirtió.

—Un omega macho —dijo uno. — ¿Sabes lo difícil que es encontrar uno? Son mejores y más fuertes que las hembras.

— ¿En serio Matt? Si no me avisabas pensaba que era alfa —dijo con sarcasmo. —Él es un zorro —explicó.

—Mejor —la interrumpió otro. —Será más fácil de cazar.

—Le pones un dedo y te juro por mi vida que te demuestro que las mujeres somos fuertes, marmotas buenas para nada —escupió con rabia. —Nosotras cazamos y criamos a los cachorros ¿Qué hacen ustedes? Rascarse los huevos hasta irritarse.

—No podrás con todos nosotros —dijo quién antes fue una hiena devorando con la mirada a Jimin.

—Si Yoongi se entera que quieren darle caza y violar a su pareja no durará en arrancar sus penes para dárselos de comer uno a uno y lo saben —advirtió la leona y los tipos murmuraron retrocediendo a excepción de la hiena.

— ¿Tú más fuerte que un alfa? —inquirió la hiena con burla.

Suran sonrió y le hizo un gesto invitándolo al centro de la arena. Los dos tomaron sus formas animales mientras los gritos se hacían escuchar en toda la arena. La hiena fue la primera en atacar pero la leona lo esquivó aprovechando para dar un golpe para desarmarlo, el cuello de la hiena terminó entre los caninos de la leona quien le gruñó reclamando su autoridad.

Jimin no paraba de aplaudir admirando a tan valiente chica.

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