Capítulo 6.

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Jimin se pasó toda la tarde con Suran, la leona le enseñó la fortaleza de la familia de los Min, los leones dominantes. También pasaron por donde entrenaban las leonas, resulta que eran mujeres fuertes y hacían todo ahí.

A Jimin no le sorprendió ver a la hermana de Yoongi instruyendo a las demás y cuando se dieron un descanso bromeaban y jugaban entre ellas, no pudo evitar recordar sus orígenes.

— ¿Jimin? —lo llamó una de las leonas, Hyejin. — ¿Te sientes bien?

El nombrado asintió. —Solo estaba recordando —admitió en voz baja.

— ¿Qué recordabas? —preguntó Moon.

El zorro sonrió nostálgico. —Cuando era pequeño, solía abandonar a mi manada para jugar con los lobos —habló recordando aquellos tiempos. —Apenas era un cachorro, los lobeznos no eran prejuiciosos pero sus padres si —admitió mirando el piso. —Cuando se dieron cuenta de que era un zorro me alejaron de sus hijos y me quede solo, nadie en mi manada me quería por...

—Jimin —la voz de Yoongi hizo eco en la sala. —MoonByul te dije que lo estaba buscando.

—No soy una chivata —se defendió la leona. —Y Jimin está donde y con quién quiere estar.

—Eso ya lo sé —contestó el león. La mayoría de las leonas hizo reverencia a excepción de Suran y Moon. —Necesitaba hablar con él, solo eso.

—Estoy bien —habló Jimin entre las mujeres. — Las chicas solo me enseñaban algunos movimientos para defenderme la próxima vez que una pantera me amenace.

—Estuve hablando con Taehyung, eso no volverá a pasar además de que tendrás tu propia habitación —informó el rubio.

Jimin sonrió con cinismo. —Claro, como ya no dormiré en la alcoba del hijo del líder no me molestará.

— ¿Qué estás queriendo decir? —cuestionó Yoongi adentrándose a la habitación.

—No te hagas el idiota —respondió rodando los ojos. —Y si te importa, tengo hambre —gruñó haciéndole caso a su orgullo al pasar junto a él León empujándolo.

Yoongi miró a las leonas, Suran le sonrió haciéndole una seña de que lo siguiera. El rubio suspiró con pesadez y obedeció a su amiga, salió detrás de Jimin y lo siguió en silencio.

—Déjame en paz —gruñó el zorro cuando lo noto.

— ¿No dijiste que tenías hambre? —preguntó el rubio con un deje de burla.

El peli naranja se detuvo. —La cocina no queda para ese lado ¿Verdad?

—Al fin te das cuenta —el zorro se dio la media vuelta. — ¿Qué te sucede? Estás muy a la defensiva desde la mañana.

— ¿Qué hago aquí, Yoongi? —cuestionó cruzándose de brazos. — ¿Soy una clase de experimento? ¿Estás jugando conmigo? ¿Para qué me quieres?

—Para que te quedes ¿No es obvio? Me gusta estar contigo y no sé que signifique pero mi animal solo quiere verte feliz ¿Se supone que puedo enamorarme en tan poco tiempo? —se sinceró el león acortando la distancia entre ambos para tomar las manos del zorro. —No te voy a obligar, pero quiero que seas mi acompañante en la cena de mañana por la noche.

— ¿Qué pasa mañana por la noche?

—Se celebra mi futuro liderazgo y la prosperidad que hemos tenido —respondió acariciando una mejilla y algo de cabello naranja. —Serás oficialmente mi compañero, todo el clan sabrá que estás a mi lado.

—Pero no estoy seguro de querer serlo ¿Y si después te arrepientes? No es suficiente con que mi animal te quiera, debes conquistar a mi lado racional —se defendió alejándose del contacto, frunció el ceño cuando Yoongi sonrió.

— ¿Le gustó a tu animal? —preguntó a lo que Jimin asintió tímido. —Al mío le encantas.

Jimin rodó los ojos. — ¿Qué hay de la pantera?

—Taehyung está aquí por interés, lo alojaremos por un tiempo —admitió intentando retomar la cercanía.

— ¿Qué me asegura que no tienes nada con él? Es imposible creer que ignorarías a semejante belleza, esa pantera es sublime y yo solo soy un zorro de bosque sin casi educación —se defendió.

—Dicen que los zorros son astutos pero por lo que veo, tú eres la excepción —habló burlón.

—También dicen que los zorros somos unos embaucadores, tramposos y mentirosos pero supongo que también soy la excepción —respondió con completa seriedad.

—Taehyung no significa nada, realmente no es más que una cara bonita y los dos sabemos que no durará por siempre —argumentó, Jimin seguía firme en su postura. —Zorro.

—Dime lo que quieres de una buena vez.

—Besarte —contestó el León con completa sinceridad, la cual sorprendió al peli naranja.

Jimin ni siquiera se movió cuando Yoongi redujo la distancia entre ellos, no se alejó cuando sus rostros estuvieron los suficientemente cerca como para mezclar su aliento. El zorro tampoco se movió cuando los labios del león rozaron los suyos pero correspondió cuando esté lo besó. Fuego puro ardiendo sobre su piel, alcohol dulce en sus labios.

Jimin sentía que iba a caerse por lo que decidió aferrarse al león, Yoongi lo sostuvo contra su cuerpo como si fuera lo único que necesitara.

—Veo que lo de ustedes avanza bien —habló alguien que hizo a Jimin sentirse cohibido alejándose del león. —No olvides tu lugar Yoongi —advirtió la pantera. —Y lo que debes representar.

—Deberías evitar que mi padre te llene la cabeza con ideas imposibles —respondió el rubio.

—No lo tomes personal, Jimin —dijo el pelinegro mirándolos. —Pero si sigues con él no podrá conseguir su liderazgo, el clan no aceptará que un zorro sea pareja del león al mando ¿Qué pasaría con la descendencia? ¿Hay algún león en tu familia? No eres un depredador con el cual pueda competir.

—Ve a hablar mierda a otra parte, Kim —advirtió el león. —Un grupo de ineptos no va a elegir por mí y duela a quien le duela lo elegí a él.

—El tiempo y los acontecimientos se pondrán de mi lado, Yoongi —y con eso la conversación se dio por terminada.

—Jungkook me contó que era de orígenes humildes pero no puedo verlo en su actitud —dijo Jimin pensativo. —Por eso dijo que no era personal, siendo tu pareja tiene la comodidad asegurada para él y su familia.

— ¿De dónde sacaste eso, Jimin?

—Es supervivencia, Yoongi —el león se sorprendió pero le dio la razón. —ahora llévame a la cocina por algo de comer, muero de hambre.

Yoongi lo guió hacia la cocina a través de la enorme casa, una vez llegaron a destino el león les pidió a sus empleados que se dieran un descanso aprovechando a cocinar para Jimin el cual no podía dejar de verlo mientras se movía con agilidad en la cocina.

—No creí que supieras hacer algo más que rugir —se burló el zorro.

—Soy una cajita de sorpresas —respondió coqueto.

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