Capítulo 15.

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—¿En serio? ¿No había más papeles? —cuestionó con sarcasmo a su consejero. —Ni siquiera tengo tiempo para respirar e insistes en que evalúe algo que no es urgente.

—Ahora que asumiste el papel de líder debes cargar con ello —lo regañó el menor.

—Pero si mi padre estaba rasca*- —el tigre le dio un zape. —¿De dónde sacaste la confianza para tal cosa?

—Jimin me respalda —respondió con simpleza. —Tú eres más responsable que tú padre y si me pones un dedo encima tienes que lidiar con una pantera más rápida que tú y un zorro que puede matarte de un arañazo.

Yoongi respiro hondo y suspiró dispuesto a seguir con su trabajo. —Estoy cansado —se quejó.

—De todas formas aunque termines temprano, Jimin está con las leonas capacitando a otros felinos para la caza —informó llamando la atención del león. —¿Qué?

—¿No es mi trabajo también supervisar esa clase de actividades?

—Si, debe haber un control pero-

—Creo que iré a ver —lo interrumpió el mayor acomodando su camisa. —Necesito ver eso, digo, ya sabes que es vital que tengamos buenos cazadores en esta manada ¿Verdad? Ya que vivimos de la carne...

Antes de que Jungkook pudiera responder dejó la oficina apresurando el paso, se moría de ganas por ver a Jimin como instructor: lleno de confianza y tan demandante, tan sexy. El solo imaginarlo en ese puesto hacía que su cabeza lo fantaseara, liderando la manada... Una imagen de su fantasía que se podría hacer realidad.

Abandonó el edificio bajando las escaleras dispuesto a transformarse para emprender camino hasta que vio las camionetas llegar. Jimin y su hermana fueron los primeros en bajar de la primera camioneta, el cabello rosado de Jimin se veía sedoso y brillante bajo el resplandor de la aurora. Parecía que habían tenido una caza exitosa ¿Tanto tiempo había pasado en la oficina? Definitivamente iba a tener unas ojeras notorias.

Ni siquiera se molestó en fingir simpatía cuando algunos de los integrantes de la manada se acercaron a saludarlo, incluso Suran se burló de su aspecto mientras que su novio solo reía manteniéndose al margen junto con Byul. Una vez que el equipo de caza se dispersó, tomó la muñeca de Jimin para tirar de ella.

—¿Yoongi? —preguntó el zorro sin entender la actitud del alfa.

—¿Sabes que la ropa a la medida te sienta muy bien? — tiró del chico para ingresar a la estructura de la cual había salido.

Jimin lo siguió con las mejillas calientes, la ropa que llevaba era de una tela que cedía pero se adhería al cuerpo.

—¿Qué sucede? —quiso saber cuándo se dio cuenta de que Yoongi lo estaba llevando a la habitación. —¿Yoongi?

Una vez que llegaron, el león encerró al zorro dentro de la habitación con él. Jimin no entendía mucho, su novio parecía mentalmente cansado mientras parecía devorarselo con la mirada, bastante extraño. Generalmente Yoongi era paciente y tranquilo cuando estaban juntos, ahora parecía ido mientras desataba la corbata en su cuello con una lentitud exagerada.

—Desde ayer en la mañana que estuve en esa maldita oficina —dijo tirando la corbata a algún lugar. —Solo te vi en el almuerzo y apenas intercambiamos palabra.

Jimin se acercó al león sonriendo coqueto y acarició sus hombros para después sostenerlo con delicadeza.

—Estás muy tenso y yo todo sudado ¿Te parece si nos bañamos juntos? —el zorro sonrió complacido ante el ceño confundido del mayor.

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