A falta de pan...¿pepino?

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Sam, creo que vamos a tener un problema y de los grandes, no entiendo porque tú también tienes que estar prendada de ellos. Molls me dejó por verlos y ahora tú estás repitiendo la historia.

Seguí a mi Sam, después de ese beso compartido mi amor se dispuso a abandonar el lugar y yo no pude encontrarla, hasta que la he visto cerca de esos dos.

¿Qué tienen ellos Sam?

Esa es la pregunta que me atormenta, no podría ser sólo el físico, tenía que ser algo más porque ya perdí a Molly, no iba a volver a perder a nadie más y menos por dos tipos que no saben apreciar estar bajo las atenciones de una deidad como lo es Sam.

….

Quedé de piedra, mi Sam estaba con la cara enterrada en el culo de ese pendejo, quería entrar y arrancarle la garganta. ¿Matarlo estaría mal?...yo creo que tal vez no, después de todo Sam solo me tendría a mi, yo puedo darle lo que ella quiera. Soportaría más que ese imbécil, no puedo creer que hiciera un berrinche por unas bolas en el culo, si mi Sam me lo pidiera las llevaría por gusto no por castigo…

Los he seguido, luego de ver a mi Sam salir y poco después a la basura, una chica como ella está destinada a solo estar a mi lado, es obvio que el destino nos había unido, ella me llamó una bala pérdida pero entonces ella será la pistola que la necesita, es tonto pensar diferente.

Sam es perfección y yo sere lo que ella desea, esos tipos pijos de mierda no sabrán lo que significa ser el recipiente de placer de una dama, porque hasta ahora es patético, mira que pensar que podrían salir del instituto sin que nadie lo viera, par de pendejos.


MIERDA

Que coraje siento, estoy que no puedo con el dolor la agonía de ver a mi Sam en medio de ese par de estúpidos, no se dan cuenta de que deberían adorarla, arrastrarse a sus pies más de lo que lo hizo el puto Dylan y el banco de esperma de Jace.

Tachen esto, yo estaría encantado de hacer lo que mi Sam me pida, incluso si tengo que coger al banco de esperma, claro que entonces mi único problema es que están en mi camino, pero hey un poco de fuerza de más en los empujones y ups talvez un desgarro anal que los lleve al hospital, todo puede pasar cuando vas a médico, por ejemplo que te asesinen. Opino que es un buen plan pero ahora me tengo que hacer cargo de mi mismo estaba caliente, necesitaba sentirme tomado, así que lleve mi trasero caliente a casa, me encerré y fui directamente a la nevera hasta llegar a mi objetivo.

Bien dicen que a falta de pan, agua. Perdoname pepino pero tengo hambre y tú eres el encargado de sacarme la leche. Me obligue a ignorar lo que haría, no sería la primera vez, pero había pasado un tiempo desde que algo me jodio y no tenía listo nada para prepararme, por lo que me tome mi tiempo para desinfectar y pelar el pepino, mis manos temblaron al sentir la textura resbalosa y fresca sabiendo muy bien que pronto estaría abriendome y empujándolo en mi cuerpo.

Toca saliva me dije, así que sin más me apresure hacia mi habitación, me desnude poco después de cerrar la puerta con llave y me acomode en la cama, desde donde sin miramientos escupí en mi mano y me la lleve entre las piernas.
Tome mi erección, palpitante el líquido me brotaba y pasaba mi pulgar por la punta, la sensación me recorría con rapidez, estaba tomando velocidad hasta el punto de sentir que quería arrancarme la verga a tirones, mis dientes se cerraron sobre mi puño, tragando mis gemidos porque estaba caliente, el abdomen me ardía avisándome de que me estaba por correr como un niño virgen. Fue en ese momento que arrastre mi líquido seminal, apreté mis testículos masajeando y busque mi entrada con tacto, empuje uno de mis dedos probando la resistencia.

Mi entrada estaba cerrada pero recordando a Sam y su boca talentosa, me perdí en la fantasía de que eran sus manos y cerrado los ojos a ciegas alcance el pepino que había traído y acerque la punta en un movimiento controlado, mis caderas se movieron empujandome y el cambio de temperatura me encendía, gemi cuando la punta me abría como si fuera mantequilla.

—Ah, ah ah Sa..Sa..ahh Samm — con su nombre brotando de mis labios, me dispuse a empujarme el pepino, ardió, mis ojos se apretaron y el calor me lleno. Ahogue un grito cuando pase el primer anillo y mi culo recibió todo, después de eso mi periodo de sequía tomo el control de mi cuerpo.

—AHHH SAM, SAM…SAM…AHHH—Solte al aire con desesperación, llamándola porque estaba moviendo el pepino en círculos, estaba siendo delicado, para mis estándares lo que significa que mi mano estaba acabando con mi entrada, gritaba cuando mis entrañas eran atrasadas por el frío, los surcos que deje al pelarlo y rozarme la próstata con cada estocada. Me detenía al borde del orgasmo, quería una orden, ansiaba que me mirarán y usarán. Chapoteaba mi entrada de manera obscena, mi mano se resbalaba, había llegado al punto de meterme el pepino y uno de mis dedos al mismo tiempo, eso me estiro y mis ojos se inundaron en lágrimas cuando mi orgasmo me derribo como una bala de cañón.

Grite al cielo, con desesperación cuando por mi propia lujuria, cambie mi posición y me senté en el pepino. Mi semen salió disparado mientras montaba el pepino, como si la vida dependiendiera de ello. No me detuve, estaba en una nube de placer deliciosamente doloroso, mi cabeza nadaba en las fantasías de mi Sam, conmigo entre sus piernas y cuando acabe no deje de joderme, es lo que mi Sam haría, obligarme. No importaba si estaba sensible, llorando continúe ordeñandome, acabe por estar tan abierto que el pepino ya no me molestaba, no supe cuanto tiempo había pasado, solo sabía que estaba en su sub espacio que terminó conmigo saciado, no tenía vergüenza y no era como ellos, yo a diferencia suya podía disfrutar del dolor, mi ano estaba destrozado, rojo como un rubi y estaba arriba de litros de semen, fui tan atrevido como para tomarme fotos y enviarlas a mi Sam…si tengo su correo, lo robe pero fue por una buena causa.

El último de mis pensamientos fue que yo demostraría ser lo mejor y nadie ni siquiera ellos iban a sacarme del camino, esperaba que mi Sam viera mi regalo y aceptará jugar conmigo, con mucho gusto la dejaría tomar me polla y mi culo, sería su estimulante personal.

Sam, Sam, Sam…no seas Molly

Mi Sumiso personalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora