El armario

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Jace pov.

Otro día más en este instituto. Y ya tengo una meta en la cabeza. Follarme a la nerd para conseguir la motocicleta de mi bro Dylan, el hijo de puta no sabe pero he visto cómo arrastró a la nerd a su moto.

Ni de coña lo consigues Bro, porque esa poca cosita de la nerd no te abrirá las piernas tan fácil. Al menos eso pienso, desde mi punto de vista ella me desea a mi, me toco y aunque mi primera reacción fue sentir asco, ahora tengo cierta curiosidad.

Mis ojos corren por los pasillos hasta que veo a Dylan. Esta, ¿cojeando?

— Pero que verga te paso, Bro. —le mencioné con burla. —no me digas que te jodieron el culo.

Lo veo, levantarme el dedo medio. —Chingas a tu puta verga, bro.— me responde llegando a mi lado.

—Eres un cabron, no te azotes, era broma pendejo.—Dylan sonríe y me da un puñetazo juguetón.

—No pendejo, a mi ningún hombre me jodió el culo. Ni que fuera la puta de Karlita.

—Asi que —ignorando lo que había dicho, no quería distraerme. Seguramente cojea porque la nerd le paró los pies y no pudo ganar la apuesta — ¿Qué se sintió ser rechazado por la nerd?

Mi bro, soltó una carcajada ante lo que le dije. Dylan como chingas, de ninguna manera te vas a llevar mi auto.
— No se de que mierda hablas Bro. —su respuesta no me convence, yo lo vi irse.

—No te hagas perro, te ví llevártela.

Dylan me mira como si yo hubiera dicho que los delfines tienen alas y vuelan.

—Ya Bro. ¿De cuál te fumaste? —el cabron me da una mirada de listillo de mierda mientras caminamos por el pasillo. Bueno yo le sirvo de muleta al pendejo porque me agarra como si fuera bastón. — y si has fumado porque no me invitas, para estar igual.

—Bro, tú me ves cara de pendejo —lo veo abrir la boca y antes de que diga nada me apresuró a decirle —ni te atreves. Ya derrama los frijoles. Te la follaste o no.

—No pendejo, en realidad me amarró me follo el culo y en realidad ahora soy su putita —me suelta con el sarcasmo escurriendo por cada palabra. Riéndose de mi, con la burla ante todo.

—Estupido, maldita sea. No se puede contigo. —se paso de verga, pero eso significa que la apuesta sigue en pie. Dylan no puede ganar.

Para cuando llegamos al aula, es que la veo. Allá está la sosa nerd. <<No decías eso cuando te dejo con las ganas<< mi voz de la razón me lanzó el pensamiento.

Ignorando el repentino silencio de mi bro. Me apresuró a dejarlo en uno de los lugares. No me pareció extraño en lo absoluto que no hiciera comentarios para la nerd, después de todo tenía la apuesta en mente, seguro ese fue su estilo. Yo por otro lado tenía que actuar.

Llegué a su lado y como no había llegado el estúpido maestro, la tomé del brazo. Esta chica me irrita a morir, no trato de salir de mi agarre, me ha dejado arrastrarla por el pasillo, hasta que llegue al armario del conserje. La de cosas que tiene este lugar es curioso, lo conozco como la palma de mi mano, aquí me he follado a tantas que he perdido la cuenta, en fin ponte en marcha Jace.

En mi apuro olvide el peligro de su presencia a mi lado.

—Jonathan —me congele cuando mi nombre, no un diminutivo salió de sus labios —eres un niño travieso. —¿Qué coño?, no me vengas con que de nuevo va a suceder.

Trata de hablar, pero su tono. Ese tono me gustaba, sabía que ella era otra cosa y la sentí moverse. Eres tan estúpido me dije, mi cuerpo quedó atrapado entre ella y la puerta.

Mi Sumiso personalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora