Pelea de...¿gatas?

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Pov Jace.

Esto no podía estar pasandome a mi, estoy muy seguro de tener bolas en el culo y mirando el piso hay un poco de sangre, de mi culo no hay duda.

El pánico no es una opción, pero jure que me iba a morir de un ataque al corazón cuando la puerta del conserje se abrió. Estaba abrumado con la perspectiva de tener que explicar mi vergüenza pero era mi Bro.

En ese momento ninguno de los dos hablo, digo que me jodan estaba en el piso y mi verga expuesta junto a mi culo, semen y sangre.

Ambos nos miramos, yo no sabía bien que decir note que su rostro era una mezcla de desesperación. ¿Celos? y estaba exitado, mierda mi bro era un degenerado.

—Ni siquiera lo pienses sucio pervertido.

—No seas pendejo Bro, no te voy a hacer nada cabrón.

— ¿Seguro? Te veo pendejo, esa es una erección.

—Si serás idiota, no es por tu culpa—con una sonrisa come mierda me dijo—¿Nos gusta por el culo, Bro?

—Hijo de tu puta mierda, ayúdame cabrón no digas mamadas mary jane.

— Idiota, levántate tu solito, no me voy a acercar a tus hijos sin nacer y a esa sangre ni con pinzas

—Que te den, cabrón —cuando lo dije note que estaba sonriendo el maldito.

Me levanté y como pude tome mis jeans y boxer del suelo, congelado cuando me di cuenta de que las bolas seguían en mi culo.

—¿Qué pasa, Bro?

—Nada…

—¿Son las bolas en el culo? —el maldito me pregunta todo fresco como si mencionara el clima y lo cerebro se puso en marcha.

—Dylan, porque estás tan malditamente calmado, esto es obra de la nerd de mierda.

Mi bro, me miró con un toque de ira y con un movimiento que no ví venir me hizo enderezar, obligandome a subirme los jeans y boxer y sentir como las bolas me tocaban un punto desconocido dentro de mi, gimiendo y haciendo que los dos nos detuvieramos yo por vergüenza él no sabría decir si era incomodidad o vergüenza compartida.

—Jace, tenemos que irnos. Te llevaré a mi casa sabes que nos están mis padres y tenemos que arreglar lo que te paso y hablar no te parece.

Había un tono extraño pero era mi Bro, podía decir lo que sea y mientras caminamos afuera ambos nos usamos como apoyo, hasta que descubrimos que ambos portabamos erecciones y definitivamente nadie podía vernos, pensarían lo peor y ninguno estaba dispuesto a ser atrapado. Por un muto acuerdo decidimos fingir que no escuchábamos nuestros gemidos estrangulados al caminar incluso cuando le pregunté por ello mi Bro solo dijo "Bolas" y entendí que él también las tenía, la diferencia es que mientras yo estaba tratando de convencerme que lo odiaba mi Bro estaba disfrutando la mierda, es "un masaje" me dijo cuando se lo señale con un susurro para cuando llegamos al estacionamiento y decidimos ir en mi auto. No íbamos a sobrevivir sin apoyarnos, mis piernas y las suyas amenazan con doblarse.

El viaje fue otra cosa, sentarme solo me introdujo las bolas más adentro, mi erección atrapada me dolía y mis caderas se levantaron, temía ser objetivo de burla de mi Bro.
Y cuando gire para mirarlo esperando la burla me encontré con mi Bro, con los brazos y sujetos al tablero, gimiendo, era incoherente ver cómo por voluntad propia estaba retorciéndose. Mierda al sentarse y pararse como haciendo sentadillas el pendejo se estaba jodiendo y le gustaba.

No sabía que hacer en esta situación, digo alguna vez nos masturbamos juntos pero ninguno se sentó al lado del otro ni nada, mirábamos la pantalla de la televisión y el porno se reproducía, no era como que alguna vez dijéramos nada cuando tomábamos una servilleta y crema para meter la manos cada quien en nuestros pantalones pero esto era diferente porque mi cerebro sabía que era antinatural hacer lo que mi Bro hacía.

Mi Sumiso personalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora