Alyssa [Massimo X Lectora] [365 Días] [En Pausa]

CHAPTER ONE

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C

APITULO UNO

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ALYSSA

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INICIO UN
POCO
CAÓTICO

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Observo desde el interior de la camioneta el gran instituto que era mi destino. Varios alumnos se encontraban en las afueras del mismo charlando, bromeando y algunos curiosos observaban la camioneta con curiosidad.

Los nervios se habían apoderado de mi pequeño ser y estaba pensando muy seriamente en aquella propuesta que me había hecho Massimo hace una hora. Pero, ya me había negado al saber las dobles intenciones de sus palabras, sabía el porque él no quería que entrara al instituto.

No entendía como aquel hombre no la dejaba descansar como se debía. La noche anterior Massimo no la dejo salir de la habitación, por lo cual su cuerpo se encontraba muy cansado y si no se movía constantemente sentía sus ojos cerrarse.

Domenico se encontraba mirandome con una sonrisa ladeaba en sus delgados labios, estaba disfrutando de mi nerviosismo, todo para aquel ser era muy divertido y más ver a una chica con miles de emociones a flor de piel.

Por su parte, Massimo se encontraba mirando la pantalla de su teléfono, muy ocupado viendo su contenido, tanto que estaba ignorandome completamente, aún cuando me encontraba a un lado suyo.

Enojado era una palabra muy pequeña para describir lo que sentía el hombre, estaba completamente furioso por qué supuestamente él ella se estaba volviendo muy rebelde. Ahora me estaba aplicando la maldita ley de hielo.

Observo a Massimo por sobre mis pestañas tragando en seco, quería que dejara de ignorarme, me molestaba que hiciera eso. Me acerco a los asientos delanteros y plantó un pico en la mejilla de Domenico, en me sonríe mientras saca de su pantalón su cartera y de ella toma unos cuantos billetes, con un guiño me los entrega.

Los guardo en el bolsillo de mi falda escolar mientras me giro levemente hacia el hombre junto a mi, mi mano empuñando la correa de mi mochila.

— Massimo... — mi voz sale en un susurro, sus oscuros ojos se conectan con los míos y aprieto mis muslos por inercia. Miro como su mirada baja a mis labios y paso mi lengua sintiendo los resecos.

Sus manos se vuelven puños, veo como las venas resaltan por ello, sabía que trataba de controlar sus impulsos y aquello me hacía sonreír.

— Fuera — ordenó demandante a los dos hombres en los asientos de enfrente y los cuales salieron como si el mismo diablo hablara.

En el momento en que las puertas delanteras fueron cerradas Massimo me jala por el brazo en su dirrección y por inercia me subo en su regazo, nuestros labios se conectaron en un beso fogoso.

Sus enormes manos las mantuvo en mis caderas manteniéndome pegada a su regazo, mis manos estaban posadas sobre su cabello oscuro, jugando con sus mechones. Jadeos se me escapaban en medio del beso, mientras sentia que algo presionaba mi intimidad húmeda. Si seguimos así terminaría siendo tomada por Massimo en la camioneta o algo parecido.

— Massimo... — me separo de sus labios lentamente tratando de que el aire llegué a mis pulmones —. Llegaré tarde a mi primer día se clases.

— Todavía falta para ello, tenemos media hora, bonita.