Memorias Sangrientas

Chapter Seven

Anabelle.

Me muevo nerviosa de un lugar para otro, solamente mi mente está debatiendo que mi sangre es tóxica, soy la cura para el fin de la raza vampírica, vengo siendo un anti-cristo.  Aunque solo quiero saber ¿Por qué soy así? He perdido la cuenta que hora es, ya no sé si es de día o a anochecido nuevamente.

Me sobo mis brazos con frío, mi estómago vuelve a sonar por quinta vez y sigo caminando como una loca por toda la habitación, hasta que las puertas se abren, dejándome ver a Edward quien entra con una sonrisa y sigue moviendo su rostro, como si algo le molestará

—Pensé en un principio que era casi imposible, pero luego al verte detenidamente, pude darme cuenta que son súper parecidas

— ¿De qué habla? —Pregunto, mientras me acomodo en mi cama, esperando a obtener una respuesta al nudo que tengo en mi cabeza.

—Tienen los mismos rasgos e incluso su carácter. —Sonríe mientras sigue mirándome y en sus ojos, se observa un poco de añoranza.

—Podría dejarse de misterio, y decirme a quien me le parezco tanto.

—A su abuela, Elizabeth Saltzman.
Y como si fuera un cubo de agua fría, mi corazón comenzó acelerarse.

— ¿Qué relación tenías con ella? No entiendo a qué se refiere, deje de mentir

Edward comienza a reírse.

—Tu abuela era una vampiresa de la alta élite, pertenecía a la dinastía Saltzman, una de las más importantes de la comunidad. Elizabeth vivía con nosotros porque era una gran aventurera y en cuanto llegamos a este pueblo, se enamoró de Vincent ¿No? ¿Tu abuelo no se llama así?

Asiento suavemente. Mi mente comenzó a colapsar, todo comenzó a encajar como un maldito juego de puzle. Los cuentos para dormir, su manera de hablar y como la muerte de mi abuelo le había ocasionado una gran crisis. Mis padres me prohibieron visitarla porque decía que se había vuelto loca, ella siempre hablaba de mundos raros, de cuentos de fantasías y de que era una persona importante en su pasado, que cometió errores.

—Elizabeth siempre quiso vivir junto con los humanos, los dos se enamoraron y entonces decidió tomarse la cura para vivir una vida humana. A los pocos años nació tu padre.

— ¿Y qué dijo su dinastía con su decisión?

—Le comentamos que perdimos el contacto con ella. Nuestro clan somos fieles a nuestros integrantes, y ahora eres la última de esta generación Saltzman.

Hago una mueca y me siento en la cama para analizar todo lo que Edward me conto.

—Nuestro símbolo es el Nudo de brujas ¿No? El símbolo de mi dinastía, siempre observaba el tatuaje de mi abuela en su muñeca

Edward asiente y se sienta a mi lado.

—Nadie se va a enterar que eres humana, voy a conseguir el collar de tu abuela y puede buscarte unas hierbas mágicas que tiene nuestro cultivador para que tus rasgos humanos pasen desapercibidos.

Necesito asimilar todo lo que están diciendo. Es demasiada información para creer de momento. Soy descendiente de un clan de Vampiros poderosos, mi sangre es mortal para la raza vampírica, solo porque porque mi abuela tomo la cura. ¿Si estoy en un show de cámaras ocultas, por favor? Paren de una vez

— ¿Y que pasara cuando escuchen los latidos de mi corazón? ¿Cuándo tenga mi regla?

—El collar de tu abuela es un talismán, te protege de todo lo malo, incluso de nosotros mismos.

Trago saliva y aprieto la sabana con miedo, con nervios.

— ¿Qué quieres de mí?

—Antes de saber que tu abuela era Elizabeth, pensaba tenerte como mi prisionera y sacarte la sangre, pero ahora voy a usarte para destruir a mis enemigos desde adentro.

— ¿Déjame irme? ¿Por favor? —Intento sonar fuerte pero estoy nerviosa, y mi mente es un caos con toda esta nueva información.

—No querida Anabelle, ya mis planes están en marcha y tú eres la protagonista de todo.

Con la misma sale del cuarto, sin antes darles instrucciones a quien vigila mi cuarto. Me quedo en la misma posición y el guardia me hace señales que le siga. No lo dudo y voy caminando detrás de él. No veo fotos, solo escudos y el famoso símbolo que había recordado por los cuentos de mi abuela.

Mis padres me decían que estaba un poco loca, que no le hiciera caso, incluso creo que recuerdo que me prohibieron verla al morirse mi abuelo. Ella no lo dudo mucho y a la semana se suicidó. Creo que había encontrado la respuesta a ese suicidio, el amor incondicional de ellos dos.

Me paro en seco, mientras veo el símbolo de Nudo de Brujas. Lo toco y siento como una chispa de sentimientos, cierro los ojos y recuerdo a mi abuela, tener su collar en su cuello, enseñándome su significado y mostrándome sus secretos.

—Humana, la están esperando.

Asiento, mientras sigo observando el símbolo. Camino hacia la puerta que me señalaban y veo a un señor mayor que carga unas hierbas, me sonríe enseguida cuando me ve.

—Bienvenida Anabelle. Tranquila pasa, que yo no muerdo.

Una sonrisa se me escapa de mis labios y camina hacia su dirección.

—Voy a sacarte unas muestras de sangre para ver qué tan toxica puede ser para nosotros los vampiros.

Asiento

Me acomodo en la silla y pongo el brazo a disposición de ese señor, para que me acabaran de sacar la sangre. El hombre saco una muestra bastante grande y comenzó a trabajar en el contenido de esta. Un poco mareada, intento incorporarme pero me siento sumamente débil.

Enseguida me brindo un algodón con un contenido bastante fuerte para que oliera. Le doy una sonrisa tímida

— ¿Cómo era mi abuela? —Le pregunto mientras me coloco el algodón en la nariz. Sin dudas el contenido me estaba mejorando poco a poco.

—Tu abuela era increíble, una soñadora, una rebelde y la mejor guerrera. Era la mejor cazadora de la comunidad Doolbckalb, no había presa que se le escapara.

— ¿Qué es Doolbckalb?

—Es la primera comunidad vampírica y ahora alberga a las familias de las dinastías más importantes, también es el hogar de nuestra señora creadora Lilith.

— ¿La primera comunidad? ¿Es de donde son todos ustedes?

—Anabelle, eso quedará para otra historia. —Me señala el hombre quien sigue preparando algo con mi sangre.

— ¿Será posible pasar desapercibidos de los demás vampiros?

—Claro que se puede, es solamente saber usar bien la magia y hechizar el collar.

Asiento algo inconforme y me llevan hasta mi cuarto nuevamente.
Siento que estoy en un laberinto de información, mientras pienso que las cosas están claras, llega nueva información que pone mi mundo de cabezas.

Debo ganarme la confianza de Edward primero, para poder obtener mayor información de todo lo que me está sucediendo. Necesito saber hasta qué punto, todo esto es verdad y que tan  importante soy en esta historia.