AnabelleNunca iba a poder imaginar que mi vecino acosador, es un maldito vampiro. Estuve siempre custodiada por ellos y yo simplemente viví mi vida como una lunática. El tal Zachary se levanta de su asiento, juega con unas llaves que tiene en sus manos y se acerca con una sonrisa juguetona en su rostro. Incluso creo a verlo visto relamerse los labios.
—Ya veo que me recuerdas, vecinita.
—Claro que sí, eres el vecino acosador que se masturbaba al verme por la ventana.
Comienzo a desafiarlo aunque tengo un profundo miedo en el interior de mis huesos, lo puedo sentir, aunque solo me gano una sonrisa de parte de él. Se acerca cada vez más y toma mis manos. Mi piel comienza a erizarse al sentir su tacto frío. Me mira fijamente a los ojos y quita las cadenas de mis muñecas. Se siente un gran alivio, por lo cual me concentro en darles pequeños masajes a mis manos y pierdo la noción del tiempo.
Cuando levanto la cabeza, que el dolor ha disminuido un poco, observo que Zachary ya ha vuelto a su asiento.
— ¿Puedes levantar tu cabeza, humana?
Levanto el rostro, de una manera bastante sumisa y humillante. Las lágrimas amenazan por salir, pero debo ser fuerte delante de toda esta manada de chupasangres. Aprieto con fuerza mis muslos, sin importar el daño que me esté ocasionando, solo el dolor aliviara mi miedo y desesperación.
— ¿Cuál es tu nombre? —Pregunta de una manera despectiva y como si fuera una orden a cumplir de manera inmediata.
—Anabelle Saltzman.
Respondo casi escupiendo odio. El señor se queda mirándome, casi analizándome, mientras que mi mente solamente está averiguando una manera de escapar de este horrible y asqueroso lugar, infestado de muertos vivientes.
—Me has dicho ¿Saltzman?
Asiento enseguida, mi sexto sentido me está enviando una alerta diciendo que esto no tiene buena pinta. Edward, el señor de hace unos momentos, comienza a dar vueltas delante de mí, no entiendo que significado tan especial tiene mi apellido en todo este juego. Zachary comienza a interrogarlo, pero no obtiene ninguna respuesta de su parte, creo que tanto él como yo, estamos intrigados de su comportamiento.
Pasan más o menos, alrededor de 5 minutos y mi paciencia comienza a estallar. Me duele el muslo y mi pantalón comienza a mancharse un poco de sangre. Puedo ver como las criaturas que se encuentran en la sala se controlan.
—Acaben de morderme, ¿Saben lo deliciosa que debe saber mi sangre? —Empiezo a provocar a los vampiros, pero ninguno se inmuta— ¿Qué carajo represento para ustedes? ¿Qué quieren de mí?
Zachary intenta responderme, pero Edward le hace una seña para que se calle. ¡Oh! Él es el líder de los chupasangres
—Anabelle, no te va a pasar absolutamente nada, estas en buenas manos — Intenta darme una sonrisa y me brinda su mano para que camine a su lado.
Atónica, y con más miedo que dudas, tomo su mano y comenzamos a caminar hasta fuera de la habitación. Siento que me está analizando, describiendo o no sé, siento que es una reacción bastante rara por parte de él.
—Padre ¿Qué haces?
—Zac, lleva a nuestra invitada a la habitación principal. — Le da una orden al acosador y se gira para mi posición— Querida, nos vemos luego
Ambos dos nos quedamos sin palabras. Zachary intenta protestar pero Edward lo amenaza con un castigo severo. Comenzamos a caminar y siento como el ambiente se pone bastante tenso y odio sentirme así. El chico abre la puerta y me da una señal para que entre.
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Memorias Sangrientas
VampirosAnabelle Saltzman se despierta en una sala de hospital después de estar desaparecida por 2 años, todos intentan averiguar qué fue lo que sucedió con ella, pero realmente lo único que recuerda es el nombre de un chico "Zachary". Con el paso del tiem...