Llamada entrante.
Megan sabía de quién se trataba, por lo que contestó sin rechistar.
—Rosé.—Saludó la pelinegra algo agotada.
—¡Amiga!—Exclamó con una inmensa alegría, pues luego de casi una semana no había visto su rostro. Aunque a su pesar, su alegría no duró tanto a causa de que no fue recibida con el mismo entusiasmo.—Wow, esa cara. Dime, ¿Qué mosca te ha picado?
—He llegado totalmente agotada luego de pasarme el día buscando a mi padre.
—Eh, tía. Pero no me digas que has ido a Corea en busca de tus padres.—Rosé frunció el ceño a través de la pantalla.
—Sí, lo he hecho. Es que, muero de la intriga por saber que ha estado haciendo como para no buscar a su hija ¿entiendes?—Argumentó sobre el por qué de sus acciones sin que Rosé pregunte sus razones por el cual la pelinegra ha tomado sus vacaciones de cumpleaños, un corto descanso luego de tantas tareas y un cuatrimestre agitado la misma no se lo tome con calma y vaya a relajarse a un lugar más entretenido.
—Sé que no debo de meterme en estas cosas, amiga...—Megan le interrumpió.
—Tienes todo el derecho de reclamarme o regañarme, lo que quieras. Aun así, necesitaba respuestas.—Revoloteó su larga cabellera que caía hasta la mitad de su espalda con frustración. Rosé en cambio, se dedicó a suspirar y a sonreírle como símbolo de comprensión. Su amiga de la universidad se encontraba frustrada por sus padres y no sabía cómo ayudarla, sin embargo, la tonta sonrisa que se asomó en el rostro en su amiga le resultó llamativa.
—Ala, que no solo es por tus padres que estás así.—Sonrió pícara y supo que lo que traía en mente era totalmente cierto, debido a su notario sonrojo y mucho más cuando llevo una de sus manos a su cara riendo.—Que no me digas que es por un chico.—Rio Rosé.
—Que tonterías dices, Rosé.—Megan rio, completamente avergonzada.
—Si, si lo es.—La rubia aún estaba empeñada en que si se trataba de un chico hasta que Megan tuvo que decirle.
—Está bien, si es por un chico.—Rosé aplaudió emocionada a través de la pantalla y comenzó a saltar en la cama.—Pero, ya.—Reclamó Megan en un intento de calmar las emociones de su amiga por ella.—Que no es para tanto, por Dios.
—No, sí es para tanto.—Le señaló con un dedo.— Porque Megan Edwards muy difícil se enamora de un chico, uno que sea real y no sacados de sus libros.— En algo su amiga tenía razón.—¿Y quién es? ¿Quién es ese afortunado que le trae loca? que le anda revoleteando esas tripas tan divinas que tiene.—Megan no pudo evitar reír ante las ocurrencias de su amiga.
—Bueno, en una de esas andaba...pues, buscando lugares para encontrar a mi papá. Y, pues, como siempre me ando perdiendo...—Hizo una breve pausa y aclaró nuevamente su garganta.—Me topé con un chico en una escuela vieja de esas de aquí en Busan. Lo que me parece extraño porque normalmente están renovando.—Musitó tratando de encontrar una excusa a su tan notorio sonrojo.
—Ya. Pero no es el interés que tienes por la escuela que te tiene así.
—Sí.—No podía negarlo por más que pudiese, todo en aquel chico le resultaba atrayente e intrigante.— Pese a la forma en la que lo conocí, hay algo en él que llama bastante mi atención.
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illegal | JJK.
FanfictionJeon JungKook es un famoso boxeador en el Strife Anger. Un centro de peleas a las afueras de Busan, lejos de cualquier ser humano que pretendía ser decente. El espacio perfecto para mover hilos de forma ilegal y en la que JungKook estaba líado si se...