Capítulo 12

107 6 0
                                    

Conforme TaeHyung conducía perdían de vista la gran ciudad de Busan, guiándolos por carreteras altas y desoladas. Por su apariencia, Megan acertaba que eran poco recurrentes por demás coches, bajó la ventanilla y logró respirar aire fresco llenando sus pulmones con aquella suave brisa que poco a poco comenzaba a ser fría.

Sus ojos fueron puestos sobre el castaño quien estaba sumamente concentrado en la carretera. Suspiró y el pareció notarlo. 

Sonrió.

Vaya que sonrisa más hermosa.

Por primera vez en lo que transcurría el viaje, la pelinegra le interesó repentinamente las facciones no tan delicadas del hombre. Su cabello había crecido bastante, pero a él tampoco le importaba al parecer, aunque no negaba que le quedaba realmente bien.

Algo en ese desconocido le producía confianza.

Cosa que también le hacía dudar.

Sentirse insegura.

Se aferró a la idea de que no todos podrían ser villanos en la realidad, cosa que al final no terminó de convencerle. Continuó observándole, no pretendiendo hacerle sentir incómodo. Su mandíbula afilada, perfecta... definitivamente. 

Aquel hombre no podría resultarle más que impresionante.

Parece que me he limpiado la vista.

Megan no pudo evitar sonreír por sus propias ocurrencias, con el descaro que le miraba a escondidas sin su permiso, tenía esa mala costumbre. El rubio, por el contrario, quitó toda inspiración que podría haber creado en su pequeña cabeza.

—¿Coloco algo de música?—Preguntó acercando sus manos hasta la radio y haciendo un ademán con encenderla y de algún modo, hacer que el camino sea más entretenido y menos tortuoso por como Megan tenía sus ojos puestos fijamente en él, sin vergüenza alguna.

Los ojos de la pelinegra se iluminaron por unos instantes al escuchar tal palabra salir de sus labios. Otra cosa que le fascinaba era escuchar música en sus ratos libres, especialmente si esta, estaba acompañado de un excelente libro que combinara perfecto.

Asintió sin dudar.

De pronto, I Want it all se escuchó en la bocina del auto. 

Al menos aquello le relajó un poco.



...

Un lugar desertado, simulaba aquello. Las manos de Megan se encontraban posicionadas dentro de sus bolsillos traseros con el ceño fruncido. Un viaje de media hora, fuera de la ciudad... para hallarse con lo que se asemejaba con un... desierto?

Su cuerpo se giró hacia el de TaeHyung quien apagaba el coche en el abandonado establecimiento. 

—Me has traído a un lugar que parece no ser habitado en años.—Dijo mientras una de sus cejas se enarcaba sin poder evitarlo. 

—Calma esas ansias, niña. Que aún no hemos entrado al verdadero infierno.—Sonrió con un ligero atisbo de... malicia. Aquella sonrisa hizo a Megan querer derretirse ahí mismo, no de placer...de temor, ahora temía por donde había accedido a seguir al chico.

TaeHyung en cambio, en vez de continuar con el juego de miradas, caminó delante de ella, para que así le siguiera. Megan lo hizo, segundos después... dudando. El rubio ignoró por completo su actitud y se concentró en caminar rápido para que no fuesen vistos por absolutamente nadie. 

Eran las reglas del recinto.

Al entrar, los gritos eufóricos inundaron sus oídos. Su vista se fijó en el lugar, los alta voces en cada columna, las paredes forradas de rojo como la sangre, toques ligeros de negro para lo que el dueño quería pretender resaltar. La cantidad de personas que se hallaban en el lugar eran incontables, la pelinegra era incapaz de poder hacer un recuento de todas.

illegal | JJK.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora