16

87 14 21
                                    

Narra Chester.

Había intentado sacarlo de mi cabeza y cuando se enteró, él se metió más.

Me abrí con él como un libro, pero aun no sabía lo más importante, el motivo de mis grandes depresiones y confusiones y me preguntaba si eso me convertiría en un fenómeno ante sus ojos.

Mis temores se hacían cada vez más grandes, cada vez que sus ojos me miraban yo sentía que mi corazón quería salir de mi pecho, cada que sentía su perfume, yo quería cerrar mis ojos y flotar.

¿Podía amarlo? ¿Realmente podía?

Aprendí a desconfiar de todos, miré como mi padre se molestaba con profesionales de la salud por tratarme como un objeto de curiosidad y no un niño en aquellas operaciones difíciles, después mi propio hermano me decía fenómeno y hasta me entregó a un desconocido para burlarse de mí. Entonces dime ¿Cómo podía confiar? ¿Cómo podía cerrar mis ojos y dejarme llevar?

--Confía en mí --Me dijo él, pero es que nunca he confiado en nadie más que en mis padres y en ese doctor, porque ese doctor era parecido a mi, por eso mis padres lo buscaron para atenderme.

Miré su asiento vacío y me pregunté si podía vivir sin él, si ahora era capaz de olvidarlo como hice con Rob, pero es que lo de Rob comenzó como un juego y lo terminé antes de que mi padre se metiera personalmente; fui cruel con él y no me arrepentí, no me arrepentí porque no podía confiar en él, pero Mike... A Mike lo había tenido cerca 24/7 con su perfecta sonrisa y toda clase de atenciones e insinuaciones ¿Como mierdas esperaban que no me enamorara?

No iba a poder, simplemente no iba a poder olvidarlo ¿Entonces que iba a hacer? Necesitaba irme con él e inventarle una excusa a mis padres.

Entonces me vi buscando qué decir a mis padres para poderme ir con él, para después pensar en cómo decirle todo a Mike. Tenía que hacerlo.

Pensándolo bien... Entre antes lo supiera mejor, si él me iba a odiar y provocar que yo muriera de tristeza, eso debía ser cuanto antes.

Miré a su escritorio vacío y recordé su beso en la frente y una sonrisa estúpida se coló por mis labios; a este paso iba a empezar a reír en pausas como auténtico idiota.

Entonces lo miré entrar por la puerta con su rostro preocupado.

¿Ahora que pasó?...

--¿Y bien? --Pregunte siguiéndolo con la mirada. --¿Qué dijo papá?

--¿Tu papá? Ah... Él... No, era mi padre; él está aquí --Me dijo sentándose en su silla.

--¿Tú papá está aquí? --Pregunté y pensé en que Muto se quedaba en un Hotel cerca del trabajo ¿Y si se quería llevar a Mike precisamente ahora que llegaría Bruno?

--Si, tú suegro está aquí --Dijo él y luego sonrió. No pude evitar sonreír sonrojado con eso, así que miré a mi pantalla. --Oye, no importa lo que pase; este miércoles serás mío --Dijo sin pensar mucho y yo volví a verlo confundido y sorprendido, él como que escuchó lo que dijo y entró en pánico. --No, o sea, no quise decir mío de... Eso. Sé que tú no... O sea... Yo confío en que un día tú y yo... Sólo me refiero a que saldremos ¿ok? Tú y yo saldremos el miércoles por la noche.

--Esta bien --Dije volviendo a mi pantalla, pero luego volví a verlo. --Bueno no ¿Cómo sabes que si quiero salir contigo? --Fruncí mi entrecejo, pero aquello se esfumó cuando él volteó con su sonrisa cínica.

--Porque yo lo sé.

Parpadeé un par de veces buscando como debatir eso, pero no encontré argumento alguno.

Especial Donde viven las historias. Descúbrelo ahora