Después de comer absolutamente todo lo que me ofreció sólo recuerdo que acarició mi cabello y yo me incliné para ver que ya casi amanecía.
No recuerdo más, y ahora aquí estaba, en mi habitación de Alemania, con un maletín en mi cama y un mensaje.
"Nova, eres impresionante. Ya llegó
el dinero y es real. Muchísimas gracias."No pude evitar sonreír, me levanté y me estiré con los ojos cerrados. Volteé a ver a mi espejo de cuerpo completo y noté que el vestido del baile estaba colgado en él.
Bajé la mirada por mi cuerpo y pude ver que tenía puestos unos pantalones de campana en color verde y una camisa negra, ambos de satín.
Temí por un momento que me hubieran visto desnuda, pero ya había perdido mi dignidad al bailar para un desconocido y sobretodo, por lamer su guante como si de una polla se tratara; así que ya daba meramente lo mismo.
Comencé a desabotonar la camisa y al quitármela pude ver la lencería que usé, abrí la boca algo sorprendida...
-Pero ésto es demasiado caro, ¿cómo se le ocurre?
Doblé rápidamente la camisa, ignorando el castañeo de mis dientes por el frío que entraba por mi ventana -que indicaba que llovería- y me quité los pantalones para terminar de confirmar que si, me había dejado casi todo puesto, incluso la falda que había tirado pero excluyendo la liga.
Me propuse a indagar en lo profundo de mi mente, lo más seguro era que me hubiera drogado, pero para alguien tan terca como yo, no me era imposible recordar.
Y unos minutos después una punzada de dolor golpeó mi cabeza, me quejé y acaricié en mi sien, como si eso lo fuera a disipar. Me senté en mi cama y cerré los ojos para concentrarme.
"-¿Le gustan? -Preguntó después de darme una uva-
-Mucho, demasiado dulces.
-Yo mismo las recolecté.
Bajó su mano hacia mí pierna y comenzó a acariciarla.
-No planeo llegar a nada sexual contigo -Me miró a los ojos- Al menos por ahora.
Se quitó el guante y volvió a bajar su mano, su tacto era increíblemente caliente y juraba ver marcas rojas como rastro.
Metió un dedo debajo de la liga que adornaba mi pierna y comenzó a masajear, era casi obsceno, como si hiciera alusión a la masturbación femenina. Levantó su mano, con su dedo enredado en la tela, y luego la dejó caer, provocando que me golpeara la pierna. Gemí porque no fue algo gentil y los diamantes como brillaban, dolían.
-¿Por ahora? -Acaricié mi pierna por inercia, chocando con su mano-
-¿Cree que es la única vez que nos veremos?
-Es que yo...
-No me expresé completamente, quizás no lo aceptarías.
-Pero de todas formas me obligaría a hacerlo, ¿no es así?
-Por supuesto que sí.
Subió su mano por mi espalda hasta llegar a mi cabello, tomó un puñado suavemente e hizo mi cabeza para atrás.
-Me tiene completamente obsesionado.
-Yo no lo tengo obsesionado, sino su mente.
-¿Entonces yo soy el culpable, no usted?
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The beast's obsession ; Bill Kaulitz
Fanfiction❝-Espero que con todo este puto desastre que me hiciste provocar te des cuenta de que... -Colocó su mano con la pistola en mi cintura y me acercó hasta que choqué bruscamente contra su pecho, su cara peligrosamente cerca de la mía, acercándose a mi...