Solo compañeros sexuales ¿Aceptas?....
Fue la propuesta que el austriaco le dijo a la soldado novata T/N, con la condición de NO involucrar sentimientos, pero por supuesto ser compañeros sexuales no es suficiente, T/N quiere ser más que eso, desafo...
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El coronel Alejandro Vargas se detuvo frente a una puerta metálica en uno de los pasillos del cuartel y giró el pomo con facilidad.
—Muy bien chulas aquí se estarán quedando —anunció con su característico tono relajado mientras empujaba la puerta para revelar el interior—Como se darán cuenta, las habitaciones son compartidas, así que tendrán que convivir con otros soldados. Si necesitan algo, no duden en llamarme.
Se giró para despedirse, pero antes de marcharse, ladeó una leve sonrisa en dirección a Rose. Luego, sin decir más, se dio la vuelta y se alejó con pasos tranquilos.
Rose lo siguió con la mirada, con su expresión relajada pero con un ligero aire de interés en sus ojos.
T/N, que no dejó pasar el detalle, cruzó los brazos con una sonrisa divertida.
—No sabía que te gustaban los hombres latinos. Bueno, no te culpo, no está nada mal.
Rose chasqueó la lengua y sonrió mientras se encogía ligeramente de hombros
—Está bien, está bien, me atrapaste. Supongo que es atractivo… no lo negaré.
—Lo supe desde que te sonrió —bromeó T/N.
—Oh, cállate ya. Mejor entremos, estoy agotada —Dijo divertida, antes de tomar su maleta y empujar la puerta con más ánimo.
Al cruzar la puerta, la habitación se reveló como un espacio funcional y sin lujos, algo que ya esperaban. Las literas alineadas contra las paredes, dos de ellas ocupadas, con pertenencias de otros soldados ya acomodadas.
—Bueno, nada diferente a lo que imaginaba —comentó T/N mientras recorría el lugar con la mirada.
—Solo espero que nuestros compañeros de habitación no sean unos malditos desquiciados, o no podré dormir tranquila en las noches —dijo Rose en su tono despreocupado, dejándo caer su cuerpo en una de las literas vacías.
T/N rió suavemente.
—Buen punto.
Rose se acomodó en la cama y luego miró a la joven.
—T/N, si no te importa, ¿puedo tomar la cama de arriba?
—Claro, como gustes.
Mientras T/N comenzaba a acomodar sus pertenencias en los cajones asignados, su mirada se deslizó hacia la otra litera frente a ella. Encima de la cama inferior, una máscara negra con detalles rojizos descansaba sobre una mochila militar.