Cada suave brisa, cada canturreo de alguna ave que andaba por ahí, cada chirrido de esa suave cama, impregnada por el dulce aroma de Carol, cada cosa en aquella habitación eran lo suficientemente reconfortantes para poder mantener en tregua a Daryl.
Ya se había despertado, hace varios minutos, más de los que él podía contar. A pesar de ello, aún no se atrevía a levantarse e irse.
Tenía los brazos de la pelicana alrededor de su cuerpo, mientras que este se encontraba de espaldas.
No quería levantarse por dos razones, tan simples como sumar dos más dos.
No quería desadormecerla y tampoco quería irse de ahí. Quería seguir sintiendo la calidez de su cuerpo; seguir sintiendo su pecho contra su espalda; seguir sintiendo sus delicadas y finas manos en sus robustos brazos; seguir sintiendo sus piernas entrelazadas con las suyas. Deseaba contiuar de esa manera por siempre.
Era la primera vez que mantenía cercanía física con ella por un periodo de tiempo muy largo. No era normal, pero no significaba que le disgustaba; sin embargo, temía un poco sobre como podría reaccionar Carol ante esa cercanía física.
Después de pensarlo por un minuto, decidió que lo mejor era irse antes de que la ojiazul despertara.
Lentamente y con sumo cuidado, fue separandose del cuerpo de su contraria. Primero levantó con delicadeza las tersas y delgadas palmas de sus brazos. Luego, con mucho esfuerzo, fue separandose del torso de ella, mientras intentaba remover sus piernas de las suyas.
No supo como, pero lo había logrado, de una manera u otra.
Se irguió y se dispuso a cambiarse, pues aún tenía puesto aquella camiseta de gatos lanza-lasers.
En su mente seguía la sensación cálida del cuerpo de Carol. Su olor impregnado en su ropa, en sus brazos, en su torso, en su cuerpo, en todas partes, pero más que nada, en su cabeza.
Nunca había planidicado terminar durmiendo al lado de la pelicana.
Pero todo ya había pasado.
Observó como la ojiazul continuaba dormida, descansando plácidamente. Parecía un sueño, todo de ella, le parecía un sueño.
Desde que había desaparecido Sophia, el había empezado a acercarse a la madre de esta. Sabía que debía de hacer algo para ayudarla. Sentía empatía tanto por Sophia, como por Carol. Sabía que lidiar con el bosque siendo tan jóven y sin tener ninguna experiencia de supervivencia, era sumamente peligroso. Él lo sabía mejor que nadie, pues lo había experimentado por su cuenta. La diferencia del caso es que el no había tenido que lidiar con caminantes cuando se había extraviado en el frondoso bosque, pero Sophia sí. Era lo más preocupante del aquella situación, al igual que la etapa por la que estaba pasando Carol en esos momentos.
El fue el único que no se dio por vencido en la busqueda de la niña, y también el único en que estuvo en todo momento para la pelicana, aunque no lo dejara notar mucho.
Y ahí fue donde le había agarrado aquel cariño, que lo carcomía por dentro.
Después de ver lo cuan destrozada se encontraba al saber que su hija se había convertido en un caminante, decidió darle un apoyo, uno emocional. Cada vez se acercaba más a ella y cada vez que lo hacía, caía en un agujero sin fondo llamado, 'amor'.
El no era conciente de eso, pero sabía que tenía sentimientos hacia ella. No sabía si de amistad, de enamoramiento, de familia. Simplemente no lo sabía y se negaba a darle importancia alguna.
Repentinamente, todo eso cambió cuando se enteró por boca de Rick que Carol había sido desterrada de la prisión. En ese momento habría querido ir por un automovil e ir en busca de ella, pero el ex-sheriff le había pedido que no lo hiciera.
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I don't know, but I love you. [Carol & Daryl] TWD
FanficEl cigarrillo, su mortificación; él, su adoración. Cuanto más asesine, más ética perderá. Tonto, ¿verdad? Para ella no. Era su cruda realidad.