9. Cielo.

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La deja sobre el manillar y apoya mi espalda. Noto su dureza entre mis piernas y el pulso no para de acelerárseme tan solo pensando lo que pretende.

-Tengo que asegurarme.- Mete sus manos por debajo de mi camiseta y saca mis pechos fuera de las copas del sujetador. En segundos sus labios están en mis pechos mordisqueándolos.- Creo que están tan perfectos como esta mañana.- Juguetea con mi pezón entre sus dientes y siento una punzada de placer entre las piernas. Busco fricción con el. Sabe lo que provoca, y no deja de hacerlo. Pasea sus manos por toda mi espalda y por todo mi vientre, bajando lentamente hasta que encuentra el botón y la cremallera de mis pantalones.- Esto me sobra.- Ágilmente se inclina hacia atrás y consigue liberar una de mis piernas.- Así mucho mejor.- Acaricia mi pierna libre hasta que llega a la ingle. Traza pequeños círculos en la zona más sensible hasta llegar al elástico del tanga.

-Nos puede ver cualquiera.- Digo entrecortadamente. Sus manos no paran de recorrer mi cuerpo. Y sus labios están posados en mi cuello. Noto su erección contra mi palpitante sexo.

-Cuando y donde quiera.- Dice recordándome el trato.- Siempre que nadie que conozcamos nos vea...- Muerde mi lóbulo izquierdo y tira suavemente.- Los chicos han puesto camino a casa y yo he dicho que me encargaba de encontrarte porque era el único que no llevaba a nadie de paquete.- Me besa y me muerde el labio.- Te he encontrado.- Pega su boca a la mía y nuestras lenguas empiezan a jugar.

No puedo resistirme a moverme sobre el. Me sujeto de sus anchos hombros y busco fricción. El mete una mano entre nosotros mientras me sujeta con la otra. Dos dedos pasan el elástico de mi tanga y un segundo después los introduce en mí. Los mueve como sabe que me gusta. Abro los ojos porque empieza a parecerme un sueño.

-Tú. Ya.- Entiende la orden al instante que se la doy. Baja la bragueta de sus pantalones y saca su erección de los bóxers rápidamente. Me alza y un segundo después me empala suavemente. Al principio me hace daño, pero dos segundos después el placer se expande por todo mi cuerpo y soy yo la que se mueve sobre el.

-Si haces eso no voy aguantar mucho.- Empiezo a moverme suave, dejando que él dirija el ritmo. Mete una mano entre los dos y juega con mi clitoris. Primero en vertical, y después en círculos.

-Así. Así.- Comienzo a moverme de nuevo rápido y el sale de mi un segundo.

-Mando yo.- Lo miro y lo veo sonriente, intento dejar de fruncir el ceño por la interrupción. Con un cielo de mil colores detrás. Está a punto de hacerse de noche. Parece un cuadro, y el, el protagonista. El protagonista de mis futuros sueños húmedos.- Apóyate y agárrate.- Dice colocando mis manos sobre cada lado del manillar.

Se coloca entre mis piernas y me agarra del culo hasta colocarse donde quiere. Una de sus manos se cuela entre nosotros. Empieza empalmándome suave, cuando ve que estoy segura agarrada y consigo no moverme, empieza más rápido, hasta empezar con un ritmo frenético que hace que una espiral eléctrica me recorra todo el cuerpo. Me agarro lo más fuerte que puedo, mi cuerpo me pide liberar la tensión. Traza círculos sobre mi clitoris hinchado. Lo oigo gruñir, y sin poder evitarlo, alcanzo el cielo de mi clímax. Unos segundos después lo hace el.

-Eres increíble.- Dice sentándose de nuevo en el asiento conmigo encima aún. Me rodea con sus brazos, me acerca a él y esconde su cara en el hueco de mi cuello. Su pelo huele a chocolate.

Me muevo ligeramente sobre él y lo sigo notando duro. El me clava su erección hasta el fondo con un rápido movimiento.

-Princesa, como tardemos más, las explicaciones las vas a dar tu.- Me río ante su cara de seriedad. Me alzó sobre él liberándolo, su erección golpea su cuidado vientre.

-Tendrás que esperar entonces.- Me pongo el pantalón como puedo y él alcanza la deportiva que me ha quitado.- Por cierto, tengo un DIU, antes de que mañana me vengas con la pastilla del día después. o alguna otra cosa.- Camino hasta mi moto mientras él se recoloca la ropa.

Jodido vasco.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora