El comienzo.

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-¿Estás segura que no quieres quedarte en casa?- Me preguntó mi padre sobreprotector.

-Papá, quiero estar en un dormitorio de la universidad.- Le dije.

-Vas a estar en Hollis, está a 5 minutos.- El me dijo.

-Lo se, pero yo quiero.- Le dije.

-Si algún día te hartas del dormitorio, tienes aquí tu habitación.
-Byron deja a la niña en paz.- Dijo mi madre cogiendo mis maletas y llevándolas al coche.

-Gracias, mamá.- Dije sonriendo.

-Nada cariño, tu padre se puede poner un poco pesado con respecto a tu seguridad. Siempre lo ha hecho, desde que eras pequeña. Me acuerdo de una vez, tenías dos años. Íbamos con Mike y contigo al parque y el no quería que fueses a jugar al parque tu sola porque había niños mayores que tu. Le dije que te dejase ir y cuando corriste allí uno de los niños que jugaban te dio un empujón sin querer cuando corría y te caíste. Se puso como loco. Luego un niño más mayor que tu te cogió en brazos y te calmó, su nombre era Ezra. Nunca me olvidaré de la cara de ese niño, porque te enamoraste de el en el momento en el que te cogió en brazos. Jugaste con el hasta que tuvimos que volver a casa. Todo el camino a casa te lo pasaste llorando porque querías irte con Ezra.- Ella me dijo riéndose.

-¿Volví a ver a Ezra?- Pregunté.

-No, no volvió a aquel parque.- Dijo ella.- Pero espero, que si algún día te echas un novio, me gustaría que fuese como el.- Ella me dijo abrazándome.

-No creo que tenga novio en un tiempo.- Dije riéndome.

-Vamos, chicas. Tenemos que ir a llevar a Aria.- Mi padre me dijo sonriendo.

-Vamos.- Dije subiéndome en el coche.

Cuando llegamos a Hollis, el me llevó a mi habitación. Mi padre era amigo del decano, porque el trabaja aquí así que me habían conseguido un dormitorio con Spencer fácilmente.

-No puedo creer que ya tengas que irte a la universidad.- Mi padre me dijo abrazándome.

-Papá, sabías que pasaría esto.- Le dije abrazándolo.

-Si, pero no tan rápido. Si necesitas algo, o tiene algún problema con alguien, profesor o universitario me lo dices que se les cae el pelo.- El me dijo.

-Si, papá.- Dije riéndome.

Al rededor de las 7 de la tarde conseguí quitarme de encima a mis padres. Spencer no venía hasta mañana porque estaba en casa de su abuela, así que hasta mañana tenía el dormitorio para mi sola. Empecé por colocar mis sábanas en la cama y después empecé a colocar mis libros en las estanterías.

Salí del campus para ir a por comida, se me había olvidado ir a comprar y no tenía nada ni para cenar ni para desayunar así que salí corriendo y compré lo necesario, ya que tendría que ir con el coche y no lo tenía aún. Maldito sea el que se le ocurrió que podría caber en un sitio en el que no entraba ni una hormiga y se cargó mi coche.

Tengo tanta mala suerte que justo cuando estaba llegando al campus empezó a llover.

-Mierda.- Susurré y empecé a correr con las bolsas de las compras.

-¿Necesitas ayuda?- Me preguntó un chico.

-No, estoy llegando ya.- Dije sonriendo.

-Venga, te ayudo.- Dijo cogiéndome una de las bolsas y metiéndola en su coche.

-¿No me vas a secuestrar, no?- Pregunté riéndome.

-A lo mejor, me gustan las chicas guapas.- El me dijo mirándome.

Amores de universidad. (Ezria)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora