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—¿Que te pasa?.— preguntó el Felipe al cachar que estaba muy callada.

—Tengo sueño.— mentí.

La verdad es que no podía dejar de pensar en lo que me hizo sentir el David con solo decirme bonita. Nunca me había pasado algo parecido con él porque siempre lo vi como el hermano de mi mejor amigo, pero ahora es distinto. Empiezo a verle todo lo bueno que nunca le vi. Siempre veía esas típicas historias de que se enamoran del hermano de su mejor amigo, pero nunca pensé que me iba a pasar a mi porque simplemente el David no era de mi gusto. Tampoco quería que me pasara porque no quiero que las cosas cambien entre el Felipe y yo.

—A ti te pasa algo más, no me haci' weon.— dijo analizándome, yo negué.

Justo cuando iba a hablar, el David se subió al furgón y me quedé callada mirando hacia otro lado.

—Yapo celeste, ¿segura que estai' bien?.— preguntó nuevamente el Felipe, viéndose más preocupado. Él David se dio vuelta para mirarme, ya que nosotros íbamos en los asientos de atrás.

—¿Qué pasó?

—Es que a la Celeste le pasa algo pero no quiere decirme.— dijo amurrado.

—Pero déjala tranquila weon. Debe tener sueño, a diferencia de uno, nosotros si nos levantamos temprano, y cuando yo me levante la Kay ya estaba lista.— le explicó el David y yo asentí dandole la razón.

—Vo' algo sabi'.— dijo mirándolo mal.

—Bah.— rodó los ojos.— Que voy a saber yo.

—¿Pa' que la defendi' entonces?

—Ah ¿no puedo, te tengo que pedir permiso?.— lo molestó para que se enojara.

—Felipe, déjalo.— defendí.

—Otra más.— dijo cruzándose de brazos.

—Felipe no quiero que andes webiando a los niños.— apareció la mamá.

—Ah chao, se unieron pa' retarme.— dijo enojado, tapándose con una manta.

—Que les vaya bien, amores. Me cuidan a la niña.— les advirtió a ambos y ellos asintieron.

—Siempre la cuidamos.

—Aonde culiao'. Yo la cuido, tú no.— soltó el Felipe haciéndonos reír.

—Ya, no se puede quedar callao' el weon. Duérmete luego.— respondió el David.

(...)

Llevábamos como media hora de viaje y yo no podía dormir. Son las 7:48 y aún queda como 1 hora. El Felipe se quedó dormido apenas empezó a andar el furgón así que mucho no puedo hacer. Al parecer el David también está durmiendo, como la mayoría.

Intenté estirarme un poco pero sin querer le pegue al asiento de adelante, donde estaba el David. Recé internamente que no despertara, pero se dio vuelta para mirarme.

—¿Pa' que me pegai'?.— me molestó.

—Que eri' pesao'. No te pegue.

—Estai' bien inquieta, te he sentido moverte todo el camino.

—¿No estabai' durmiendo?.— pregunté curiosa y él negó.

𝐀𝐋𝐆𝐎 𝐃𝐄 𝐓𝐈 ; Kidd VoodooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora