.★.SEUNGMIN y JEONGIN.★.

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Kim Seungmin

Todo se complicó de repente; una mujer nos había apuntado con un arma y logró subir al asiento de pasajero.

Me observó directamente a los ojos; la locura se reflejaba en ellos. —Enciende el motor o lo mato —señaló a Jeongin.

—Está bien.

Me subí al asiento del conductor. Mis manos temblaron en cuanto tomé el volante.

—¡Vamos! ¡Rápido!

Encendí el motor y presioné el acelerador con el pie. —¿Qué quieres de nosotros? ¿A dónde buscas llegar?

—Fuera de la ciudad, todo es un caos dentro —murmuró—. Conduce lejos de aquí.

***

Conduje unos minutos en un silencio tenso. Mis manos sudaban mientras sentía la mirada de Jeongin, y en ese intercambio silencioso, supimos lo que debíamos hacer. Decidimos tomar una medida drástica.

Jeongin, con destreza, comenzó a distraer a la mujer que nos apuntaba, mientras yo mantenía mis ojos en la carretera. En un momento preciso, Jeongin logró quitarle el arma y se preparó para actuar.

Entonces, sin previo aviso, giré bruscamente el volante hacia un lado. La mujer se desequilibró en la camioneta y Jeongin aprovechó la oportunidad para someterla. La camioneta chocó con fuerza, y el impacto nos sacudió a todos.

***

Aún estaba consciente cuando me percaté de que me encontraba atrapado entre los retorcidos hierros del vehículo. Cerré los ojos con fuerza mientras la punzada de dolor recorría mi cuerpo. El estruendoso caos del accidente aún resonaba en mi mente, y el olor a gasolina impregnaba el aire. Respiré profundamente, tratando de mantener la calma.

"¿Cómo llegamos a esto?", me pregunté. La situación me resultaba surrealista, como si estuviera atrapado en una pesadilla de la que no podía despertar. Hasta hace poco, todo era normal, una tarde tranquila con amigos (si lo normal sería entrar a robar e intentar desmantelar un laboratorio). Pero ahora, el mundo se había vuelto caótico, la normalidad había desaparecido, y estaba atrapado en este estado de confusión.

Con cada latido de mi corazón, me preguntaba si sobreviviría a esta pesadilla, si volvería a ver la luz del día en un mundo que alguna vez fue normal. El dolor en mis piernas era agudo, pero mi única preocupación era Jeongin.

El alivio llegó a mi cuerpo en cuanto escuché su voz en el asiento trasero. —¿Estás bien? —preguntó, respirando agitadamente, mientras desviaba mi mirada hacia atrás.

—Sí —respondí—. Estoy atrapado. Jeongin bajó del auto y logró abrir mi puerta, sus ojos se abrieron de par en par al ver mi estado.

 Jeongin bajó del auto y logró abrir mi puerta, sus ojos se abrieron de par en par al ver mi estado

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Yang Jeongin

Con desesperación en los ojos y el corazón palpitante, me esforzaba al máximo por liberar a Seungmin de entre los retorcidos restos del automóvil. Mis manos temblaban mientras intentaba apartar los escombros que aprisionaban las piernas de mi amigo. Pero cada intento era en vano; la carrocería estaba demasiado dañada, y él permanecía atrapado.

Lágrimas de frustración y angustia rodaban por mis mejillas. Cada sollozo resonaba en el silencio opresivo del lugar, marcando la impotencia que sentía al no poder ayudarlo. El sonido de mis sollozos se mezclaba con los restos del caos que nos rodeaba, creando una sinfonía desgarradora.

—¡Vamos, Seungmin, por favor! —exclamé entre sollozos.

La realidad era implacable, y Seungmin seguía allí, atrapado y herido.

—Jeongin, vete —murmuró.

—¡No! —no entendía por qué Seungmin me decía aquella estupidez; era mi amigo, no iba a dejarlo—. Nunca.

—No puede hacer nada aquí —murmuró—. Puedes salvarte.

—Te lo pido, Innie. Necesitamos más ayuda, y tú eres más rápido. —Seungmin forzó una sonrisa, a pesar del dolor.

—No puedo dejarte solo, no me lo perdonaría.

Me observó con determinación— Tienes que encontrar a Changbin y Chris; no deberías quedarte conmigo aquí.

A pesar de las palabras de Seungmin, vacilé, incapaz de abandonar a mi amigo en medio del caos que nos rodeaba. Me aferraba a la idea de que juntos podríamos superar cualquier adversidad.

—Jeongin, por favor —insistió—. Ve y busca a los demás. Prométeme que los encontrarás.

Asentí no muy convencido, sin despegar mi mirada de Seungmin. Volví a ingresar en el asiento trasero, le quité el arma a la mujer inconsciente y luego tomé mi celular. Marqué el número de Changbin; la llamada vibró varios minutos hasta que atendió.

¿Jeongin? —su voz sonó aliviada—. ¿Por qué nos abandonaron?

—No queríamos hacerlo. Una mujer subió al auto, logramos deshacernos de ella; está inconsciente.

Vengan a buscarnos; seguimos en el supermercado —bajó el tono de voz—. Hay personas, y estamos escondidos.

—No puedo —el miedo se instaló en mi pecho—. Tuvimos que chocar la camioneta, y Seungmin terminó atrapado —mi voz tembló—. No puedo sacarlo.

Respira, Jeongin, ¿sí? —intentó calmarme—. Cuando podamos, iremos con ustedes. Por ahora, es mejor no decirle nada a Chris, ¿entiendes?

—Sí, entiendo —mi mirada se desvió a la carretera—. No te preocupes, yo iré a buscarlos.

¿Cómo?

—Confía en mí.

Siempre.

Corté la llamada y volví mi vista a la camioneta. Le entregué el arma a Seungmin para que no estuviera del todo desprotegido. "Protégete", le dijo Seungmin, forzando una sonrisa a pesar del dolor.

—Volveré —le dije—. Solo no te mueras.

Me sonrió, y comencé a caminar por uno de los lados de la carretera; solo espero que esto funcione.

Touch me now// Stray KidsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora