Capítulo 10: Miradas

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En medio del bullicio del baile, Jon, se acercó a Anastasia con una sonrisa cálida. Su presencia era afable, y el tono de su voz resonaba con amabilidad mientras saludaba a la joven.

Jon: "Anastasia, ¿verdad?, Soy Jon, he escuchado mucho sobre la belleza y gracia de la dama que ha iluminado nuestro baile esta noche."

Anastasia, respondiendo con una sonrisa gentil, aceptó el cumplido con modestia.

Anastasia: "Sí, soy Anastasia. Es un placer conocer a alguien tan amable como tú, Jon."

La conversación entre ellos fluía con facilidad, llena de anécdotas livianas y risas compartidas. Jon demostraba ser un compañero encantador, y Anastasia se sumía en la alegría de la charla animada.

Jon: "Debo decir que Asgard ha traído una nueva luz a nuestro reino esta noche, y tú, Anastasia, eres un resplandor especial en medio de ella."

Anastasia, agradecida por las palabras elogiosas, respondió con calidez.

Anastasia: "Es un honor ser recibida de esta manera. Este baile ha sido maravilloso, y la hospitalidad de tu reino es excepcional."

La música en el fondo seguía tejiendo su hechizo, creando un telón de fondo encantador para la conversación entre Anastasia y Jon. Sus risas resonaban en armonía con la melodía del baile, y la conexión entre ellos se intensificaba a medida que compartían momentos alegres en medio de la festividad.

Mientras Jon y Anastasia continuaban charlando, el baile seguía su curso, llevando consigo la promesa de encuentros inesperados y nuevas amistades en este reino lleno de magia y sorpresas.

Mientras Jon y Anastasia continuaban charlando, el baile seguía su curso, llevando consigo la promesa de encuentros inesperados y nuevas amistades en este reino lleno de magia y sorpresas

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Con la revelación de que Jon era el hermano de la reina, la escena adquirió una nueva capa de significado. Aunque la charla continuaba siendo amena, la relación entre Anastasia y Jon ahora se teñía con una conexión más cercana debido a sus lazos familiares.

Jon: "Anastasia, me alegra que hayas tenido la oportunidad de disfrutar de nuestro baile. Mi hermana, la reina Sansa, está encantada de tenerte aquí."

Anastasia, sorprendida pero complacida por la conexión familiar, respondió con cordialidad.

Anastasia: "Es un honor conocer al hermano de la reina. Tu reino nos ha recibido con gran hospitalidad."

La conversación tomó un matiz especial al comprender la relación entre Jon y Sansa. La risa compartida y las palabras amables resonaban con un toque de familiaridad, como si Anastasia estuviera siendo acogida no solo por un reino, sino por una familia.

Jon, expresando gratitud, continuó compartiendo anécdotas sobre su hermana y la historia del reino. Anastasia, a su vez, se sumergió en la charla, apreciando la oportunidad de conocer más sobre la familia de la reina Sansa.

La música y la alegría del baile seguían envolviéndolos, pero ahora la conexión entre Anastasia y Jon adquiría una dimensión más rica, marcada por la relación fraterna que compartían. La noche prometía no solo encuentros alegres, sino también la posibilidad de construir vínculos más profundos en el reino vecino.

En una parte apartada del majestuoso salón de baile, Loki, caía ante los encantos de la reina Sansa en un momento de debilidad.

Sansa, con su elegancia y astucia, tejía una red sutil alrededor de Loki, atrayéndolo con su presencia magnética. El baile y la música proporcionaban el telón de fondo perfecto para este encuentro clandestino, donde las chispas de complicidad y atracción flotaban en el aire.

Loki, usualmente maestro en el arte de la manipulación, se veía envuelto en un juego peligroso de seducción. La reina Sansa, con una sonrisa intrigante, le ofrecía una distracción tentadora, y él, momentáneamente cegado por la emoción, caía ante sus encantos.

La danza y la risa llenaban el salón mientras Anastasia y Jon continuaban disfrutando de la velada, inconscientes de la escena que se desarrollaba en otro rincón. Loki y Sansa, en su propio baile de intrigas, compartían miradas sugerentes y palabras susurradas que alimentaban la complicidad entre ellos.

La escena revelaba un conflicto de lealtades y deseos, dejando a Loki dividido entre la fidelidad a su esposa y la atracción irresistible que la reina Sansa ejercía sobre él. Los secretos y las tensiones se acumulaban en el ambiente, transformando el baile en un escenario donde las emociones se entrelazaban en una danza compleja y peligrosa.

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