Capítulo 18: Viaje

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Persistente en su búsqueda de respuestas, Anastasia no pudo quitarse de la cabeza el nombre de su tía, Ravenna. Obsesionada por desentrañar los misterios de su pasado, dedicó horas incansables a investigar, conectando los hilos que la llevarían hacia el reino de su enigmática pariente.

Entre pergaminos antiguos y mapas polvorientos, Anastasia finalmente encontró la pista que necesitaba. Un antiguo relato, escrito en caracteres olvidados, revelaba el paradero del reino de Ravenna. El corazón de Anastasia latía con una mezcla de emoción y aprehensión mientras absorbía la información que prometía respuestas a las preguntas que la habían atormentado durante tanto tiempo.

Con la ubicación en sus manos, Anastasia trazó mentalmente el camino hacia el reino de Ravenna. La decisión de emprender este viaje desafiante se forjaba en su determinación de conocer la verdad y enfrentar los fantasmas del pasado.

Anastasia, sintiendo la mezcla de nerviosismo y anticipación, se preparó para el viaje que la llevaría hacia el reino de su tía. En sus ojos brillaba la chispa de la resolución, consciente de que este paso podría desvelar secretos que cambiarían su vida para siempre.

Con la determinación iluminando sus ojos, Anastasia buscó al Rey de Asgard, Odín, para solicitar permiso para un viaje que ocultaba sus verdaderas razones. En la majestuosa sala del trono, con su presencia imponente, Odín escuchó la petición de Anastasia con una mirada sabia.

Anastasia, con respeto y diplomacia, expresó su deseo de realizar este viaje, presentándolo como una oportunidad para explorar tierras lejanas y enriquecer sus conocimientos sobre los reinos vecinos. Odín, aunque detectando la sombra de secretos en sus palabras, concedió el permiso con una sola condición: que estuviera acompañada.

La noticia de la travesía de Anastasia llegó a oídos de Loki, quien, al darse cuenta de que algo más se escondía tras la petición, decidió unirse a su esposa en este viaje misterioso. Con una sonrisa intrigante y una mirada que no escapaba a la astucia, Loki informó al Rey que él también acompañaría a Anastasia, presentándolo como una muestra de apoyo y compromiso.

Loki: "Mi señor, considero que es mi deber acompañar a Anastasia en este viaje. Juntos, exploraremos los reinos y fortaleceremos nuestros lazos."

Odín, conocedor de las dinámicas y de la conexión entre Loki y Anastasia, asintió con aprobación, aunque un destello de sagacidad cruzó su mirada.

Odín: "Que vuestro viaje sea fructífero, y que regreséis con experiencias que enriquezcan nuestro reino."

Con el viaje programado para dentro de unos días, Loki aprovechó cada momento previo para tejer un delicado baile de coqueteo con Anastasia. La atmósfera en el castillo se cargó con un encanto especial, y Loki, decidido a allanar el camino hacia la reconciliación, desplegó su ingenio y encanto.

 La atmósfera en el castillo se cargó con un encanto especial, y Loki, decidido a allanar el camino hacia la reconciliación, desplegó su ingenio y encanto

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En los jardines del castillo, bajo la luz dorada del sol que acariciaba los pétalos de las flores, Loki se acercó a Anastasia con una sonrisa traviesa.

Loki: "Anastasia, estos días previos a nuestro viaje son perfectos para disfrutar de la compañía del otro. ¿Te gustaría dar un paseo por los jardines?"

Anastasia, aún cautelosa pero dispuesta a permitir esta nueva dinámica, asintió con una sonrisa. Mientras caminaban entre las flores, Loki tejía halagos ingeniosos y cumplidos que buscaban iluminar el rostro de su esposa.

Loki: "El sol en tus cabellos refleja su brillo, y cada paso tuyo parece una danza que ilumina mi día."

Anastasia, entre sorprendida y complacida, no pudo evitar sentir el cálido resurgir de la conexión entre ellos. La coquetería de Loki, aunque inusual, era un recordatorio de la complicidad que una vez compartieron.

Loki, con gestos elegantes y un lenguaje lleno de galantería, creaba una danza sutil de seducción. Cada palabra y cumplido eran hilos en un delicado tapiz que buscaba reconstruir los lazos desgarrados entre él y Anastasia.

La escena reflejaba un cambio en la dinámica, donde Loki, con su habilidad para tejer palabras y halagos, trataba de deshacer las sombras del pasado y renovar el encanto que una vez compartieron. Los días previos al viaje se volvían un preludio de la esperanza y la reconciliación, con Loki desplegando su encanto para suavizar el camino hacia un nuevo capítulo entre él y Anastasia.


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