*⁠.⁠✧Number sixteen✧.*

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Luego de pasear un rato con su hermano Paraguay Argentina tuvo que irse, sabía que cierta persona lo estaba esperando y con mucha razón. Se despidió del paraguayo y volvió al aeropuerto, se tomó un vuelo a México, iba a a volver a la Residencia Mexicana, pues ahí estaba "su pequeño". Se horrorizo al pensar así de su capital, sí, era su hijo, pero no lo veía como uno realmente.

Luego de una horas de vuelo y otra en taxi llegó al fin a la casa de su amigo, todo fue normal, México le dejo pasar y le indico dónde estaba Buenos Aires. Argentina fue, era una habitación cualquiera, entro y miro a su capital acercándose se sentó en la orilla de la cama mirando que hacía.

Buenos Aires estaba sentado en la cama aún en un muy mal estado.

—¿Y?

El porteño miro a su padre confundido.

—"Y" ¿qué?

—No lo sé ¿No vas a llorar o algo así?

—No. Quiero estar en mi casa.

—¿Tu casa?

—Lo que te trato de decir es que prefiero que me cuiden provincias dementes que quiero a vos que ni siquiera te conozco.

—Tus hermanos no están dementes y te dije que no puedes estar con ellos porque tiene problemas de irá.

—No, ese es tu pensamiento.

—¿De dónde sacaste tantas agallas para contestarme de esa manera, Buenos Aires?

—Ya tuve miedo por demasiado tiempo.

—¡Ja! ¿Quien te pensas que soy yo?

—Argentina, el peor padre del...

Derrepente Argentina agarro al porteño de los pelos, sabía que el menor no tenía tanta fuerza para resistirse por lo que lo acercó sin delicadeza.

—Escúchame una cosa, vos a mi no me volves a faltar el respeto porque más que nadie sabes de lo que soy capaz. ¿Escuchaste? Esto es para tu bien y cuidado, total, tus mejores amigos Misiones y Córdoba están encerrados, vas a hacer lo de siempre, seguir órdenes y ser una buena capital.

Lo tiró sobre la cama y salió de la habitación dejando a Buenos Aires llorando.

—Pero yo no soy Norte...

Hablo entre sollozos, sabía muy bien que casi toda su familia lo veía como un remplazo a su hermano mayor. Antes no era notado por nadie pero tras la muerte de sus dos hermanos todos lo empezaron a notar y Argentina le mostró que era ser una capital el solito, sin ayuda.

México y Argentina charlaron un rato en el primer piso, México se sentía culpable por el estado tan deplorable de la capital argentina y Argentina no sabía que iba a hacer con ella, pues el estaba supuestamente muy ocupado con su trabajo y cosas así por lo que no le iba a dar la atención que necesitaba para que se recuperará.

—Y... ¿Cuando son las vacaciones de tu trabajo?

Pregunto el mexicano.

—No me dan descansos más allá de los fines de semana.

Respondió Argentina dando un suspiro.

—Entonces no tienes tiempo para cuidar a tu provincia...

—Exacto.

Podría cuidarla yo por dos meses...

—¿Dos meses? No, no, no quiero armarte más quilombo.

—¿"Quilombo"? No Argentina, mi estado hizo cosas malas y te causó problemas a ti... quiero tratar de pedirte perdón de alguna forma.

Argentina lo pensó unos minutos, se quedó mirando a un punto inexistente mientras lo pensaba.

—Solo por ahora...

México sonrió feliz de poder hacer algo e inevitablemente se lanzó hacia Argentina para abrazarlo. El argentino serio como casi siempre rodó sus ojos y dejó que el mexicano lo abrazara.

Argentina se quedó un día más allí y tuvo que irse para trabajar. México y Buenos Aires se quedaron solo... Era algo incomodo pues se supone que hasta dentro de dos meses no tendrían compañía más allá de Argentina que vendría de vez en cuando.

Primer mes en rehabilitación.

Córdoba había sido llevado a otra sala para las personas en un estado algo delicados dejando a Misiones...

—Triste solo y abandonado... Ush, esta re tramado el cordobés ese.

Hablaba solo Misiones sentado aparte de todos, de vez en cuando los llevaban a hacer algo con los demás, pero como a Misiones no le gustaba hablar con otras personas que no conozca se iba a una esquina y se quedaba solo.

Intentaba armar un rompecabezas, era inútil para esas cosas a decir verdad, llevaba ya veinte minutos con el supuesto sompecabezas que parecía no tener fin. Escucho unos pasos acercarse y levantó la cabeza, ¿ahora quien era? ¿otra enfermera? No, Concepción se acercaba.

—¿Se te está complicando?

Pregunto el departamento paraguayo dejando confundido a Misiones confundido.

—¿Vos quien chota sos?

Pregunto a lo cual Concepción rio divertido.

—Soy Concepción, tu primo, hijo de Paraguay.

Aclaro mientras se sentaba al lado suyo.

—Mmh... ¿el que se tomó fernet puro y vomito?

—Jeje... ese mismo.

—¡Ahh! Con razón, ruso doblado. ¿Cómo estás?, tanto tiempo.

Concepción lo miro raro pero de igual forma hablaron toda la hora allí aunque ninguno pudo armar wl rompecabezas se divirtieron hablando.

Ahora Misiones tenía alguien con quien hablar en sus rayos aburridos.

Córdoba por su parte veía algo asustado a los que estaban en un grado mayor, se veían bastantes malos. Aunque de igual manera con esa actitud que sus hermanos le habían devuelto hablo con cada uno de ellos siendo juzgado por algunos y volviéndose amigo de otros, mayormente de los "depresivos".

Con México y Buenos Aires ya no era tan incómodo. El mexicano trataba lo mejor que podía a la capital argentina pero el seguía algo a la defensiva, ahora no se iba a dejar confiar por alguien más allá de sus hermanos...

Sabía que sus hermanos la mitad de las cosas lo tomaban a modo de "joda" o se olvidaban de cualquier cosa a la semana, ya se les habría "pasado" eso de que insulto a si hermano/a con un asunto delicado.

*⁠.⁠✧Cancelado✧.*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora