Buenos Aires se sentía... sumerjido, como si estuviera roto y no solamente por las múltiples grietas que tenía alrededor de su cuerpo. Sino por dentro, recordaba a un Buenos Aires que luchaba por todo, jamás le ponían frenos y muy "carismático".
Aunque lo pensaba mejor y capaz él no era así porque nunca lo fue, porque tenía la imagen de su hermano, o por lo menos cada vez que alguien de su familia lo veía tenía la idea de que su hermano Norte era el. Eso era lo que veían todos, eso era lo que el tenía que ver.
Ya había pasado un mes y medio y el seguía con México, se sentía bien allí pero también inútil. Bastante inútil ya que para el nada estaba mejorando, sus heridas curaron la mayoría... Las superficiales.
Argentina venía lo miraba un rato mientras charlaba con el mexicano y se volvía a ir. El no le contó a nadie lo que sentía, no le tenía la suficiente confianza a México, a Argentina jamás le contaría algo suyo, las demás provincias no sabían absolutamente nada de él y aunque el mexicano le propuso llamar a alguno de ellos Buenos Aires solo se sabía el número de Córdoba que por obvias razones jamás iba a contestar.
Saliendo de la cámara de Buenos Aires Argentina estaba llegando a la oficina de la OMS. Resulta que lo había mandado a llamar para hablar de una de sus provincias.
Paso dentro de la oficina y se dio un corto saludo con la organización mientras se sentaba frente al escritorio de la misma.
—Bueno... ¿que hicieron ahora?
—Umm sería mejor "que no hicieron ahora".
Dejo confundido al argentino.
—¿A que te referís?
—Pues sus provincias no muestran actos violentos ni nada que deba ser tratado en rehabilitación. Córdoba parece afligido y mal sentimentalmente, pero Misiones parece estar completamente bien, se le mostró algo aparte de los demás, pero en cualquier caso necesario hablo perfectamente con enfermeras y personas de limpieza. Le preguntaron porque de sus actos y el respondió "ni idea, solo quería hacer molestar un poco a Argentina." ¿Cómo es tu relación con tus provincias?
Armo lo que para la mayoría era un "sermón".
—No sos mi psicólogo. ¿A donde queres llegar con esto?
—Bueno... voy al grano. Tus provincias Córdoba y Misiones lo único que necesitan es un psicólogo, no hace falta que estén aquí, este no es precisamente el lugar donde se tratan sus transtornos. Sé lo necio que puedes llegar a ser por lo que a Córdoba lo podemos dejar un mes más pero Misiones ya esta preparado para irse.
Argentina miro mal a la OMS y sin despedirse se levantó de la silla y salio de la oficina. Fue directamente a retirar a Misiones del lugar.
Se encontró con la extraña escena de él departamento paraguayo; Concepción, abrazando a Misiones.
—Cuando salga te voy a ir a ver... ¡y más te vale que estés contento porque sino...!
La provincia argentina interrumpió al departamento.
—Muy cursi, salis en quince días, ni que seas un piojo.
—Buh... como quieras. Me voy, hasta luego "mi amore", hasta luego tío Argentina; el más buena onda.
Se despidió Concepción para luego salir corriendo devuelta adentro, seguro ya habían notado que se escapo de ese "infierno" de estar encerrado por despedirse de Misiones. Luego lo iba a ver.
—Se ve que ahora sos amigo de Concepción...
—Seh... el paragua ese es buena compañía. ¿Nos vamos? Ya no aguanto más estar acá adentro.
Parecía que Misiones ya se había olvidado porque la última vez que estuvo con su padre fue tan incómodo.
—Vamos a hacer algo de papeleo y después te mando a casa.
—¡Eww! ¿Vas a tardar mucho? ¡hacelo rápido!
Se quejaba la provincia mientras seguía a su padre dejando a la enfermera atada en la cama sola.
Argentina estuvo media hora rellenando papeles, cosa que le pareció muy infernal a Misiones. Luego de eso se fueron al aeropuerto.
—Acá es donde me dejás ¿no?
Empezó Misiones al ver que su padre había comprado únicamente un solo pasaje.
—Yo tengo que seguir trabajando, vos anda y yo me quedo acá, después voy con tus hermanos y vos.
Le dio un beso en la frente, odiaba eso de su padre. Primero se mostraba frío y luego era un padre cariñoso.
Argentina le dio el pasaje y lo dejó con su mochila en el gran aeropuerto. Suspiro y con su sonrisa animada de siempre rompió el pasaje y fue hacia donde estaban los vuelos privados; El tenía otros planes.
Le dijo a todos que era algo muy importante y que debía viajar ya hacia nada más ni nada menos que México. Claramente al ser una representación de una provincia y parecer estar preocupado le dieron un vuelo privado rápidamente.
Antes de subir prendió su celular y marco un número que se sabía de memoria; el de Corrientes. Primero se notaba como el correntino estaba confundido hasta que Misiones le explicó que Buenos Aires parecía estar con México.
Corrientes río y como si nada respondio:
—Y sí, Argentina lo visita todos los jueves, se queda a dormir y se va el viernes a la mañana, una vez lo visito un martes y fue únicamente porque tuvo menos trabajo ese día.
El misionero se quedó pensando unos segundos.
—¿Cómo sabes vos eso?
—"Queti". Aclárame, ¿para qué mencionabas lo del porteño?
—Voy a ir a verlo, informame como esta, por favor.
—Mmh... bueno, solo por esta vez. Buenos Aires esta bien físicamente, no le paso nada que no le allá pasado antes, esta traumado por lo que hay que subirle los ánimos.
—Antes pensaba que eras chismoso, ahora pienso que sos un puto acosador. Y gracias ¡chau, hermanito precioso, te adoro, te amo, nos vemos en casa!
Y con eso colgo. No pensaba tener la mejor charla de todos con su hermano, no era lo suyo.
Ahora sí bien preparado tomo el vuelo privado hacia aquel lugar al que nunca le había tomado tanta importancia. Ni bien entro al avion y se acomodo en su asiento durmió tranquilamente, era un rato de vuelo y menos mal que él sabía dormir rápido.
03/03/24
1031 palabras
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*.✧Cancelado✧.*
Romance¡No está cancelada! Córdoba y Buenos Aires. Uno más perdido que el otro, capaz no es suficiente su cariño por el otro como para seguir. (Créditos por la portada ORIGINAL a mi amix.)