“Acciones”Misiones y Buenos Aires ya habían vuelto con México, estaban dibujando y planeando si se iban a escapar o le iban a contar a Argentina que el bonaerense se iba a ir.
La verdad no se les hizo muy difícil convencer a México, al parecer el mexicano estaba bastante dispuesto a ayudarlos. Siempre y cuando no sea un plan que haga que Argentina se enoje con él.
Era martes, solo tenían un día para planear todo. Aunque el plan inicial era armar una cartulina con las razones por las cuales Buenos Aires debía irse. Todo terminó con una pequeña carta, donde el bonaerense solo decía: “Estoy agobiado, me voy. Nos vemos en mi provincia.” sin faltas de ortografía a petición de él mexicano.
Sabían que hablando con Argentina no iban a conseguir nada, Argentina nunca resuelve las cosas hablando. Antes de nada escribe lo que va a decir o por lo menos lo piensa y repasa mentalmente unas cuantas veces. Eso dijo Corrientes por chat.
***
Por otro lado, Argentina estaba sentado esperando, otra vez, papeles. Sus ojeras se notaban más desde lejos, su cabeza de vez en cuando se caía al cerrar sus ojos por un rato.
No pudo dormir en toda la noche, ya era el segundo día en el que no dormía y no podía dejar de pensar. Llegó a tal punto en el que ahora estaba a punto de retirar al cordobés de rehabilitación.
No podía dejar de pensar en todo lo malo que le había hecho a sus hijos. Encima, metió a Córdoba y Misiones en un lugar al que ni siquiera necesitaban ir ¿Tan malo era? No podía dejar de pensarlo.
—República Argentina.
Al fin, la OMS lo llamó. Agarró su taza descartable de café, fue hasta la oficina, ni se molestó en saludar a la organización y pasó directo. La OMS lo miró raro, Argentina siempre andaba de malas, pero nunca era un maleducado.
—Argentina, ¿te encuentras bien?
Le pregunto sentándose al lado suyo notando lo “desgastado” que estaba.
—No es problema tuyo. ¿Me das los papeles para retirar a mi hijo, por favor?
El argentino miró mal a la organización, demasiado mal, parecía que quería matarlo o con suerte solo robarle sus órganos. Por lo que la OMS simplemente accedió y le dio los papeles que tenía que firmar a Argentina mientras le decía a alguien más que le vaya a avisar a Córdoba.
Pasaron unos largos veinte minutos hasta que al fin Argentina y Córdoba estuvieron juntos. Argentina no dijo nada, Córdoba tampoco. Argentina se le quedó mirando un rato mientras Córdoba se ponía cada vez más nervioso ¿qué había hecho ahora?
De la nada, el mayor se acercó al cordobés, lo dejó de mirar y cerró sus ojos para luego abrazarlo. Se tenía que agachar un poco para eso, pero ni siquiera le importó.
Córdoba se quedó quieto, sin saber qué decir o hacer; no recordaba la última vez que su padre lo abrazó, seguro fue hace bastante tiempo. Se quedó quieto.
Pasaron unos minutos hasta que Argentina se separo y volvió a mirar a Córdoba.
—Vamos a comer algo y después vamos a casa.
Dijo Argentina para luego agarrar al cordobés de la muñeca y empezar a caminar hacia afuera del edificio.
Todo fue en silencio hasta que llegaron a nada más ni nada menos que un lugar de comida rápida. Argentina seguía sin soltar la muñeca de Córdoba, como si cuando lo soltara el cordobés se iría.
—¿Una hamburguesa simple con papas?
Le preguntó Argentina a su provincia mientras hacían la fila para pedir la comida.
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*.✧Cancelado✧.*
Romantik¡No está cancelada! Córdoba y Buenos Aires. Uno más perdido que el otro, capaz no es suficiente su cariño por el otro como para seguir. (Créditos por la portada ORIGINAL a mi amix.)