04𝄅 Liberame

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Cada vez, ¿Sé pone peor?

Escucho una voz a lo lejos, llamarme, pero no logro abrir mis ojos bien, ya que tengo un fuerte dolor de cabeza.

― Despierta, vamos.

Cierro mis ojos de golpe, por una punzada que me da, y sigo escuchando esa voz.... Pero aún sigo sin saber quién es.

Me llevo las manos a la cabeza, sobando mi cien, y poco a poco, abro los ojos, con dificultad y entrecerradolos por la claridad del lugar.

Lo primero que veo, es unas cortina blancas, paredes blancas y....

Oh no.

Estoy un un hospital.

― ¿Liam, donde está?

Suelto con rapidez, acordandome de lo sucedido, pero me arrepiento cuando un pitido fuerte me hace sacudirme de dolor y quién sea que está parado en frente de mi, camina apagando las luces y dejando solo la que entra por la ventana.

Menos mal, porque no las soporto.

― El chico que estaba contigo está bien, tu fuiste la que peor salio del choqué.

Conecto mis ojos con los de el, sintiendo como los vellos de mi piel se erizan, por la intensidad de su mirada, al mismo tiempo que estoy sorprendida, porque delante de mí, no tengo a nadie conocido, o de mi familia.

Bueno, es algo conocido y es...

― Isaac.

Murmuro, incorporándome un poco, para verlo mejor, pero relamo mis labios, algo.... ¿Nerviosa? ¿Estoy nerviosa?

― Nadie de tu familia sabe que despertaste ―comienza a hablar― di la ordén de que no supieran, ahora necesito que me digas, cada detallé de lo que paso.

Maldición, la voz varonil que se trae, es tan....

― ¿Por qué?

Susurro, apartando mi vista de el.

Me pone nerviosa su mirada, lo acepto.

Como respuesta el solo alza una ceja, cruzándose de brazos, esperando lo que voy a decir y tras pasar unos segundos en silencio, comienzo a contarle todo, desde que esos dos hombres fueron a la casa, a preguntarme por el, hasta lo del choqué, que aún tengo la duda, de porque tiene afán de saber.

Ya va, ¿Sera que....?

― Por esa misma razón te dije que no te acercaras ―resopla con cansancio― ahora creen que estamos juntos y estan tras de tí.

― ¿Quién eres?

El sonrie de lado, algo malicioso y juro ver como su mirada se oscurece más.

Sé acerca a paso lento a mí, sin borrar su sonrisa y veo como se muerde el labio, haciéndolo ver más....

¡¡Joder, que hasta se me olvido el puto dolor de cabeza!!

Al llegar a mi lado, trago saliva, nerviosa confirmado, su presencia me pone.... Es extraño, porque me da algo de miedo, intriga, algo me grita que me aleje de el, pero mi lado carnal.....

― No debiste estar ese dia, en el baño.

Y sin dejarme decir nada, siento su mano con un paño blanco con un olor desagradable taparme boca y nariz e intento forcejear porque no se que mierda es esto, o porque lo hace, pero luego ya no veo más que oscuridad.

***

Me levanto sintiendo algo de presión en las manos y apenas abro los ojos, veo que no estoy en el hospital, estoy en una habitación, e intento pararme, pero estoy amarrada de piernas y manos a la cama.

¿Qué mierda...?

El recuerdo de Isaac en el hospital llega a mí y.... Oh no. Ya no llevo la bata del hospital, ya no....

― Te cambiaron las sirvientas, no pienses que fui yo.

Aclara y lo veo sentado frente a la cama donde estoy, en un sofá, viéndome maliciosamente.

― ¿Qué mierda estoy haciendo aquí?

Intento soltarme pero es en vano y mientras lo hago, siento que ya no tengo el dolor de cabeza, de está mañana.

― ¿No lo puedes deducir tu solita?

¡Mierda, no me digan que...!

― Liberame.

― No.

― ¡¿Por qué mierda haces esto, cual es tu puto problema?!

Inquiero, afincandome de mis codos, para levantarme un poco.

― ¿Quieres morir? Porque si te dejo ir, eso es lo que pasara.

¿Qué? ¿Morir? ¿Pero cómo?

― ¿Morir? ¡¿Morir por qué mierda?!

― Por haber compartido esos maravillosos momentos conmigo.

Suelta, con ironía en su voz.

― ¿Cuanto tiempo, piensas tenerme aquí?

Le pregunto, tratando de calmarme un poco.

Es extraño, deberia estar asustada o gritando pidiendo ayuda, ya que estoy secuestrado pero...

― Todo es depende, puede que algunos meses.

― ¡¿Meses?! ¡Me caso en dos meses, no puedes tenerme....

― Ambos sabemos que esa boda, es una falsa.

Me calló la boca, sorprendida, ¿Cómo sabe que...?

El se levanta y se coloca en el borde de la cama, colocando ambos de sus brazos arriba, relamiéndose los labios y....

― Sueltame, me da igual si muero o no, no es tu problema.

Le digo, sin siquiera preguntarle como es que sabe sobre la falsedad de mi boda, o quién es, porque mi mente, a deducido una parte.

Es un mafioso, no hay más respuesta, ¿No?

― ¿Qué te deje ir?

Susurra y la voz, se le torna a una más sexy...

¿Qué mierda...?

― Si.

― Pero si estar al lado de mí, te pone, ¿Cómo me pides eso?

¿Qué....?

― ¡Claro que no!

Aclaro con rapidez, pero escucho una risa irónica de su parte y el hecho de haber reido de esa manera hace que....

― Kimberly, estabas mojada, cuando te cambie.

Quito mi vista de el, sintiendo las mejillas arderme, y...

― ¡¡Dijiste que me habian cambiado las sirvientas!!

Siento la necesidad de taparme ante el, aún estando vestida, no se, quiero buscar una sabana y taparme, pero el estar amarrada me lo impide.

― Enviare una sirvienta a que te libere, pero no puedes salir de la habitación, a menos que sea conmigo, o que yo allá dado la ordén.

Su expresión pasa de divertida a seria y sin dejarme responder, a pasos rápido, sale de la habitación.

¿Qué mierda acaba de pasar?

¿Y por qué no estoy gritando por ayuda?

¡¡¿¿Por qué putas estoy tan tranquila, con saber que estoy secuestrada??!!

¡¿Quién coño es, Isaac?!

Isaac  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora