06𝄅 Golpes

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No soy, lo que acabas de ver

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No soy, lo que acabas de ver

¿Por qué mierdas, el karma decide pasarme factura así?

No sé que está pasando, no sé en que mierda me metí, no tiene pinta de ser bueno y ya no quiero estar aquí. Hace diez minutos, Isaac entro a la habitación, con un enojó palpable, que termino drenando todo, golpeando la pared.

Lo peor, es qué, por estar amarrada, no pude hacer nada, más que ver, como golpeaba la pared, una y otra vez, mientras maldiciones salían de su boca.

No sé, que mierda le paso, pero sí me dí cuenta de lo peligroso e impulsivo, que ese man és.

Sigue sin liberarme y está, sentando en una silla, frente a mí, viéndome sin expresión alguna, mientras sangre salen de sus nudillos, que al parecer, parece no dolerle.

¿Cómo puede estar tan normal, después de haberse auto agredido?

No puedo hablar, gracias a la mordaza que cubre mi boca, no puedo moverme mucho, por estar amarrada, solo que me queda verlo a esperar que a él se le ilumine el cerebro y me desamarre, o vuelva a golpear la pared, o se vuelva a ir o....

¡Joder, que quiero que haga algo ya!

Su mirada me tien...

La puerta de la habitación se abre y por ella, entra una mujer, más o menos de mi edad, contoneando sus caderas al caminar y sonando sus tacones traz su paso.

― ¿Qué hacés aquí?

Isaac, le pregunta a la mujer, que sonrie algo... Descarada, posando su vista, de el, a mí, lentamente.

― Aveces se te olvida de que soy capaz.

― Es mejor que te vayas por las buenas Alana.

Lo único que sé hasta hora, es que a Isaac, esa chica no le cae para nada bien, por la forma en que la ve y que la chica, cuerpo operado, (se le nota hasta en los dientes, las operaciones) se llama, Alana.

― Me gusta más cuando usas tu fuerza.

Suelta ese comentario, lanzándome dagas por los ojos.

¿Y yo que tengo que ver?

― Alana, vete por las buenas.

Isaac suelta un ultimátum, apretando sus dientes y no me hace falta verlo del todo, para saber lo cabreado que está.

― ¿Es tu nueva perra, cariño?

Ella cambia su voz, a una de dulzura.

Isaac, sin responderle, en un movimiento rápido, se levanta de la silla y agarra a la mujer del cuello, estampándola contra la pared, haciéndole presión en el cuello, al mismo tiempo que le susurra cosas, que no logro escuchar.

Isaac  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora