Capítulo 7 : Pesadillas del pasado

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La pérdida de esperanza es una carga pesada, una que lograba convertirse en un peso nocturno que perturbaba su sueño, el paso del tiempo no ha sido generoso con la mente de Sett, muchas noches es atacado por pesadillas que le persiguen con el mismo recuerdo una y otra vez, mostrado de diferentes maneras, las escenas de esos días hace ocho años, las mismas imágenes se reproducen como una película atascada, sin permitirle avanzar más.

Cansado, su respiración se agita con fuerza una última vez hasta que sus ojos se abrieron de golpe, liberándole de la pesadilla. Sett pestañeo un par de veces, asimilando sus al rededores, se concentra en la suave manta de seda que cubre su cuerpo semidesnudo, siente la suave brisa de la ventana abierta acompañado de los lejanos ruidos urbanos, bocinas y música interrumpían momentáneamente el silencio de la madrugada. Se lleva ambas manos al rostro restregándose con fuerza y soltando un pesado suspiro en una mezcla de alivio y frustración.

- Mierda... ¿Qué hora es? - murmuró molesto buscando el celular bajo la almohada, aún entrecerrando los ojos frunciendo el ceño por la fuerte luz de la pantalla.

Suspira nuevamente, seguido de un bostezo. Eran a penas las cuatro y media de la mañana, se encorvo un momento sobre la cama para luego estirarse hasta llegar a los extremos, al voltearse de costado, un pequeño pendiente se deslizó entre sus pectorales colgando de la cadena dorada que adornaba su cuello. Sett no pudo evitar reírse con pesadez de sí mismo, tomando el pendiente entre sus dedos.

- Ja, peso físico y emocional, dos por uno.- se burló de sí mismo observando el pequeño pedazo de símbolo lunar en un antiguo material levemente desgastado.

Las fechas cercanas a la desaparición de los mellizos, cada año eran días conflictivos para el mitad vastaya, eran una sensación amarga, un recuerdo constante de que Sett había desistido en su esperanza de encontrarlos hace bastante tiempo, aún que la inquietud le perturbara en los sueños, sin pistas que seguir, no había nada más que pudiera hacer. 

El primer año en el que Sett estaba solo, Zoe no tardo mucho tiempo en mudarse de ciudad, toda la vida del híbrido cambio en lo que le parecía un abrir y cerrar de ojos, con una vida más solitaria y conflictiva, dejándole perdido en sus pensamientos todo su último año escolar defendiéndose por sí mismo ante las situaciones agresivas con otras personas.

Ante todo, la prioridad de Sett era su Madre. Después de que la mujer sufriera un accidente en el trabajo, el chico con dieciocho años priorizo trabajar antes que estudiar, su Madre no estaba muy feliz al respecto, sin embargo, a falta de mayor ingreso de dinero, la mujer tuvo que permitirle por el momento solo trabajar, anhelando que en el futuro próximo su hijo pudiese estudiar algo para mejor, aún si en su último año las notas no habían sido las mejores, Settrigh tenía posibilidades de algo más. 

El muchacho se dio cuenta rápidamente como trabajos de medio tiempo a penas alcanzaban a cubrir lo necesario, fue en uno de esos lugares en el que recibió una oferta que no pensó que algún día tendría que aceptar.

No era extraño que Sett se viera envuelto en peleas, cada vez más seguido, cada vez más voluble a continuar o incluso iniciar la pelea, sintiéndose orgulloso cada vez que obtenía la victoria. Fue en uno de esos encuentros que fue visualizado por un dirigente de apuestas en enfrentamientos de boxeo, peleas clandestinas. Poco después de que Sett cumplió los veinte años, endeudado junto a su Madre, contacto al hombre, dispuesto a conversar la situación si es que aún se encontraba en pie la oferta.

Una de los pocos aspectos que siempre promovió su Madre, fueron las habilidades culinarias del híbrido que este mismo aprendió de su progenitora a lo largo de la vida, perfeccionando bastantes recetas, aprovechando la situación, la oferta de trabajo se presentó con una fachada legal, una práctica de trabajo en un restaurante, dando la posibilidad de aprender y ganar dinero, de esa manera su Madre cedería ante la idea, desde entonces la capital de Jonia se volvió su nueva vivienda, un hogar improvisado en el sencillo departamento del mitad vastaya. Mientras su Madre pensaba que el trabajaba cocinando en el restaurante, lo cual era solo mitad verdad, Sett realmente obtenía la mayor cantidad de dinero de las peleas ilegales.

Beso carmesí  [SettPhel]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora