Por un breve momento, ninguno de los dos dice nada, se quedan en silencio y Sett escucha los sutiles sonidos que resuenan en la habitación, el ligero crujir de la madera en la casa, su propia respiración, latidos ligeramente acelerados, las sabanas que se deslizan por sobre el pijama de Aphelios. Sett observa al azabache que apoya su cuerpo con cuidado, una vez que sus piernas estan cubiertas, mantiene el torso alzado un momento, apoyándose con el antebrazo sobre la cama, apretó los labios un segundo. Los brazos de Sett eran más grandes de lo que había considerado ¿Estaría bien si se acomoda con uno sus brazos bajo las almohadas? Aphelios se preguntaba sobre la comodidad del pelirojo debido a sus heridas, si, debía ser eso, porque definitivamente no es el cerebro de Phel intentando crear una excusa creíble para detener el brazo del híbrido antes de que este lo levante para darle más espacio.
- Esta bien así.- el azabache murmura en tímido tono manteniendo la mirada baja en la figura del contrario.
Las orejas de Sett se arquean levemente al sorprenderse por el repentino uso de su voz, siempre bien recibido, uno de sus anhelos secretos, bueno, la verdad no eran secretos pero Aphelios le dejaba pensar que era así, después de todo el azabache siempre registra el mínimo movimiento en las orejas del pelirojo demostrando felicidad, le delatan fácilmente ante sus ojos.
- Esta bien.- repite el pelirojo, apenado de darse cuenta de haber dicho esas palabras en voz alta aprieta los labios ligeramente.
Para su suerte, Aphelios no comenta al respecto. Sett se queda en silencio, escuchando la suavidad de las sabanas mientras el chico se desliza más profundo en la cama, aún manteniendo cierta distancia, se recuesta de costado quedando cara a cara con el mientras acomodaba las manos entre ambos, con la cabeza apoyada entre la almohada y el brazo extendido del mitad vastaya. Así esta más que bien, pensaba Sett en lo profundo de su mente, disfrutando el ocasional roce de los cabellos oscuros contra su piel en los ligeros movimientos.
Sett debe bajar un poco la cabeza para observar a los ojos al contrario intentando que este no tenga que alzar mucho la mirada, notaba que este estaba un poco inquieto, tal como pensaba, no paso mucho tiempo para que Aphelios murmurara.
- ¿Por qué no tienes miedo? - preguntó sin animarse a verle a los ojos al momento de hablar.
La pregunta le tomo por sorpresa, Sett pestañeo unos segundos en un silencio que provoco que el azabache apartara más la vista apretando la mirada. ¿Había sido la pregunta incorrecta? Aphelios no sabía muy bien como comunicar sus inquietudes, a pesar de que no haber narrado en detalle la sangrienta vida en la que estaba envuelto, la reacción del pelirojo fue mucho más alejada de lo que esperaba, parecía aceptar la realidad mucho mejor de lo que pudo haberse imaginado, el solo pensar que Sett apreciaba volverle a ver por sobre todo el doloroso contexto, hacia sus mejillas ruborizarse irremediablemente.
- ¿Por qué debería? - responde Sett obstinado.
- Sett.-
El mencionado consigue su objetivo y Aphelios alza el mentón, cruzando sus miradas, el azabache se queda en silencio apretando los labios al notar los determinados ojos del pelirojo, observándole con ese fuerte brillo dorado tan cálido y tan intenso al mismo tiempo, antes de darse cuenta no puede apartar la mirada.
- Viste como asesine a ese hombre...- Aphelios murmura intentando recibir una mejor respuesta. - ¿Por qué no tienes miedo de..? -
- ¿De ti? - Sett terminó la pregunta por el, mirándole seriamente, Aphelios aparta la mirada un segundo pero vuelve a verle a los ojos en seguida.- Nunca podría temerte... Aún que es una situación peligrosa, estoy preocupado en realidad, temo por ti... No de ti.- aclaró la última parte apenado suavizando la mirada.- El hombre que murió frente a mi, no es la única persona que he visto sangrar Phel... He visto bastante por mi mismo también.-
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Beso carmesí [SettPhel]
FanficEncadenado a vivir como asesinos tras haber nacido en la cuna de una familia de sicariato, Alune y Aphelios crecen alejados de los demás, solo la amistad de un extrovertido híbrido vastaya les ayuda a disfrutar la infancia en su día a día. ¿Por qué...