Con el pasar de tres días, Sett comenzaba a mejorarse a un ritmo sobrehumano, tal y como le había descrito a los mellizos, tardaría menos de una semana en sanar, el híbrido estaba sorprendido por los efectos que tenían las sustancias medicinales naturales que la chica utilizaba en los vendajes, antes de lo esperado, Sett es capaz de levantarse de la cama con mayor fuerza y más flexibilidad del abdomen al igual que los demás músculos de la zona.
Tenía sentimientos conflictivos con el mejorar de su salud, por un lado le agradaba finalmente poder moverse ya que estaba demasiado aburrido de estar acostado, no estaba acostumbrado a estar tanto tiempo quieto en el mismo lugar, su cuerpo cosquilleaba en busca de actividad física, inquieto, extrañaba entrenar, se sentía alegre de ser capaz de realizar estiramientos junto a flexiones en la misma habitación, debía volver a acostumbrar su cuerpo al ejercicio después de, lo que él considera, demasiado tiempo en cama.
Por otro lado, muy en el fondo, deseaba que su recuperación pudiera tomar más tiempo, estando consciente de su limitado tiempo de estadía, Sett añoraba extender lo más posible su estancia en la casa de los mellizos pero entendía también que en unos los próximos días debía volver a su propio departamento.
Su herida no era lo único que estaba sanando. Sett podía sentir su corazón latir con más fuerza cada día, agradecido de cada segundo que podía estar con los mellizos, Alune no podía evitar reírse un poco del mitad vastaya, después de todo el esperaba siempre ver más a Aphelios pero este pasaba la mayor parte del día en la sala de entrenamiento, la chica jugaba y se burlaba divertida cada vez que notaba como las orejas del pelirrojo caían sobre su cabeza en apenada expresión siempre que ella le explicaba porqué no podrían compartir la cena o el almuerzo con Aphelios o por que este no podía evitar el entrenamiento aunque fuese un par de horas, para estar a su lado, a Sett le costó un poco acostumbrarse a ese aspecto en especial, no entendía bien porque el chico era tan fiel al horario a pesar que nadie esté sobre el vigilándole, aún así comenzaba a comprender al compararlo con su propia rutina, después de todo perder el ritmo podía equivaler a una derrota inminente en una mala situación.
El comprendía, Sett esperaba en el cuarto durante las tardes, sin importar si tenía que esperar hasta que se hiciera de noche, no se iría a dormir antes de aprovechar cada momento que tenía al lado del mellizo, excepto, Aphelios no volvió a acceder a compartir cama con él, para la tristeza del mitad vastaya, se tenía que conformar con verle desde la cama siempre asomándose un poco en el borde de ésta para observarle durante las largas charlas que tenían antes de dormir.
Desde que las emociones del azabache parecían haberse tranquilizado, volvía a utilizar mucho más el lenguaje de señas, a Sett no le molestaba, a veces tenían que repasar algunas cosas que aprendió en el pasado y no recordaba del todo bien para traducir los gestos, Aphelios tenía paciencia, gesticulaba lento e incluso sonreía divertido algunas veces que se dejaba llevar al comunicarse más rápido y el rostro de confusión en el rostro del pelirrojo sumado a sus orejas inquietas, le hacía reír.
Sett podía admitirse a sí mismo que anhelaba escuchar la voz del chico pero mantenía ese deseo en su corazón, silenciado al igual que los demás caprichos que no hacían más que crecer a cada momento que compartían. Antes de dormir, ambos recordaban distintos momentos del pasado, reían en nostalgia y se preguntaban mutuamente pequeñas dudas del presente, excepto un pequeño detalle, Aphelios sabe que Sett podría preguntar al respecto de las misiones pero siempre intenta evitar el tema.
Aphelios no dudaba que Sett podría mantener la información en secreto, confiaba en él pero temía preocuparlo, muchos de sus objetivos no eran exactamente fáciles de eliminar y en muchas situaciones la misión podía complicarse, entrar en detalles solo generaría preocupación y frustración innecesaria, al menos, esa era la visión del azabache.
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Beso carmesí [SettPhel]
Fiksi PenggemarEncadenado a vivir como asesinos tras haber nacido en la cuna de una familia de sicariato, Alune y Aphelios crecen alejados de los demás, solo la amistad de un extrovertido híbrido vastaya les ayuda a disfrutar la infancia en su día a día. ¿Por qué...