Narrado por: Adela 💗
Cuando el señor Elio se retira de mi oficina, me doy cuenta de que es un hombre bien preocupado por su figlio y eso me da alegría por el niño. Yo pensaba que era un papá típico que trabaja y no le dedica tiempo a su hijo. Pero se nota su amor por él.
Y bueno, también es bien guapo. Cuando lo vi me quedé como tonta mirándolo. Ojalá no se haya dado cuenta, porque me daría vergüenza ya que es un apoderado de mi alumno y tengo que ser profesional en ese tema sobre los padres de mis alumnos.
De repente escucho que alguien está golpeando la puerta de mi oficina, dejando mis pensamientos a un lado.
—Pase —digo.
—Amica (amiga), soy yo. ¿Puedo pasar?
—Claro, amica. ¿Pasó algo?
—Tranquila, amica, no pasó nada. Solo te quería decir que ya me voy con Alice. Violetta llamó y preguntó si nos juntamos en su casa a las 7:00 a cenar —dice Bianca.
—Eh, sí. Dile que sí. ¿Te paso a buscar o vas en tu auto con Alice? —pregunto.
—Voy en mi auto, así que tú tranquila. Voy a dejar a Alice con mi madre para que hablemos tranquilamente. Ya extrañaba nuestras juntas —dice Bianca.
—Bianca, no seas exagerada. Hablamos siempre en nuestro grupo de WhatsApp, donde siempre terminamos chismoseando de todo. Aunque admito que necesito despejarme con ustedes un rato, me hará bien —digo.
—Bueno, me voy a arreglar. Nos vemos, arrivederci.
Mi amiga se va diciéndome que va a ir a su casa para arreglarse. Mientras tanto, yo empiezo a buscar mi bolso para irme a casa a cambiarme de ropa también.
Me puse algo sencillo: unos pantalones negros de cuero y una camiseta blanca. Me despido de mi mamá y hermano, tomo mi bolso y me subo a mi auto.
Una hora después estoy en la entrada de la casa de mi amiga Violetta. Llamo a mi amiga para que me abra la puerta. Luego sale de su casa con una sonrisa cuando me ve.
—¡Amiga! Al fin pensé que ya no llegabas —dice feliz mientras se acerca a mí para abrazarme—. Pasa, pasa, que tengo hambre —dice Violetta.
—Violetta, no seas exagerada —digo riéndome—. Ya estoy aquí. Ya Sé que sin mí no viven, loca —digo mientras acepto su abrazo cariñosamente.
—¡Ja! Tú no puedes vivir sin nosotras, Ade —me dice—. Soy una de tus mejores amigas, así que me tendrás que soportar —
Después de nuestro cariñoso abrazo, mi amiga me dice que pase. Veo a Bianca sentada en la mesa de su comedor, que es bien amplia. Veo que hay cosas para compartir: papas, sándwiches, pasteles, bir y nuestra bebida favorita: Coca-Cola. Desde que tengo razón, Violetta, Bianca y yo amamos la Coca-Cola.
—Amiga, te ves cansada —le digo a Violetta—. ¿Giorno difficile? —le pregunto.
—Un poquito. Mi investigación fue un poco complicada, ya que es mucha información y tengo que hacer una tesis. Pero ya la tengo casi lista —dice Violetta comiendo su sándwich.
—Amiga, desde que te conozco siempre has sido buena para hacer resúmenes y tesis —dice Bianca—. Al contrario de mí, que soy pésima y me aburro fácilmente. Sé que podrás lograrlo.
—Grazie, Bianca —dice Violetta con una sonrisa—. Y tú, Bianca, eres buena enseñando, mientras que yo no tengo paciencia. Y menos con los niños. Siento que van a llorar o pelear y no sabría qué hacer. Creo que lloraría con ellos —dice riéndose.
—Jaja, sí me imagino que tú terminarías peleando con un niño, Violetta. Me acuerdo que una vez tú y Alice estuvieron peleando por una película —dice Bianca.
—Oye, no quería ver "Dumbo". Sabes que esa película no me gusta. Me hace llorar. A tu hija le gusta y le gusta burlarse de mí. Más que hay una escena que me traumó de niña. No sé cómo Alice no se traumó. De hecho, está bien pegada viéndola —dice Violetta.
—Lo que pasa es que a mi querida ahijada le encantan los elefantes. Por eso le gusta ver "Dumbo", aunque en el fondo también le da pena, especialmente cuando Dumbo está con su mamma —digo.
—Sí, a ella le encanta ver elefantes y odia cómo son maltratados por la gente. Mi niña dice que le gustaría ser veterinaria porque quiere ayudar a todos los animales heridos —dice Bianca con ternura—. Te juro que mi hija es la persona más dulce que hay.
Luego de terminar esa conversación, cambiamos de tema. Les cuento sobre mi día y también sobre mi alumno y su padre
—Adela, has hablado todo este rato de ese señor —dice Violetta, un poco borracha—. ¿Acaso te gusta el padre de tu alumno? —dice con una ceja levantada—. ¿Tan atractivo es? —me pregunta.
—¡Violetta! ¿Cómo se te ocurre decir esa tontería? —digo un poco enojada—. Claro que no me gusta. Solo lo encontré un buen padre, solo eso —digo un poco más calmada.
—¿Un buen padre o un buen hombre, guapo y caballeroso? —dice Bianca, apuntándome con su codo en una de mis caderas—. Vamos, Adela, dinos. Acepta que lo encontraste guapo —me dice Bianca.
—¡Ah, qué chismosas las dos en serio! Pero acepto que está guapo —digo.
—Mmm, amiga, va a ser la típica historia donde te enamoras y te vuelves como la madre de su figlio —dice Violetta con una sonrisa—. ¿Qué dices, Bianca?
—Mmm, yo creo que va a ser la típica historia donde es algo prohibido y secreto, pero a la vez algo dulce y apasionado —dice Bianca—. Y también que serás como la madre de su figlio.
—Chicas, basta. Dejen de decir historias de fantasía que no van a pasar en absoluto. Primero: él es un apoderado de mi alumno y no se puede tener una relación romántica. Segundo: en la escuela está prohibido tener un romance sentimental, solo profesional. Y tercero: ese niño es un gran niño, tierno, inteligente y estoy contenta de que sea mi alumno. Sé que ese niño adora y amará a su madre siempre, y no creo que quiera otra madre como reemplazo —digo.
—Ya veremos. Nunca digas nunca, querida amiga —dice Violetta.
—Exacto, nunca digas nunca, Adela. ¿Quién sabe si él es el amor de tu vida? —dice Bianca.
Doy vuelta mis ojos y suspiro. Sé que seguirán con el tema, pero lo ignoro. Después de un rato, se quedan dormidas. Mientras tanto, sigo con mis pensamientos hasta que me quedo profundamente dormida.
Continuará..
Unos de mis capítulos favoritos..
¿Que opinan de las amigas de Adela ?
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El destino nos unió (+18)
Romancemi primer libro Historias románticas con personajes que ojalá les gusten.