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Narrado por: Adela 💗Días después del funeral de la mamá de Bruno.
Nos encontramos frente a la puerta de la casa de Bruno. Elio lleva una fuente de comida cubierta con papel de aluminio, y yo sostengo un ramo de flores blancas. A nuestro lado, Chiara sujeta la mano de Aldo, quien camina tranquilo. Respiro profundamente antes de tocar el timbre. Siento tristeza al recordar el vacío que dejó mi padre cuando falleció.
La puerta se abre lentamente. Bruno aparece ante nosotros, con los ojos rojos y una expresión abatida que me rompe el corazón
—Gracias por venir —murmura con una débil sonrisa.
—Lo sentimos tanto, Bruno. Trajimos algo para ti —digo con suavidad.
—Grazie —responde él con un asentimiento, y se hace a un lado para dejarnos entrar.
La casa está sumida en un silencio abrumador. Máximo ya está sentado en el sofá con una expresión solemne, pero se levanta para saludarnos.
—Ciao, ragazzi —dice, intentando sonar casual, aunque su voz denota tristeza.
Elio lleva la fuente a la cocina y regresa para abrazar a Bruno con fuerza. Coloco las flores en un jarrón cercano, mientras Chiara se acomoda en un sillón, con Aldo en su regazo.
—Estamos aquí para lo que necesites, amigo mio —le dice Elio con firmeza y calidez.
Yo observo, manteniendo cierta distancia mientras Bruno se sienta en el sofá. Al final, me acerco un poco más, respetando su espacio.
—No sé qué hacer ahora —dice Bruno con la voz quebrada.
—Es normal sentirse así. Il dolore es inmenso, pero no estás solo. Estamos contigo, Bruno —le digo, con empatía.
Elio intenta animarlo recordando una anécdota de su madre.
—¿Te acuerdas de la vez que tu mamá nos pilló en el tejado arreglando la antena? Estaba furiosa, pero después nos preparó la mejor cena.
Bruno sonríe tristemente.
—Si, era una gran mamá. Siempre preocupada, con un gran corazón.
Chiara se inclina hacia él con delicadeza.
—No estás solo, Bruno. Estaremos aquí para apoyarte en este momento tan difícil para ti.
Aldo, que había estado callado, se acerca a Bruno con su pequeño dinosaurio de peluche en las manos.
—Tío Bruno, este es Dino. Es mi juguete favorito. Quiero que lo tengas tú para que no estés tan triste.
Bruno toma el dinosaurio, conmovido.
—Grazie, piccolo. Esto me hará sentir mejor. Eres un niño especial.
Entre risas suaves y lágrimas contenidas, brindamos por la madre de Bruno. Alzo mi vaso, recordando a mi propio padre y el consuelo que brindan los recuerdos llenos de amor.
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Más tarde..
El sol se pone lentamente cuando Elio llega a mi casa para dejar a Aldo conmigo. Quiere pasar la noche haciendo compañía a Bruno y quedarse con Máximo para apoyarlo. Ha sido un día cargado de emociones después del velorio de la madre de Bruno y nuestra visita a su hogar.
Aldo salta del auto con su energía habitual, saludando alegremente a mi mamá, quien lo espera sonriente en la entrada.
—Ciao, Aldo! —dice mi madre, extendiendo los brazos hacia él.
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El destino nos unió (+18)
Romancemi primer libro Historias románticas con personajes que ojalá les gusten.