♡ : CAPÍTULO XVI

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Hyunjin corría por las calles de Seúl, tenía una bufanda cubriendo su cuello y un enorme suéter junto a él, después de tres horas insistiendo en Gimpo, en casa de sus abuelo, le dieron el permiso de regresarse para pasar esa noche con su omeguita de ojos azules.

Y es que no regresó en su carro, tomó el primer tren de donde estaba a la estación de Seúl, miró el reloj y eran las once y media de la noche, treinta minutos para que el cumpleaños de su omeguita terminara.

—Debo regresar al gimnasio —bufó el alfa, cuando se detuvo, para recargarse sobre un árbol, estaba a tres casas de llegar, no había encontrado ningún taxi y bueno, le tocó correr.

Siguió corriendo, cuando llegó a casa del omeguita, empezó a tocar el timbre con insistencia, sacó de su mochila el osito tejido que había hecho hace unas semanas, por video-llamada con su abuelita para aprender a tejer.

—¿Sí? —preguntó Chan, quien fue quien abrió la puerta. — Oh, eres tú —bufó el alfa.

—¿Está Jeongin? —cuestionó Hwang, algo nervioso.

—Está en la sala, con mi omega y mis padres, pasa —dijo Chan con una sonrisa. — Se la ha pasado un poco triste porque no estas, te apuesto diez wones a que gritará cuando te vea.

—Trato —dijo Hyunjin, mientras que dejaba su suerte colgado en el perchero junto a la bufanda.

Empezaron a caminar por la casa, hasta que llegaron a la sala y sonrió cálidamente cuando vio a su omeguita acurrucado entre unas sábanas, ya se había quitado aquellas botas y ahora traía sus pantuflas de conejito, mientras bebía un chocolatito caliente esperando a que dieran las doce para abrir sus regalos.

—¿Ya puedo? —cuestionó la voz dulce de Jeongin — ¿Cuál puedo abrir primero? —hizo un puchero con sus labios.

—El mío —dijo Hyunjin, con su voz ronca, entonces Jeongin soltó su taza de chocolate y dio un brinco que lo hizo salir del sofá, volteando a ver a su alfita, soltando un grito agudo.

—¡Alfa! —gritó y corrió a los brazos de éste, dando un saltito y enredando sus bracitos alrededor del cuello de Hwang, ocultando su rostro ahí y que el alfa rodeará su cintura. — ¡Viniste! ¡Te extrañé mucho! —dijo, dejando un besito en la mejilla del mayor.

—Que gusto tenerte aquí muchacho —dijo Seokjin, quien tenía a su omega sentado en sus piernas bebiendo una copa de brandy.

—Fue gracias a Chan, quien me ayudó a convencer a mis padres —respondió Hyunjin y Jeongin abrió sus boca sorprendido.

—¿Channie? —cuestionó el omega.

—No me gustaba verte triste por la ausencia de Hyunjin, Félix fue el de la idea — dijo el alfa, mientras abrazaba por la cintura a su omega.

Mientras que todos regresaban a la sala, para esperar a que dieran las doce, Jeongin se había acurrucado junto a Hyunjin, mientras que le contaba su travesía de Gimpo a Seúl, y que regresaría al gimnasio por que le faltaba aire al momento de correr.

Dieron las doce de la noche y Jeongin empezó abrir sus regalos, el de Chan ya lo traía puesto, sus padres le regalaron un departamento que ocuparía después de sus dieciocho años, Félix le regalo una colección de libros ilimitado y Hyunjin le regalo el osito que tejió, junto a un anillo de promesa.

Jeongin había dormido junto al pecho de su alfa, cuando estaban solitos en su habitación, ya que les pidió permiso a los padres del menor para dormir con el omega, porque sabían que no haría nada malo.

Solo pequeños besitos que Jeongin le robaba al alfa en el trayecto de la noche, cuando observaba el anillo de promesa en su mano.

Planearían su boda, quizás en un futuro, porque Jeongin lo amaba sinceramente desde que tenía dieciséis.

Just let me adore you❁ HyunInWhere stories live. Discover now