♡ : CAPÍTULO II

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Hyunjin era un alfa sumamente tierno a comparación de los demás alfas que lo rodeaban, aunque media un metro ochenta y cinco e imponía miedo, era una verdadera masita de amor.

Sus hebras rubias a veces caían por su frente haciéndolas a un lado con sus dedos, con complexión delgada pero bien ejercitada, tenía unas piernas largas y gruesas, sus brazos eran largos y sus manos eran grandes; tenía algunos tatuajes que pintaban su piel junto a una argolla en su oreja izquierda.

Estudiaba arquitectura, en segundo año y era el mejor de su clase; no solo porque su padre era el director si no porque desde muy chico siempre fue muy disciplinado con la escuela.

Era hijo de dos alfas, su descendencia era pura ya que el vientre, en el cual creció, era de una mujer alfa; jamás le faltó amor por que era hijo único y ellos siempre lo educaron a que debía respetar a cualquiera, ya fuera alfa u omega.

Abrió la puerta de la oficina del señor Yang, y sus pulmones se dejaron inundar por aquel aroma a melocotón, un aroma que era muy poco peculiar en el mundo de los alfas y omegas, ya que solos los que poseían ese aroma eran puros de corazón, según las leyendas de los más ancianos.

Puede que haya quedado embobado por su belleza.

—¡Hola! —dijo el omega de ojos azules, el cual Hyunjin había quedado viendo, su voz era dulce, suave y melodiosa, podía seguir escuchando sin exageración alguna.

—Hyunjin, toma asiento por favor —dijo el señor Yang. — Jeongin, cielo, ahí está tu mesita para hacer tus tareas, por favor haz todas en lo que yo hablo con el joven Hwang.

—Sí mami, ¿quieres galletitas? Las hice con mi nana —dijo el castañito.

—No, muchas gracias —dijo Hyunjin, pero Jungkook abrió los ojos como platos e hizo un movimiento con la cabeza para que las aceptara.

—Oh, sí, lo entiendo... —dijo el omega, con un pucherito en sus labios.

—Quisiera una —pide Hwang sonriendo.

—Te daré dos porque tengo cuatro.

—¿A mí no me toca galletas? —preguntó Jungkook.

—Papi dijo que no puedes comer galletas por el azúcar —respondió Jeongin, extendiendo su manita para darle dos galletitas a Hyunjin.

—Muchas gracias.

—¡De nada! —sonrió Jeongin, formando arruguitas debajo de sus ojitos, caminando hasta la mesita donde estaban siempre sus cosas; sacando sus cuadernos y unos audífonos para escuchar música.

—Gracias por venir, en verdad mi esposo y yo estábamos desesperados por la opinión de un arquitecto para los edificios que pronto se construirán —dijo Jungkook, mientras que Jeongin movía sus piecitos al aire porque no llegaban al piso.

Después de un rato Hyunjin había quedado temporalmente contratado en lo que regresaba Changbin de su temporada como nuevo papá junto a su omega Seungmin.

—Solo será medio tiempo, en cuanto salgas de tu escuela puedes venir, los sábados y domingos están libres, solo por alguna emergencia te llamaremos.

—¡Mami! —gritó Jeongin.

—¿¡Que pasa cielo!? —dijo Jungkook alarmado.

—¡El maestro nos quiero en menos de diez minutos en la escuela y Channie anda con papá conduciendo! —dijo el omega, agarrando todas sus cosas.

—Si gustas puedo llevarte —ofreció Hyunjin.

Just let me adore you❁ HyunInWhere stories live. Discover now