Encuentro en el Sofá

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El apartamento de Jin estaba envuelto en una penumbra suave, mientras el atardecer teñía el cielo de tonos cálidos. Jin y Jungkook, atrapados en la sutil danza de emociones, continuaban su encuentro en el sofá que había presenciado tantas transformaciones en su relación.

Jin, quien originalmente esperaba simplemente recibir un lonche que su madre le había enviado, se encontraba ahora en el regazo del menor, sumido en una marejada de pensamientos y sensaciones que luchaba por comprender.

—No esperaba que esto sucediera—murmuró Jin, su voz reflejando la confusión que se apoderaba de su mente.

Jungkook, con su característico aire indiferente, simplemente asintió mientras continuaban besándose. Cada roce, cada contacto, parecía desafiar las barreras que habían intentado construir.

—Kook, esto es complicado. No entiendo cómo llegamos a esto—confesó Jin, sus ojos buscando respuestas en los de Jungkook.

El azabache, aunque no emitía palabras, respondió con un beso más profundo, como si la intensidad pudiera eclipsar las dudas que se agolpaban en la mente de Jin. El sofá se convirtió en el epicentro de una conexión tumultuosa, donde el pasado y el presente se entrelazaban en una danza íntima.

Jin, abandonándose al momento, se dejó guiar por la pasión que fluía entre ellos. La sensación de estar en el regazo de Jungkook, la familiaridad del sofá, creaban un escenario cargado de nostalgia y deseo.

—No sé qué significa esto para nosotros, Jin. Pero no puedo negar que lo quiero —susurró Jungkook, sus palabras vibrando en el espacio compartido.

Jin, aunque se sentía envuelto en la espiral de emociones, no podía ignorar el anhelo que también crecía dentro de él. La conexión que compartían parecía resurgir con una fuerza renovada, como si estuvieran redescubriendo la esencia misma de su relación.

La tarde se desvanecía en la penumbra, y mientras los dos continuaban en su encuentro íntimo en el sofá, el laberinto emocional que los rodeaba se volvía más complejo y, al mismo tiempo, más irresistible. Los besos continuaron, marcando un capítulo más en la historia entre Jin y Jungkook, donde los límites se desdibujaban y el futuro permanecía envuelto en misterio.

El silencio se apoderó del apartamento, solo roto por el susurro de sus respiraciones entrelazadas. Jin, todavía en el regazo de Jungkook, se sumió en sus pensamientos mientras la penumbra se cernía sobre ellos.

—Kook, necesitamos hablar. Esto no puede seguir así sin entender qué significa para nosotros—murmuró Jin, su voz llevando consigo la carga de las dudas que lo acosaban.

Jungkook, sin romper el contacto visual, asintió levemente, indicando que estaba dispuesto a enfrentar las conversaciones pendientes. Sin embargo, en lugar de responder con palabras, optó por deslizar sus dedos suavemente por el rostro de Jin, trazando líneas imperceptibles.

—¿Qué somos, Jungkook? ¿Cómo llegamos a esto?—preguntó Jin, sus ojos reflejando la búsqueda de claridad.

Jungkook, aunque no era conocido por expresar fácilmente sus emociones, finalmente habló, su tono calmado resonando en la quietud del lugar.

—Hyung, las etiquetas son complicadas. No sé cómo definir esto, pero sé que quiero estar contigo—confesó Jungkook, sus palabras llevando consigo un atisbo de vulnerabilidad.

Jin asintió, comprendiendo que intentar encajar su relación en etiquetas predefinidas solo complicaría las cosas. En la penumbra, dejaron que la conexión que compartían hablara por sí misma.

—A veces siento que estoy perdiendo el control, que esto no debería estar sucediendo—confesó Jin, su voz temblando levemente.

—Hyung, el control a veces es una ilusión. A veces, simplemente nos dejamos llevar por lo que sentimos—respondió Jungkook, su mirada fija en la de Jin.

La conversación, aunque llena de preguntas sin respuesta, creó un puente de entendimiento entre ellos. La penumbra se convirtió en un cómplice silencioso mientras compartían confesiones y se enfrentaban a las complejidades de sus emociones entrelazadas.

La noche avanzaba, y aunque las palabras no resolvieron todos los enigmas, dejaron un sentimiento de entendimiento mutuo.

I Need You|| KOOKJIN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora