La decisión de Jin de enfrentar a Jungkook y restaurar la conexión perdida se convirtió en un desafío emocional que lo llevó a los límites de su determinación. A medida que intentaba acercarse al joven, este se cerraba aún más, encerrándose en una muralla de indiferencia y resentimiento.
Jin se encontraba de pie frente a la puerta de la habitación de Jungkook, respirando hondo antes de golpear suavemente. La puerta se abrió revelando a un Jungkook con expresión impasible.
—¿Qué quiere, hyung? —preguntó, sus ojos mirando a Jin con frialdad.
—Necesitamos hablar, Kookie. Esto no puede seguir así —dijo Jin con determinación.
Jungkook se rió, una risa que carecía de alegría genuina.
—¿Hablar? ¿Después de todo este tiempo? ¿Después desde que fue el primero en romper nuestra conexión?
Jin sintió un escalofrío recorrer su espina dorsal. La acusación de Jungkook le golpeó como un puñetazo. Sabía que la partida para estudiar en Suiza había dejado un hueco en la vida de Jungkook, pero no se imaginaba cuánto lo había lastimado.
—Kookie, lo siento. No fue mi intención...
Jungkook lo interrumpió con un gesto despectivo.
—No quiero sus disculpas. Ya no es parte de mi vida, hyung.
La puerta se cerró con fuerza, dejando a Jin parado en el pasillo con un nudo en la garganta. Intentó asimilar la realidad de la desconexión entre ellos, pero su corazón no estaba listo para aceptar la derrota.
Decidió dar un paso más y asistir a una fiesta a la que Jungkook se dirigía. Condujo hasta el lugar del panfleto que vio en el escritorio de Jungkook y, al mirar por la puerta de la habitación vio gente amontonada mientras bebia y se besaban unos con otros. No imaginaba que esté era el nuevo lugar al que frecuentaba su amigo está vez quedó impactado por la transformación de Jungkook.
El ambiente estaba cargado de risas, música estruendosa y luces parpadeantes. Jungkook, con su nuevo aspecto, se destacaba en medio de la multitud.
El corazón de Jin latía con intensidad mientras observaba a Jungkook, quien fumaba con desdén, atrapando las miradas de todos a su alrededor. Era como un imán, pero Jin no podía evitar notar los tatuajes que decoraban su brazo. Eran intrincados y oscuros, una expresión tangible de la tormenta interna que Jungkook llevaba consigo.
Incapaz de resistir la necesidad de acercarse, Jin entró a la fiesta. La multitud se abría paso mientras él avanzaba, determinado a llegar hasta Jungkook, quien se había ido al patio trasero. Sin embargo, antes de que pudiera alcanzarlo, un hombre lo empujó violentamente, arrojándolo hacia una alberca cercana.
Jin, que no sabía nadar, luchó por mantener la calma mientras se hundía. Sus pulmones gritaban por aire cuando, de repente, sintió un tirón firme que lo sacaba de las profundidades. Emergió tosiendo y jadeando, solo para encontrarse con los ojos intensos de Jungkook.
—¿Crees que soy tan estúpido como para dejarte ahogar, hyung? —dijo Jungkook, con una mezcla de sarcasmo y preocupación en su voz.
Jin, empapado y desconcertado, no pudo evitar sentir una oleada de gratitud hacia Jungkook. La frialdad que solía caracterizar al joven estaba mezclada con algo más, algo que Jin no podía descifrar.
—Gracias... —murmuró Jin, todavía atrapado en la confusión de la situación.
Jungkook simplemente asintió y se alejó sin decir una palabra más. Jin, ahora consciente de la peligrosidad de la situación, decidió dejar la fiesta y procesar todo lo que acababa de experimentar.
La noche se desvaneció con el sonido de la música y las luces parpadeantes, pero Jin quedó atrapado en el torbellino de emociones. La imagen de Jungkook, tanto en su aspecto renovado como en el gesto salvador en la alberca, se mezclaba en su mente como un rompecabezas confuso.
Al día siguiente, Jin decidió enfrentar directamente la situación. Buscó a Jungkook, quien estaba en la sala de la casa de los Kim. Los dos hombres se miraron, y en ese silencio incómodo, Jin decidió romper la barrera que los separaba.
—Kookie, necesitamos hablar en serio. ¿Qué está pasando contigo?
Jungkook lo miró fijamente, sus ojos oscuros revelando poco de sus pensamientos internos.
—No es asunto tuyo, hyung. Ya te dije que no eres parte de mi vida.
La resistencia de Jungkook frustraba a Jin, pero también encendía la chispa de determinación en su interior.
—Sé que algo te está afectando. No te dejaré hundirte solo en esta oscuridad, Kookie. Aún eres importante para mí.
Jungkook, sin inmutarse, se levantó y se alejó, dejando a Jin con la certeza de que la lucha por reconectar con su amigo estaba lejos de haber terminado.
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I Need You|| KOOKJIN
FanfictionKim SeokJin, un soltero desatendido entre sus hermanos, decide dar un giro a su vida al invitar a su crush de toda la vida al baile de bienvenida universitario, pero su corazón se quiebra cuando es rechazado. Devastado, regresa a casa para llorar, d...