Señales y Desafíos

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La noche avanzaba, envolviendo la casa de los Kim en una oscuridad que reflejaba el estado de ánimo tenso entre Jin y Jungkook. A pesar de las palabras hirientes de la tarde, Jin no estaba dispuesto a rendirse. Buscó señales de la antigua conexión, y una pequeña luz de esperanza se encendió cuando Jungkook, de manera casi automática, pidió la comida preferida de Jin.

—¿Todavía te gusta esto, verdad? —preguntó Jungkook, con su tono frío característico.

Jin asintió, tratando de ocultar la emoción que surgía en su interior. Aunque las palabras eran afiladas, la elección de la cena recordó tiempos más simples, cuando Jungkook solía hacer esto desde que tenía diez años.

La cena transcurrió en silencio, interrumpida solo por el tintineo de los cubiertos. Jin esperaba encontrar una fisura en la fachada de Jungkook, pero este se mantenía imperturbable, como un enigma indecifrable.

La mañana siguiente trajo consigo la llegada de los padres de Jin. Aunque la atmósfera seguía siendo tensa, el simple hecho de compartir la mesa en silencio marcó un avance. Los padres, notando la distancia entre Jin y Jungkook, intercambiaron miradas preocupadas pero decidieron no intervenir.

Al salir de la casa, Jin sintió la mirada de Jungkook sobre él. La esperanza brilló en sus ojos al interpretarlo como una señal de que tal vez, solo tal vez, Jungkook estaba comenzando a abrirse. Con entusiasmo, Jin se acercó.

—¿Cómo te sientes hoy, Kookie?

Jungkook, en lugar de responder con un indicio de apertura, comentó fríamente sobre el traje que Jin llevaba.

—Ese traje te queda mal y apretado. Deberías cuidar más tu apariencia.

Las palabras golpearon a Jin como un puñal. Corrió a su habitación, sintiéndose vulnerable y herido. La camiseta gris que le había quedado bien hace una semana ahora parecía apretada y discordante. La autocrítica resonaba en su mente mientras se cambiaba, una lágrima escapando de sus ojos.

Jin regresó a la sala con una nueva vestimenta, tratando de ocultar su dolor detrás de una sonrisa forzada. La mirada de Jungkook apenas titubeó, como si sus palabras fueran solo un juego para él.

El trayecto hacia el hospital fue silencioso, con Jin sumido en sus pensamientos y Jungkook inmutable en su actitud distante. La jornada laboral avanzó, pero la sombra de la tensión en la casa de los Kim persistía en la mente de Jin.

I Need You|| KOOKJIN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora