KARMA (kookmin gemelos)

12

Antes

—¿un error?

—si…lamento los inconvenientes, debido a que mi hermano tiene iniciales prominentes cómo las mías, el nombre fue erróneo—Yeongguk miraba sus tareas regadas sobre la mesita de noche y su lámpara alumbrando la página de reclutamiento.

—no, me temo que no fue un error…

—señorita, revise bien, es Yeongguk, no Jeon Jungkook…—la secretaria de asistencia de alistamiento, observaba los documentos que había buscado en la fila de reclutas, a pedido del menor, tratando de cambiar el nombre de su hermano.

—entiendo, que le parece si platicó con el coronel, y reviso nuevamente…Puede regalarme unos minutos…—la mujer se elevó de su escrito sosteniendo los documentos.

Yeongguk apartó el teléfono con su vista apagada y sus dedos moviéndose en la libreta.

—¡lamentó el tiempo de espera, ahora mismo le confirmo, qué Jeon Yeongguk, será alistado el treinta de noviembre!—el menor sonrió con su rostro apagado por sus cabellos.

—gracias ¿Puedo alistarme lo más pronto posible?...

—lo lamento, pero el único cupo para alistamiento de este mes, es hasta el treinta, debido a las fiestas de navidad…espero comprenda. 

—gracias…—apartó el celular al terminar la llamada con “gracias” por parte de la mujer.

“lo siento” eran las palabras que estaban escritas en la libreta.

El día de enfrentar su más grande miedo había llegado; Park Jimin. No estaba preparado para afrentarlo, debía intentarlo, y al menos demostrarle que si había sentido amor hacía el doncel. Debía sacar lo que sentía, tomar nuevas riendas, y dejar qué su vida fuese controlada por el mismo.

—¿!Que hiciste que!?—Namjoon miró con irá e impotencia a su hijo. Yeongguk le sonrió al mostrarle la carta.

Ya había sido llamado.

—¡Tu futuro, tus proyectos, tú…

—mi vida—le corrige dejando al mayor callado—¡Mi futuro, mi vida!—le sonrió con tristeza en sus ojos—¡yo los controlo, no tú, no mamá, nadie más en este mundo puede controlarme, no soy tu maldito espejo papá!—el mayor agachó su rostro al ver la ira, y tristeza de su menor.

Lo sentía.

—¡A si qué, yo tomare el lugar de Jungkook!... ¿¡Qué!? Estás decepcionado—el mayor apretó sus labios por las lágrimas de su hijo—¡No me importa, sabes por qué papá…! Jamás necesite tú apoyo, ni el de mamá ¿Dinero? Que sirve tenerlo todo, si eres una mierda por dentro. ¿No es a si papá?—Namjoon no cuestionó, ni siquiera movió un músculo de su cuerpo cuando el menor se apartó dejándole congelado, y una página arrugada en sus dedos.

Lisa sonrió cuando diviso a su novio en la entrada, parecía que Jeon estaba apunto de entrar a la universidad.

—¡Darli…

—¡Terminamos!—la menor borró su sonrisa y miro al mayor con confusión—desde ahora en adelante, no quiero saber nada de ti—los que pasaban esperaban un drama completo por parte de la rubia, e incluso Jeon esperaba los reclamos y lágrimas.

Pero nada.

Lisa parecía roca sin expresión.

—¿Terminas enserio conmigo?—Jeon frunció su entrecejo por la sonrisa de la menor—te equivocas, hace mucho que solo te veo de lejos.

—claro, solo supe tus intenciones con Jungkook —Monoban abrió sus ojos—¿Crees qué no lo sabía? Jamás te guste, solo ibas por mi hermano, y tus intenciones jamás fueron acostarte conmigo…lo supe cuando no te importó tomarme a pesar de qué había lastimado a Jimin—Lisa mordió sus labios soltando una suave sonrisa. Yeongguk la fulminó con la mirada, siempre lo supo, pero lo ignoraba.