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VINO TINTO

Madelaine Johnson

El lunes empezaba bastante temprano, me levanto a las seis de la mañana para comenzar mis clases a las siete y media. Es bastante frustrante empezar la semana así pero no me queda de otra.

Ya habian pasado dos días desde la primera cita que tuve con Will. En eso dos días estuvimos escribiéndonos, o más bien él escribía, yo solo respondía y le seguía la conversación.

Honestamente no estoy segura de querer algo con él, al menos no seriamente. Es decir, me siento muy cómoda con como estoy ahora y no quiero cambiar eso.

Al ver que ya habían pasado quince minutos en los que no hice más que pensar o estar con él celular decidí levantarme. Me dirigí la cocina y prendí la cafetera. Una adormecida Monica salía de su habitación y la rubia la acompañaba, yo puse una ceja en alto

—Buenos días eh, ¿qué hacen juntas?— pregunté, tardaron en reaccionar cuando me vieron ahi parada.

—Ayer en la noche fui a disculparme por hablarle mal, y me quedé dormida mientras veíamos algo.— respondió sin más Bridget.

—Aja, bueno. ¿Quieren café? Puedo hacerles uno.

—Te amo, sos un sol.— dijo Mon abrazándome, si estuviera más espierta no haría esta muestra de afecto, le hace falta cafeína en su sistema.

—¿Hola? Yo también existo.— bufó Bridget. Mon se acerco a ella y la abrazo por la cintura.

Yo me fui a mi habitación a cambiarme, nadie las quiere ver cuando se ponen melosas. No me quiero imaginar como serian si fueran novias.

Fui a mi armario para ver que iba a usar, al final me decidí por una falda negra, con un sueter carmesí, medias negras y mis borcegos. Agregué algunos accesorios y ya estaba lista.

Nuevamente me dirigí a la cocina, para servir el café. A las chicas en tazas normales, a mi en un vaso térmico porque ya me tenía que ir. Las chicas entraban más tarde. Susan siempre es la última en despertarse y si se acuerda desayuna algo.

—Bueno chiquis, me voy.— les dije yendo hacia la puerta.

—Nos vemos más tarde Maddie—dijo Mon, Bridget seguía abrazada a ella como un koala, yo les sonreí y salí por la puerta.

Me dirigí a la parada del metro, espere unos diez o quince minutos hasta que finalmente llego. Me subí y me puse a ver mi celular para ver si tena alguna notificación.

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Pretty When I cryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora