𝐄𝐍𝐃𝐆𝐀𝐌𝐄 | Gojo Satoru

Nacimiento. I

29 de julio de 1990

La mansión Seehara era un completo caos, sirvientes corriendo de un lado a otro, personas felices, angustiadas y emocionadas.

Todo se debía a que los actuales líderes de uno de los clanes más poderosos tendrían a su tercera hija.

El clan Seehara poseía dos técnicas especiales: Mastermind y Scarlet Force.

Mastermind consistía en una técnica para manipular la mente tanto de las personas como de las maldiciones. Todos los herederos legítimos de sangre al apellido del clan, poseían esta técnica. Por lo que al clan se le conoce por estar lleno de "manipuladores".

Mastermind no es una técnica muy poderosa por así decirlo para que el clan Seehara tuviera el reconocimiento que tiene, por lo que sus miembros se dedican a la posesión de armas malditas y concentran su energía para las peleas cuerpo a cuerpo.

Pero Scarlet Force era diferente. Consiste en una técnica donde el portador tiene control de su espacio a partir de su mente, donde puede hacer que su energía maldita se convierta en su "telequinesis" por así decirlo. Comprimir, ampliar, mover, explotar, entre otras cosas.

El punto está en que esta última técnica nombrada se heredaba cada 800 años.

Los Seehara siempre cuentan por generación un brujo que predice los sucesos que marcan la historia del clan. Por lo que el brujo de 800 años atrás aseguró que la nueva heredera de la técnica sería hija de la princesa Seehara y un hombre no legítimo.

Para la suerte que corrían Areth y Partner Seehara, después de 800 años cumplían con la predicción de ser padres de la siguiente heredera de la técnica.

—¿Crees que por fin ha nacido la heredera? Después de dos niños encuentro difícil que esa predicción sea cierta, tanto como el pequeño Peter y la princesa Arleth no han heredado la técnica, y es muy raro.— Opinaba una de las sirvientas mientras cocinaba.

—Sonne, no deberíamos opinar al respecto, pero estoy casi en las mismas condiciones que tú, además creo que si es posible sería mejor para el señor ¿No? Después de todo el pobre quería una vida fuera de la hechicería para sus hijos.

—Ay pero desde luego es algo imposible, al enamorarse de la señora Areth que es tan fiel a las creencias de su clan, debía saber que es algo imposible. Aún así no dudo que la nueva princesa tenga mucho amor por parte de ambos padres.

Mientras conversaban las sirvientas del clan, se podían percibir los gritos de dolor desde una de las habitaciones, la Seehara mayor daba todo de si para traer a su tercera hija al mundo.

—Respira Areth, estoy aquí contigo mi amor, tú puedes.— Daba ánimos Partner a su esposa en labor de parto.

—Maldita sea, estoy respirando, te juro que después de esta niña...— Se interrumpió a si misma para soltar un grito de dolor.— ¡MIERDA PARTNER GRAY, PAGARÉ PARA QUE TE ESTERILICEN!

Lágrimas y sudor se mezclaban en el rostro de la mujer, mientras su esposo hacia lo que estaba a su alcance para darle ánimos y fuerzas a su esposa.

—Si mi amor, tranquila, haré lo que quieras, concéntrate ahora ¿Sí? Estoy aquí contigo.

—Señor, ya puedo ver la cabeza.— Avisó la partera a los padres.

—Vamos Areth, ya casi, tu puedes, eres fuerte corazón.

1,2,3, gritos, respiros, quejidos y una mano casi rota de Partner en la habitación.

Dar a luz bebés con sangre de hechiceros no era nada fácil.

Dar a luz a bebés no era nada fácil.

Y Areth Seehara lo sabía más que nunca en ese momento.

—¡Señores, ya nació! La limpiaré y prepararé para dárselas.

Un gran suspiro salió de los pulmones del padre emocionado de la sala.

—Mi amor ¿Estás bien? ¿Quieres agua? ¿Hay algo en lo que te pueda ayudar?— Le preguntaba el hombre a su mujer.

—Tranquilo amor, solo ayúdame a secar mi sudor, solo quiero ver a mi pequeña Androssi.

—¿Entonces si te decidiste por Androssi?

—Si, me parece un nombre lindo y poco común, además combina con nuestros apellidos.— Comentó con una pequeña risa la cansada mujer.

—Androssi Seehara Gray, me gusta.— Expresó mientras tomaba en brazos a su pequeña hija.—Mi princesa hermosa, papá está aquí.

El hombre veía con un brillo en sus ojos a su pequeña hija de cabellos rubios apenas perceptibles, quien estaba tranquila después de soltar aquel llanto tan esperado.

—Pensé mucho en el nombre para que combinara también con el del afortunado con quien se case.— Se burlaba Areth al ver la expresión molesta de su esposo.

—No, me niego rotundamente, mi pequeña solo tendrá nuestro apellido ¿Verdad mi chiquita?

—Primeros minutos de Androssi en el mundo ¿y ya eres tóxico con ella? Ya bastante tendrá con Peter.

—No soy celoso, solo cuido a mi niña.

—¿La cuidas de los de tu especie?— Dijo entre risas.

—Chistosa, yo soy diferente a los de mi especie.

—Pues si tú lo dices. Presta un ratito.— Estiró los brazos para sostener a su hija, luego de hacerlo parecía inspeccionar algo en el torso de la bebé.

—Areth no por favor.

—Sabes que lo tengo que hacer, si es así lo tengo que hacer desde ya.

Retiró la mantita y la camisita de la bebé para notar una pequeña marca en la cintura de la bebé.

El padre mostró una mirada de decepción, realmente esperaba que su tercera hija estuviera fuera del mundo de la hechicería.

La mujer sonrió para anunciar.

—Androssi es portadora del Scarlet Force.