𝐄𝐍𝐃𝐆𝐀𝐌𝐄 | Gojo Satoru

Respiro. IX

Faltaban diez minutos para las 2:00 AM. La luna llena y las hermosas estrellas cubrían el cielo en Tokio.

En silencio, Suguru y Satoru iban camino a cumplir la misión que se les había asignado.

—¿Y si checo su habitación para ver si sigue allí?

—Pero sería invadir su privacidad.— Satoru hacia lo posible para que Geto no se diera cuenta si la chica se iba. Cumpliría su promesa.

—Pues no se dará cuenta, o está dormida o simplemente no está.

El pelinegro caminó hasta la habitación de Androssi que se encontraba al lado de la de Shoko. Satoru lo seguía con ciertos nervios al ver como abría la puerta cuidadosamente.

Geto asomó su cabeza unos segundos y cerró la puerta para regresar su mirada a Gojo.

—Está dormida. Su cabello resalta entre las cobijas.

El cuerpo del albino se tranquilizó después de escuchar las palabras de su amigo.

—Aún así debemos estar alerta.

Mientras tanto, una rubia que tenía la increíble habilidad de hacerse la dormida a pesar de las circunstancias le enviaba un mensaje a su mejor amiga.

—Y luego dicen que soy predecible.— Susurró con burla para si misma.

Sacó su celular y buscó el contacto.

Riri:)

Ya checaron mi habitación, pensaron que estaba dormida. Avísale a Shin que esté atento, ya saldré.

Okay, ten cuidado, trata de ocultar tu energía.

Lo tengo todo bajo control;)

Guardó su celular en su sudadera negra. Hizo una técnica para lograr ocultar su energía maldita para que los otros chicos no la percibieran. Con cuidado empezó a salir por la ventana, que ya había dejado abierta en el día para no hacer ruido.

Con su Scarlet Force levitó unas piedras desde el suelo que estaban a dos pisos. Las colocó para poder afirmarse y bajar sin caerse.

Materializaba el aire bajo las plantas de sus pies y no hacer ruido y tomó camino por el campo de entrenamiento que le había dicho Satoru.

Se encontraba dudando de si hacer caso a su compañero o no. Pero decidió confiar. Esperaba que el cumpliera lo dicho.

Abrió sus ojos al escuchar la voz de Geto. Se escondió en un arbusto.

—Geto ya vimos que está dormida. Tengo sueñooo. Trasnocharme de esta forma hará que unas horribles ojeras dañen mi precioso rostro.

—¿Y si se va? Tendremos problemas, y posiblemente su clan venga a acabar con nosotros.

—Tranquilo, no pasará nada. Además, si se escapara ya sentiría su energía.

—Tienes razón, pero antes veamos su habitación de nuevo, hay que ser precavidos.

Androssi esperó que ambos chicos estuviera lo suficientemente lejos para salir e ir camino a la puerta que estaba en el campo de entrenamiento donde se encontró con su chófer, Shin.

—Señorita, su amiga me avisó sobre lo planeado. ¿No llevará algo?

La chica se acomodó en el asiento del copiloto mientras acomodaba su cinturón de seguridad.

—No, solo hablaré con Hari.

—¿No se escapará entonces?— Preguntó mientras ponía el auto en marcha.