𝐄𝐍𝐃𝐆𝐀𝐌𝐄 | Gojo Satoru

Recuerdos. VIII

Año 1995

Los grandes clanes se reunían para hacer tratos, negocios, arreglos de matrimonios, planes sobre algunos sitios donde las maldiciones rondaban excesivamente.

El clan Seehara, Gojo, Zenin y Kamo se encontraban en la mansión Gojo.

La mayoría de adultos se encontraban en la sala. Los únicos niños en el jardín eran  Androssi, Arleth y Satoru.

Satoru se encontraba sentado lejos de las dos chicas.

—Arleth déjame jugar con él, yo quiero jugar.

—Te dije que no Androssi. Te quedarás aquí, yo iré a mirar las flores.

—Déjame ir contigo hermana, no me quiero quedar solita.

La pequeña niña le suplicaba a su hermana mayor que la llevará con ella. Pero esta se negaba. La mayor quería hablar con Satoru. Pues su madre le había dicho que este era un niño muy fuerte y privilegiado. Ella quería de grande poder estar con ese chico.

—¡Te dije que no Androssi! ¡Ya cállate!

El labio inferior de la menor empezó a temblar, mientras sus ojos se cristalizaban y sentía sus lágrimas mojar sus mejillas.

—Le diré a mi papi que no me dejas y que le gritaste.

Un golpe se escuchó.

Areth le había dado una bofetada a Androssi. La tomó fuertemente de la mandíbula con una mano mientras la regañaba.

—Tú no le dirás nada a papá, porque primero le diré yo a mi mamá y ella me creerá a mí ¿Sabes por qué? Porque no te quiere. Mi mamá me quiere a mí y a ti te quiere pero muerta ¿Entiendes?

La rubia menor lloraba aún más, sintiendo el dolor en su rostro. Trataba de soltarse pero no podía, la fuerza de su hermana era mayor. Impulsó su mano contra su rostro y la rasguñó.

Justo en ese momento se escucharon los pasos de dos personas. Eran sus padres.

—¡Mami! Androssi se cayó y me quiere culpar ¡Mira como me rasguñó la cara!

Areth mintió y fingió un llanto para que su hermana de cinco años llevara la culpa.

—Androssi ¡¿Qué te pasa?!

La madre le dió un pellizco en el hombro a su hija menor.

—¿No puedes comportarte en ningún momento? Siempre me estás haciendo pasar vergüenza.

El padre de las chicas detuvo a la mujer.

—¿Ya le preguntaste a Androssi qué fué lo que pasó?

—Sabes que Androssi es una niña, siempre está mintiendo para quedar bien contigo.— Areth tomaba a su hija mayor en brazos quien escondió su rostro en el cuello de su madre.

—Papi te prometo que yo no hice nada, solo quería jugar.— La menor limpiaba su nariz con la manga de su camisa y se aferraba a la pierna de su madre.

—¡Eres una mentirosa!

—Tú eres la mentirosa.

Los cuatro Seehara se dieron la vuelta para ver al heredero de los seis ojos señalar a Arleth.

—Tú la querías dejar sola, la golpeaste y la tomaste de su cara. Ella solo se defendió, también dijiste que tu mamá no la quiere.

—Eso es menti...

La niña mayor fue interrumpida por su padre.

—Androssi ¿Eso es cierto?

La pequeña asintió abrazando más a su padre. Él acarició su mejilla y miró con molestia a su otra hija.

—Tú estás castigada. En la casa arreglamos el problema. La reunión aún no termina.— Se giró para ver a su hija menor.— Mi amor, te quedarás un rato acá con tu amigo ¿Okay? Jueguen un rato mientras termina la reunión.

Los esposos Seehara se fueron de regreso a la sala donde estaban reunidos los otros líderes de los clanes junto a su hija mayor.

La menor seguía llorando desconsoladamente. Ya no quería jugar.

Satoru miraba a la niña con lástima, una sensación de tristeza llegaba a su corazón.

Se acercó a la chica para tomarla por los hombros y abrazarla.

Ella recostó su cabeza en su pecho mojando su ropa.

—Mi mamá no me quiere, mi hermana tampoco.

—Pero tu papá y tu hermano te aman. No las necesitas a ellas.

Permanecieron en silencio, solo los sollozos de Androssi se escuchaban.

Sintió un escalofrío y un sonrojo al sentir como Satoru le acariciaba la cabeza.

Se sentía protegida.

—Ven Drossi ¿Te gustan las flores?

—Si, son muy lindas.— Sonrió con un brillo en sus ojitos azules.

—Vamos a verlas. Son lindas porque se parecen a ti.

Y así nació una pequeña amistad entre los niños más fuertes del mundo Jujutsu.