Capítulo 5: Ese mayordomo, recordando.

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-Damon...-dijo Tom en un casi susurro mientras el recién mencionado acomodaba la corbata para perfeccionar el traje.

-¿Joven amo?-contestó sin dejar de arreglar el traje.

-Hoy es el día. Asegúrate que todo salga en orden.

El demonio sonrió. Se paró al terminar de arreglarlo e hizo una reverencia frente a él.

-Yes, my master.

"Me aseguraré de que salga de acuerdo a lo planeado", pensó con una sonrisa malévola ocultándola de su amo.

-Vámonos.

El demonio asintió y partieron de nuevo hacia la mansión. Cuando llegaron el mayordomo de inmediato los recibió y los hizo pasar a la elegante fiesta que se llevaba a cabo.

Damon visualizó de inmediato a Himena que estaba al lado de su amo, ella le dio una sonrisa burlona acercándose al oído del señor susurrándole algo, el hombre sonrió.

-Amo, en cualquier momento.

-Lo sé, Damon. Mantente alerta.

-Como ordene.

Himena se acercó a ellos, hizo una reverencia ante Tom viéndolo. Lo cautivó por un momento con esos ojos tan inusuales.

-Disculpe, pero mi señor quiere verlo.-dijo con voz melodiosa que Tom no pudo negarse, aunque era parte de su plan.

-No hay problema.-contestó. Miró a su mayordomo asintiendo. Himena también lo vio cuando se llevaba a Tom con su amo, su sonrisa era de complicidad y maldad.

Himena lo llevó con su señor que estaba un poco alejado de la gente.

-Señor.-dijo ella.

-Si, gracias. Puedes irte.

Himena asintió y se fue esbozando una sonrisa.

El sonido de la música inundaba el ambiente, risas, charlas, sonidos de zapatos de los que bailaban. Damon y Himena se paseaban por ahí, observando a todos. En cualquier momento ambos amos darían la orden y comenzaría el show.

-¡Damon!-y todo se tornó silencioso.

Ambas criaturas sonrieron. Damon se acercó con rapidez a su amo poniéndose a su disposición.

-Damon...-dijo Tom jadeante.

-¿Su última orden, amo?-contestó Damon.

-¡Mátalo!-dijo señalándolo.-¡Acaba con él!

Damon sonrió, más no se paró.

-Eso no será necesario.-habló Himena caminando hacia ellos. Paró justo enfrente de su amo.

-¿Qué?-dijo Tom con un hilo de voz. Damon se paró.

-No será necesario que su demonio lo haga.

"¿Cómo supo que Damon era un demonio?" pensó Tom. El hombre sonrió triunfante.

-Mi amo... -continuó Himena.- ya cumplió su propósito.

La sonrisa del hombre desapareció.

-Himena, ¿a qué te refieres?-dijo empezando a espantarse. Himena lo vio esbozando una sonrisa.

-Tu propósito se cumplió en el momento en el que lo traje ante usted.-un humo blanco la cubrió y reveló su apariencia de yōkai, seguía caminado hacia él.

-¡Himena, te ordeno que pares!-dijo el hombre asustado retrocediendo. Todos los invitados veían la escena en silencio totalmente espantados.

-El contrato...-paró frente a él. -ha terminado.

Sonrió dejando ver unos colmillos. Lo tomó por el cuello enterrando sus uñas, con su mano izquierda tocó su pecho. El hombre gritó, Himena sonrió y apartó su mano, en ella estaba el pentagrama que anteriormente había implantado en él.

Los invitados empezaron a gritar y empujarse. Unos calleron haciendo que otros los pisaran hasta la muerte, tanto era la desesperación que ellos mismos se encerraron. Himena no soportó el ruido de los gritos, se apartó del hombre mirando a la multitud. De su mano izquierda apareció una flama azul.

-Damon.-dijo Tom, éste asintió.

-Yo me encargo. -le dijo a Himena. Con rapidez formó una flama y la aventó hacia la multitud callando el ruido.

Himena volvió junto a su antiguo amo que estaba hincado en el suelo. Lo tomó por el cuello de la camisa sonriendo, mostró de nuevo sus colmillos mordiendo su cuello haciendo que el hombre gritara de nuevo de dolor. Por reflejo la tomó por el cabello haciendo que se apartara un poco, ella rió. Volvió a su posición anterior sin importarle que la tuviera agarrada del cabello.

Los gritos empezaban a bajar hasta hacerse nulos. Ya esta muerto. Himena se separó pasando su lengua por sus labios dejando caer el cuerpo inerte del viejo, sintió un jalón al hacerlo.

-Ah...-suspiró.-Creo que es necesario. -con sus uñas se cortó el cabello dejándolo más corto, ahora lo tenía hasta los hombros.

Tom la veía con terror en los ojos pero a la vez sentía satisfacción de que ese hombre hubiera muerto al fin.

-Demonio.-dijo Himena mirándolo de lado.- ya está hecho.

Damon sonrió.

-¿Damon?-dijo Tom mirándolo.

-Es su turno, su venganza está completa.

Se acercó a Tom tomándolo del rostro sonriendo. Pasó su lengua por sus labios con hambre, se acercó más y empezó a devorar el cuello de su amo devorando su alma. Cuando terminó dejó caer el cuerpo sin vida de Tom y sonrió satisfecho.

-Ya es todo, yōkai.

-Espero no volverte a ver, demonio.

-Lo mismo digo, Himena.

Ambos sonrieron viendo las llamas que poco a poco cubrían la mansión dejando ver un color anaranjado con rojo.

Se dieron la espalda y cada quien fue por su lado tomando su forma verdadera en busca de una nueva alma para devorar.

Kuroshitsuji: Black SoulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora