✮ oh bodyguard

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Últimamente la gente estaba vuelta loca, con las elecciones presidenciales te viste afectada con la gente metiche que aprovechaba tu vulnerabilidad para hacerte preguntas sobre el movimiento de tu madre o sobre tu vida en general.

No fue hasta que rompieron la ventana de tu auto y robaron la mayor parte de cosas que tu padre tomó la decisión de contratarte a un guardaespaldas.

Tu guardaespaldas no era precisamente lo que esperabas, te imaginabas a un hombre atractivo, musculoso y carismático con el que por lo menos podrías ser amigos, pero a cambio obtuviste a una mujer testaruda, sobre protectora y aburrida.

No negabas que era jodidamente atractiva, pero su personalidad arruinaba esa cara y cuerpo bonito.

El sonido de la pelota de tennis pegar contra la pared era lo único que se escuchaba en tu habitación.
Estabas acostada en tu cama despejándote mientras botabas la dichosa pelota una y otra vez.

—¿Puedes dejar de hacer eso? es molesto —tu guardaespaldas se quejó desde la silla en la que se encontraba sentada.

—¿Sabes que es lo que en verdad molesta aquí? que no pueda ni siquiera salir de mi maldita casa sin alguien vigilándome 24/7 —dijiste en un tono irónico, estando tan molesta como para ni siquiera voltearla a ver.

—No es culpa mía que seas tan vaga, ¿por qué necesariamente tienes que salir habiendo tantas cosas que puedes hacer en casa? —preguntó esta.

—¿Cómo qué? ni siquiera puedo entrar a la cocina sin que la cocinara me corra de ahí, no tengo jardín y ya leí todo lo que sea leíble en esta casa —terminaste por decir, paraste de usar la pelota escuchando el fuerte suspiro que dio tu guardaespaldas.

—Bueno, entonces ¿por qué no sales de día?

—Primero, hay mucha gente y dos, mi diversión empieza ya en la noche; tienes como dos años más que yo, eso no debería ser tan ajeno a ti —finalmente dijiste volteándola a ver.

—Yo tengo 22 y tú 17, mi adolescencia fue hace mucho tiempo, aparte, ni siquiera eres mayor de edad ¿cómo carajos entras a los antros?

—Tengo mis secretos ¿no? —preguntaste algo provocativa, querías hacerla enojar un poco para tu entretenimiento—me sorprende que no tengas 19, o más bien, no me sorprende

—Dejar a menores entrar a ese tipo de lugares es ilegal —dijo tu guardaespaldas en un tono serio—¿que hacías ahí?

—Tengo mis secretos ¿no, Williams? —seguiste diciendo en un tono provocativo.

—¿Bebías, te drogabas?

—Ew, no —te revolcaste en tu cama asqueada.

—¿Entonces? no me digas que sólo ibas a bailar, seria una mentira —preguntó Ellie con tono firme.

—¿Por qué te interesa de todas maneras? ya ni siquiera puedo salir

—Como ya te dije, es ilegal dejar entrar a menores de edad a esos lugares, si no quieres decirme tendré que comenzar a hacerte antidopings —esta amenazó.

—Te dije que ya no voy —rodeaste los ojos.

—Pues los fines de semana no te cuido, no sé qué harás en esos días —está se cruzó de brazos.

ELLIE WILLIAMS, One-ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora